Encuesta que algo queda
Las guerras en tiempos de paz son guerras de papel en las que nos cruzamos algunas toneladas de ese material a modo de munici¨®n supuestamente racional que quiere convencer a la gente de la bondad de algo. "Tristes armas si no son las palabras", dej¨® dicho Miguel Hern¨¢ndez antes de que lo dejaran morir de mala manera. Palabras como munici¨®n ingenua, sin embargo, porque solo las elites leen prensa escrita, y hasta ah¨ª llegan sus efectos. Pero a veces esas elites transmiten informaci¨®n cualificada y/o deformada al pueblo llano. El caso de la transmisi¨®n, de arriba abajo, de la tendencia o el resultado de las encuestas es paradigm¨¢tico: los que nos dedicamos a ellas sabemos que desde la prensa escrita llegan a un 60% m¨¢s o menos de la poblaci¨®n mayor de edad a cierta velocidad, y a veces en el mismo d¨ªa. Por eso se publican algunas encuestas: para que lleguen a la gente e influyan sobre ella de alguna manera. El uso puramente cient¨ªfico e informativo tambi¨¦n existe, y a veces incluso es el m¨¢s abundante. No nos rasguemos, pues, las vestiduras.
Aqu¨ª la izquierda podr¨ªa ganar, de propon¨¦rselo, tanto unas municipales como unas auton¨®micas
Varias cosas llevan a algunos partidos a decir medias verdades bajo la forma de encuestas. Estas ser¨ªan algunas de esas cosas o supuestos: la idea de que una encuesta favorable es buena en cualquier caso para mi partido, la idea de que esa encuesta favorable inducir¨¢ a votar a mi partido, y la idea de que una encuesta favorable desmoralizar¨¢ y desmovilizar¨¢ al adversario. Nada de eso es cierto as¨ª dicho, y con frecuencia los aprendices de brujo acaban quem¨¢ndose.
En Galicia, con un cierto retranqueo en encuesta del voto hacia los partidos que en su d¨ªa formaron el llamado bipartito, y a pesar de ello, estos partidos son favoritos para las municipales y pierden solo tres esca?os para las auton¨®micas. En esas condiciones de voto no expl¨ªcito en encuesta (la crisis castiga a la izquierda en general, no solo al PSOE) esos resultados son realmente un milagro, est¨¦n dados al p¨²blico con la intenci¨®n que est¨¦n dados, que no tiene necesariamente que ser maligna.
Galicia es uno de los lugares en que la crisis castiga menos, casi nada y hoy por hoy, a la izquierda, si bien es cierto que tambi¨¦n es un lugar en que el paro creci¨® r¨¢pido desde las elecciones auton¨®micas que gan¨® el Partido Popular, ya muy conocido en esta tierra tras largos a?os de gobierno. Aqu¨ª la izquierda, que por serlo de un pueblo inteligente est¨¢ obligada a ser sensata y moderada, la izquierda, digo, podr¨ªa ganar, de propon¨¦rselo seriamente, tanto unas municipales como unas auton¨®micas. Tambi¨¦n unas generales en el espacio de voto auton¨®mico. Que nadie tema a las encuestas.
El factor central de estas elecciones municipales es la capacidad de movilizaci¨®n de voto que los partidos alcancen. Sin esa movilizaci¨®n todo es m¨¢s dif¨ªcil. Una parte importante de las nuevas clases medias urbanas, las m¨¢s din¨¢micas en la actualidad, y de las clases populares, apoyar¨¢n a la izquierda. Las viejas clases medias y un sector de las clases altas, junto con otro sector de las clases populares, apoyar¨¢n al PP. Ese es el escenario cl¨¢sico que viene funcionando desde hace un tiempo.
El que mejor sepa mover a su propio voto y llevarlo a las urnas, y no por una oreja, sino con razones nuevas y esperanzadoras, podr¨¢ llevarse las municipales o, m¨¢s restringidamente, las capitales gallegas de mayor poblaci¨®n. Nada est¨¢ dicho, y los datos son complejos a d¨ªa de hoy, en Galicia y fuera de Galicia, aunque fuera de Galicia, en cierto modo, las cosas parecen m¨¢s definidas.
Ganar las municipales no garantiza ganar las generales o las auton¨®micas, son mundos y momentos distintos. A veces se castiga en las municipales y se vota en las generales al mismo partido castigado. A veces hay cierta continuidad de voto, y a veces tambi¨¦n se favorece en las municipales y auton¨®micas a unos y en las generales a otros. Somos relativamente complejos e impredecibles. Tengan cuidado si deciden jugarse todo su capital a una apuesta de esta clase. No lo hagan. A lo m¨¢s, unas cuncas de vino, unas tapas o una cena de amigos. Sabemos poco a¨²n y la situaci¨®n es demosc¨®picamente poco de fiar. En cualquiera de las direcciones. "Anda o demo polo medio", se dec¨ªa en ocasiones as¨ª. Anda.
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