'La sonrisa etrusca', ante la cuarta pared
Imaginemos que un joven actor cayera enamorado -como cientos de miles de lectores, por otra parte- de La sonrisa etrusca, una de las novelas m¨¢s emblem¨¢ticas de Jos¨¦ Luis Sampedro. Imaginemos que ese int¨¦rprete no solo quedase prendado de la historia de Salvatore, un campesino antifascista que se hace llamar Bruno, sino que descubriese las posibilidades dram¨¢ticas del texto. Ese actor existe y se llama Nacho Castro. Pidi¨® al autor Juan Pablo Heras que hiciera la versi¨®n teatral, y desde entonces, hace algo m¨¢s de un a?o, ha luchado para que se llevase a escena.
Lo que acaso nunca so?¨® es que Sampedro iba a dar toda clase de facilidades y consejos para el aterrizaje de su sonrisa sobre un escenario; que la direcci¨®n iba a recaer en Jos¨¦ Carlos Plaza, uno de los divinos del teatro espa?ol; que ¨¦l iba a poder hacer el papel que hab¨ªa deseado, el de hijo de Salvatore-Bruno; y que al frente del reparto figurar¨ªan dos grandes de la escena, H¨¦ctor Alterio y Julieta Serrano, cuya excelencia profesional brilla como nunca en este montaje estrenado el pasado fin de semana en Santander. Es el principio de una amplia gira nacional tras recalar en el teatro Bellas Artes de Madrid desde ma?ana hasta el 24 de abril.
Ambos, H¨¦ctor-Bruno y Julieta-Hortensia, viven en la obra un amor de madurez, nacido de una bella amistad. Un amor de esos en los que ya no se dan las urgencias y los ¨ªmpetus de etapas anteriores de la vida.
Los dos est¨¢n en la edad de los protagonistas, ya que Alterio tiene 81 a?os y Serrano, 78. "Es un amor muy inesperado, porque a la vida se le piden otras cosas como la salud, pero hay una conjunci¨®n que te aboca el carpe d¨ªem, a aprovechar el momento, y eso es algo que Sampedro trata de manera maravillosa", se?ala Serrano, frente a la sonrisa subyugante de Alterio, que no pierde mientras habla de su encuentro con La sonrisa etrusca. "Cuando la le¨ª hace mucho me entretuvo, me divirti¨®, me conmocion¨®; despu¨¦s la volv¨ª a leer y me interes¨® igualmente, con el ingrediente de que hab¨ªa otra motivaci¨®n, porque era a sabiendas que iba a hacer el personaje, por eso estuve m¨¢s entregado y la disfrut¨¦ m¨¢s, porque me adentr¨¦ mucho en la propuesta de Sampedro y acab¨¦ m¨¢s perturbado".
Tras una conversaci¨®n con la pareja queda clara la adoraci¨®n de ambos por Sampedro. Sobre todo, dicen, por defender con sus personajes, que hay ideales y principios que mantener y por los que luchar hasta el final.
Babelia
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