Libertad de informaci¨®n y mentiras

Recordando las mentiras que nos contaron y la libertad de la que gozan los responsables de la matanza de Irak, me topo con que pueden condenar a muerte tanto al soldado responsable de la filtraci¨®n como, todav¨ªa m¨¢s asombroso, a Julian Assange por difundir las masacres que realizaron soldados occidentales contra la poblaci¨®n civil indefensa.

Un doble rasero curioso ese de permitir moverse con libertad a Tony Blair (que vendr¨¢ a Madrid en junio a hablarnos de gesti¨®n empresarial y que en su pa¨ªs no puede ni firmar libros por el rechazo que genera), de permitir dar conferencias a Aznar y vegetar a George W. Bush mientras a Julian Assange le inician un juicio por algo que parece ser m¨¢s una pel¨ªcula porno cutre que un delito penal y as¨ª poder extraditarlo primero a Suecia y luego a Estados Unidos, presumiblemente. Sin Wikileaks hoy ser¨ªamos tildados de paranoicos los que afirm¨¢semos que Estados Unidos utiliz¨® mentiras para declarar una guerra, que sus soldados asesinaron desde helic¨®pteros a poblaci¨®n indefensa o que Al Queda nunca fue aliada del r¨¦gimen de Sadam Husein. Sin gente como Assange vivir¨ªamos a¨²n m¨¢s en el mundo feliz que nos tienen preparado donde nos hacen creer en el hombre del saco cuando el saco y la soga son los fabricantes de noticias, las empresas de armas y petroleras y los conferenciantes que r¨ªen presos de una conciencia sin m¨¢cula.

Y el premio es que condenen a muerte al que informa, no al autor de delito. ?Es esa la libertad de informaci¨®n que nos espera para este siglo?