El franquismo sobrevive a la ley
Las principales ciudades mantienen vestigios del r¨¦gimen - A Coru?a es el municipio con m¨¢s calles dedicadas a Franco y a los militares golpistas
Cumplidos m¨¢s de tres a?os desde que entr¨® en vigor, los principales ayuntamientos gallegos cumplen s¨®lo a medias la Ley de Memoria Hist¨®rica, que obliga a retirar de los espacios p¨²blicos todo s¨ªmbolo o menci¨®n "conmemorativas de exaltaci¨®n, personal o colectiva, de la sublevaci¨®n militar, de la Guerra Civil y de la represi¨®n de la dictadura". El caso m¨¢s flagrante es el de A Coru?a, pero no el ¨²nico.
A Coru?a Incumplimiento
El gobierno bipartito (PSdeG-BNG) presume de monumentos y homenajes a la Rep¨²blica, pero la ciudad sigue plagada de s¨ªmbolos del franquismo, que solo en parte desaparecer¨¢n tras el acuerdo adoptado por el pleno, sin el apoyo del PP, en septiembre de 2009. A?o y medio despu¨¦s, sigue sin cambiar ninguna de las m¨¢s de 20 calles que se acord¨® rebautizar, pese a que el concurso para las nuevas placas adjudicado en julio de 2010 preve¨ªa un plazo de dos meses. Las denominaciones franquistas permanecer¨¢n en el callejero. Bajo el nuevo nombre de cada v¨ªa, como la avenida de Oza, la primera prevista, habr¨¢ una segunda placa que recordar¨¢: "Antes, avenida General Sanjurjo". Lo mismo ocurrir¨¢ con el general Mola, la Divisi¨®n Azul o Los Ca¨ªdos. Otras calles con nombres de la dictadura o de golpistas ni siquiera est¨¢n en la lista.
A Coru?a derog¨® distinciones y honores a Franco y sus colaboradores y suprimi¨® la estatua de Mill¨¢n-Astray, fundador de la Legi¨®n. El bajo relieve dedicado al dictador que presid¨ªa en el sal¨®n de pleno los bancos de los concejales del PSOE tambi¨¦n fue remplazado. Pero ni siquiera cumplir¨¢ ¨ªntegramente la propuesta de la comisi¨®n de expertos a los que el alcalde, el socialista Javier Losada, encomend¨® detallar todo lo que hab¨ªa que retirar para cumplir la ley.
Vigo Cruz de los ca¨ªdos
La cruz erigida en O Castro en homenaje a los ca¨ªdos en la Divisi¨®n Azul es el testimonio m¨¢s evidente de incumplimiento de la ley en Vigo, ciudad que hace a?os que elimin¨® de su callejero la huella franquista. El alcalde, Abel Caballero (PSdeG), lleva a?os sin responder a las peticiones de la Asociaci¨®n pola Memoria Hist¨®rica do 36 para que sea derribada, pese a las m¨¢s de 4.000 firmas presentadas. Tambi¨¦n neg¨® a esta asociaci¨®n la colocaci¨®n de una placa conmemorativa en el cementerio de Pereir¨®, en cuyas fosas comunes est¨¢ documentado el entierro de 740 represaliados, con las ¨²ltimas palabras de Heraclio Botana, fundador de la UGT en Vigo.
Ha sido retirado el v¨ªctor grabado en el frontispicio de la Casa das Artes, pero no otros en fuentes p¨²blicas. Tambi¨¦n se han retirado de las iglesias las placas con la relaci¨®n de ca¨ªdos, aunque no el nombre, cincelado, de Primo de Rivera. El alcalde promovi¨® la constituci¨®n de un Consejo de la Memoria Hist¨®rica, del que formaban parte portavoces municipales, empresarios, sindicato y la asociaci¨®n espec¨ªfica. Los empresarios ni siquiera comparecieron al acto de constituci¨®n y el consejo nunca m¨¢s fue convocado para elaborar el cat¨¢logo de actuaciones.
Santiago Tabla rasa
Santiago no esper¨® a la ley para hacer tabla rasa de sus s¨ªmbolos franquistas. A finales de los ochenta, el entonces alcalde, el socialista Xerardo Est¨¦vez, borr¨® toda referencia del callejero a la dictadura. Nada recuerda que O H¨®rreo, donde se asienta el Parlamento, era avenida del General¨ªsimo, que la v¨ªa central de la Senra estaba dedicada al general Mola o que la Praza Roxa se llamaba Jos¨¦ Antonio. En las sedes de Correos y Renfe no se retiraron los escudos franquistas, pero s¨ª se taparon las ¨¢guilas.
Lugo Alcalde honorario
El Ayuntamiento de Lugo aprob¨® una moci¨®n en el mes de abril de 2006, a iniciativa del BNG, para retirarle a Francisco Franco la consideraci¨®n de Alcalde Honorario (1942) y Alcalde Honorario Perpetuo (1954). A¨²n no se ejecut¨®, lo que ha servido para que los autores de la moci¨®n denunciaran una situaci¨®n "anacr¨®nica e inaceptable". Recientemente se reaviv¨® la pol¨¦mica, cuando la Comisi¨®n del Callejero hab¨ªa acordado dotar a cuatro calles de nombres de alcaldes de la dictadura franquista. De momento, el acuerdo todav¨ªa no se ha refrendado por el pleno.
Ferrol Adi¨®s a la estatua
Borrar la extensa huella de Franco de su ciudad natal no ha resultado f¨¢cil en Ferrol. El bipartito PSdeG-IU dio los primeros pasos a finales del 2007, poco despu¨¦s de aterrizar en el Gobierno, con la retirada de un escudo franquista de la biblioteca municipal y la vidriera preconstitucional de la entrada al consistorio. Pero el pacto local se rompi¨® y los planes para erradicar los vestigios del r¨¦gimen se atascaron un par de a?os. El mayor obst¨¢culo fue, otra vez, la estatua ecuestre de Franco que el ayuntamiento retir¨® de la plaza de Espa?a en 2002. La efigie pas¨® ocho a?os aparcada en un patio del arsenal, a la vista de turistas y curiosos. En enero de 2010, el Ministerio de Defensa orden¨® al ayuntamiento que la retirase. Se traslad¨® a una zona militar de acceso restringido, bien cubierta con una gran lona gris. Fue un traslado rocambolesco.
En julio del 2010, el equipo del alcalde socialista Vicente Irisarri ech¨® abajo la Cruz de los Ca¨ªdos de Amboage, una mole de granito que recordaba a los muertos del bando nacional y el ¨²ltimo de los grandes s¨ªmbolos en la ciudad. Su retirada se coste¨® con fondos del Plan E (500.000 euros). La corporaci¨®n tambi¨¦n le retir¨® a Franco y a su familia todos los t¨ªtulos honor¨ªficos en noviembre de 2008, con la abstenci¨®n del PP, y restituy¨® la memoria del ¨²ltimo alcalde republicano y del contralmirante Antonio Azarola, fusilados durante la Guerra Civil, con sendas plazas p¨²blicas. Izquierda Unida sigue reclamando a Defensa que suprima el callejero franquista del Arsenal ferrolano, que luce placas que honran a los almirantes Carrero Blanco y Francisco Moreno. La ¨²ltima, el 15 de febrero, a trav¨¦s de una iniciativa en el Congreso que firm¨® Gaspar Llamazare
s.
Pontevedra Un caso dudoso
En Pontevedra apenas quedan vestigios desde la llegada del BNG a la alcald¨ªa, en 1999. En poco tiempo desaparecieron de las placas los nombres del general Mola o de la avenida de los Alf¨¦reces Provisionales. "A partir de los ochenta se empezaron a retirar nombres", relata el concejal Ces¨¢reo Mosquera, responsable de Urbanismo cuando se cambiaron las denominaciones. La excepci¨®n es la avenida Fern¨¢ndez Ladreda, ministro de Obras P¨²blicas de la dictadura. La placa lo define como "cient¨ªfico y pol¨ªtico". "Era un caso dudoso", explica Mosquera.
Ourense Cambio reciente
En Ourense, mientras la Diputaci¨®n eliminaba vestigios franquistas, su presidente, Jos¨¦ Luis Baltar, manten¨ªa la disciplina del grupo de gobierno del Ayuntamiento, en el que es concejal. Vot¨® siempre en contra de las mociones de PSdeG y BNG demandando el cambio de nombres. El cambio lleg¨® hace tres a?os, con el bipartito. El PP aludi¨® a un supuesto perjuicio para los empresarios locales, pero acabo aceptando la iniciativa. Desde entonces, las calles de Ourense suenan al pasado anterior a la dictadura.
Diputaciones Cara y cruz
Franco sigue siendo hijo predilecto y medalla de oro de la provincia de A Coru?a, honores concedidos por la Diputaci¨®n que su actual presidente, el socialista Salvador Fern¨¢ndez Moreda, no tiene en cartera derogar. El organismo, con gobierno bipartito PSOE-BNG, ni se plantea cumplir la Ley de Memoria Hist¨®rica. En la Diputaci¨®n de Lugo se aprob¨® una moci¨®n del BNG para retirar todos los privilegios protocolarios para personajes del r¨¦gimen franquista, pero no se ha ejecutado por no reunir los dos tercios de la corporaci¨®n que exige el Reglamento de Honores de la instituci¨®n. Casos distintos son los de la Diputaci¨®n de Pontevedra, en la que no quedan emblemas franquistas, y de Ourense, que puso coto hace largos a?os a las reminiscencias del r¨¦gimen, con Jos¨¦ Luis Baltar como presidente. Ni un retrato, ni una alusi¨®n, ni un expediente en el que figurara recuerdo alguno del dictador.
Con informaci¨®n de P. Obelleiro, P. Carbajo, A. Silvosa, L. Bustabad, V. Honorato y C. Huete.
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