La Bolsa, la vida y esos tipos

Siempre se ha tenido en muy buen concepto a los tipos desinteresados. Pero lo que siempre ha primado de verdad son los tipos de inter¨¦s, que ahora van como motos. Nuestras vidas se han convertido en un batiburrillo de hipotecas, mercados, eur¨ªbor, inversiones, rentabilidad y tipos de inter¨¦s temerarios. En otro tiempo se llamaban de otro modo, pero en definitiva la vida sigue igual. El quevediano "poderoso caballero" es el que manda desde antes de inventarse el dinero. Para un observador ecu¨¢nime, esa es la verdadera historia de la humanidad.

Uno de los edificios m¨¢s chulos de la capital es el palacio de la Bolsa, en la zona m¨¢s noble de la capital. Para las nuevas generaciones, los verdaderos tipos de inter¨¦s no son Cervantes, Juan de la Cruz, Goya o Machado, sino tipos como Gadafi, Berlusconi o, sin ir m¨¢s lejos, el se?or Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, patria de grandes hombres y mujeres, pero tambi¨¦n de inquietantes tipos de inter¨¦s, como el papa Alejandro VI.

La cantidad de edificios que ha tenido la Bolsa de Madrid es una prueba m¨¢s de la versatilidad del dinero. La entidad fue creada en 1808 por Jos¨¦ Bonaparte, aunque no comenz¨® a funcionar hasta 1831, en la plazuela del ?ngel. Despu¨¦s pas¨® por la casa de la Compa?¨ªa de Filipinas, en Carretas (1832). Tras pasar por el convento de San Mart¨ªn, se traslada al convento de las monjas Bernardas (Alcal¨¢, esquina a Peligros), y de all¨ª al monasterio de los Basilios, en la calle del Desenga?o (1847). Despu¨¦s se instal¨® en la Aduana Vieja, actual calle de la Bolsa; ese edificio hab¨ªa sido antes una mazmorra de la Inquisici¨®n. La Bolsa ha tenido muchos enclaves religiosos. En 1893 se instala el actual edificio.

Si quiere usted una buena m¨¢scara para estos Carnavales, disfr¨¢cese de tipo de inter¨¦s.