Derecha andaluza, derecha cacique
Gracias a la informaci¨®n proporcionada por este diario hemos podido saber que los consejeros electos por el Partido Popular boicotearon en el ¨²ltimo minuto la constituci¨®n del Consejo Audiovisual de Andaluc¨ªa, cuando nadie lo esperaba y respondiendo a una orden superior de ¨²ltima hora.
El hecho est¨¢ pasando casi completamente desapercibido pero yo creo que merece alg¨²n an¨¢lisis porque ni es un acto aislado ni carente de significado. Se trata de una actuaci¨®n que vuelve a mostrar que la derecha que se presenta a la sociedad andaluza como alternativa de gobierno tiene todav¨ªa demasiados ramalazos del viejo caciquismo. Si se empe?a en algo, exige que su voluntad se imponga por encima de protocolos, normas o cualquier tipo de acuerdo previo, sin importarle, como ahora, que de esa manera se vea afectado el desarrollo de las instituciones democr¨¢ticas.
Al parecer, lo que hay detr¨¢s del plante es la presi¨®n del Partido Popular para obtener una vicepresidencia cuya existencia no est¨¢ contemplada en la ley que regula el Consejo. Una reacci¨®n injustificada que marca claramente la imagen del Partido Popular y que constituye un claro mensaje a la ciudadan¨ªa.
Por un lado, sus l¨ªderes reafirman que a la hora de conseguir lo que se proponen no se paran a dilucidar si tienen derecho a ello, si lo que reclaman es legal o les est¨¢ reconocido, como la vicepresidencia en cuesti¨®n.
Por otro, el Partido Popular muestra tambi¨¦n as¨ª que el desarrollo institucional, el funcionamiento de las instituciones, la vida cotidiana de la democracia, no les importa si lo que est¨¢ en juego es obtener alguna prebenda m¨¢s para alguno de sus afiliados o m¨¢s poder y privilegios. Con tal de satisfacer su demanda son capaces de bloquear y paralizar la actuaci¨®n de un consejo tan necesario, cuya sola presencia en nuestro marco institucional es una muestra de modernidad, de compromiso efectivo con las libertades p¨²blicas y de garant¨ªa de su ejercicio plural y responsable.
Y por si eso fuera poco, los dirigentes del Partido Popular han dejado a sus consejeros a los pies de los caballos, dando a entender sin ninguna duda posible que son simplemente unos mandados que act¨²an a golpe de inter¨¦s partidista, que carecen de criterio propio en ese ¨®rgano y que van all¨ª solo a obedecer las consignas que incluso a ¨²ltima hora e improvisadamente les d¨¦ el jefe de turno.
Los dirigentes del Partido Popular pueden frotarse de nuevo las manos. Ya han empantanado una vez m¨¢s la pol¨ªtica andaluza sin necesidad de disimular que el valor que le dan a las instituciones es nulo cuando se trata de salvaguardar sus intereses partidarios, y que no act¨²an para tratar de que las cosas vayan mejor sino para sacar ventaja como sea a sus adversarios pol¨ªticos.
Les ocurre lo que a los viejos caciques, est¨¢n tan acostumbrados a imponer las reglas del juego y a decidir qui¨¦n puede sumarse y qui¨¦n no a la partida, que saltan de rabia cuando ven que se han sentado en la mesa quienes ellos no han dispuesto. Y con esa herencia gen¨¦tica quieren volver a gobernarnos.
Lamentablemente, nuestra democracia carece de medios efectivos para garantizar que los pol¨ªticos rindan cuentas de sus actuaciones concretas y no nos deja m¨¢s posibilidad de hacerlo que vot¨¢ndolos o no cada cuatro a?os, un m¨¦todo que se muestra claramente insuficiente para evitar la demagogia y la degeneraci¨®n que se ha generalizado en el debate pol¨ªtico. Se puede hacer cualquier promesa, realizar cualquier afirmaci¨®n o incluso mentir, descalificar al adversario sin fundamento, o paralizar las instituciones democr¨¢ticas, como ahora, solo por empe?arse en sacar adelante un inter¨¦s partidista sin clara cabida en la ley. Es de esta forma, haciendo de la vida pol¨ªtica algo m¨¢s parecido al legendario oeste sin ley que a los usos propios de una sociedad moderna, culta y educada, cuando se crea el campo de cultivo donde crecen los demagogos, el populismo de la peor especie y se provoca la desafecci¨®n de la ciudadan¨ªa de la pol¨ªtica y por derivaci¨®n, de todo lo que tenga que ver con la vida colectiva. Me pregunto si eso es lo que algunos van buscando.
Juan Torres L¨®pez es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Sevilla.
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