Buscando al villano perfecto

Cuenta una revista cinematogr¨¢fica (Fotogramas) que Santiago Segura envi¨® el guion de Torrente 4. Lethal Crisis a Mario Conde y a Eduardo Zaplana (entre otros) con la idea de que interpretaran al malvado de la pel¨ªcula. Ambos rechazaron el ofrecimiento (no ser¨¢ por miedo esc¨¦nico) y el papel recay¨® en el cantante Francisco, protagonista espor¨¢dico, pero intenso, de los programas del coraz¨®n m¨¢s encallecidos.

De Segura tenemos varias certezas: nadie le podr¨¢ acusar de rodar grandes pel¨ªculas, le chiflan los retales de la fauna nacional m¨¢s s¨®rdida (v¨¦anse los castings de los Torrentes) y tiene un ojo cl¨ªnico sin complejos para los villanos. ?O es que resultaba f¨¢cil fabricar un malvado sobre el vac¨ªo actoral de Jos¨¦ Luis Moreno? Ac¨¦ptese, pues, que Conde y Zaplana resolver¨ªan con suficiencia el papel cinematogr¨¢fico de malos hisp¨¢nicos, a pie de especulaci¨®n inmobiliaria en la costa mediterr¨¢nea. El exbanquero Conde hubiera cultivado con desenvoltura la imagen de antagonista paranoico, atormentado por pesadillas conspiratorias. Tipo Mourinho, para entendernos. Don Mario y el entrenador de f¨²tbol luso bordar¨ªan ese tipo de paranoico que se dice perseguido, pero que en realidad persigue a los dem¨¢s, sufriente de conjuras, abrum¨¢ndolos con un pi¨¦lago de lamentaciones.

Zaplana habr¨ªa sido un villano m¨¢s pr¨®ximo, m¨¢s del huerto, con su sonrisa pasteurizada, la piel acanelada y el encanto descascarillado del Var¨®n Dandy. Don Eduardo no te destruir¨ªa el mundo como el doctor No, pero podr¨ªa sembrar el terror (siempre por exigencias del gui¨®n) en un viaje del Imserso, contando las maldades del PSOE a jubilados de la UGT u ocupar Valencia con karaokes. Un malo confianzudo, en suma, que parece amigo del protagonista, pero que al final lo traiciona para conseguir la alcald¨ªa de Dodge City.

Torrente 4 ha perdido dos grandes villanos, sin duda, con la negativa de los se?ores Conde y Zaplana. Pero el director Segura debe perseverar ante el futuro. Si admite sugerencias, que retenga este nombre, posible antagonista magistral en Torrente 5: Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos. Imaginemos su rostro planchado y aparentemente almidonado por el b¨®tox, a lo Fantomas. Ser¨ªa la imagen perfecta (ojo, por exigencias del gui¨®n, nada de prejuicios) del mal confuso y difuso de las sectas.

Porque vivimos tiempos confusos, terreno abonado para la secta, tal y como la defini¨® Voltaire: "Esa reuni¨®n de la duda y el error".