Medalla para un eterno disidente
Jos¨¦ Luis Sampedro, de 94 a?os, homenajeado por el Ministerio de Cultura ante personalidades como H¨¦ctor Alterio, Marcos Ana, Julieta Serrano o ?ngel Vi?as
Esperando a Jos¨¦ Luis Sampedro estaba ayer a mediod¨ªa en la Biblioteca Nacional un hombre embutido en una casaca de franela azul y roja, como alguien que viniera de otro tiempo para asistir a un acto solemne al que ¨¦l se permit¨ªa ir sin corbata.
El acad¨¦mico, de 94 a?os, no se esperaba ni a ese hombre, que es H¨¦ctor Alterio, de 82 a?os, ni al gent¨ªo que le aguardaba para el acto en el que la ministra de Cultura le iba a entregar la Medalla de las Artes y las Letras de Espa?a.
El actor es alguien especial ahora para ¨¦l, un personaje que est¨¢ entre sus propias criaturas. Como Julieta Serrano, la actriz. Ambos van a encarnar los personajes de la versi¨®n teatral de su novela La sonrisa etrusca, que estrena Jos¨¦ Carlos Plaza ahora en el Bellas Artes.
"Europa no va por el buen camino", afirma el escritor y acad¨¦mico
La actriz y el actor estaban all¨ª para leer fragmentos de esa novela que, m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s de publicada, parece un di¨¢logo del propio Sampedro nonagenario con un muchacho de hoy. Pues la obra va sobre "la ¨²ltima vuelta del camino" de un viejo partisano calabr¨¦s de nombre Bruno. Bruno es Alterio en la obra. Y como el actor es de origen italiano no parece imposible imaginar que entre el actor y el autor ya hay m¨¢s de una coincidencia. Aparte de la que ahora concitan las tablas y la edad.
A Sampedro se le vio impresionado, oyendo. Esa obra le lleva a su propia biograf¨ªa, pues ahora ¨¦l mismo piensa que est¨¢ "en el tramo final de la vida".
Un final que le encuentra al rojo vivo, por cierto. Explic¨® "que sigue siendo un disidente del mundo, que ve el Occidente muy descarriado y a una Europa que no va por el buen camino".
La ministra hab¨ªa recordado una frase de Sampedro: un escritor es como una vaca que rumia en medio de un prado; seg¨²n Gonz¨¢lez-Sinde, Sampedro hab¨ªa elegido la parte conflictiva del prado. S¨ª, dijo eso, pero ¨¦l mismo ley¨® sin gafas estos versos suyos: "Sea Ulises tu gu¨ªa / al viajar por tu vida, compa?ero / Tapona tus o¨ªdos contra toda sirena, / ¨¢tate al duro m¨¢stil de tu barca / Y, obediente a tu br¨²jula secreta, / pon rumbo a la aventura irrenunciable: / el viaje hacia ti mismo".
En ese viaje hacia s¨ª mismo se ha visto "fiel". Como lo han visto los dem¨¢s. Gregorio Salvador, su colega en la Academia, nos dijo que le ve¨ªa como "alguien con quien se siente uno en comunicaci¨®n"; Andr¨¦s Amor¨®s: "Una persona muy libre por dentro, demuestra que se puede hacer buena literatura tambi¨¦n con los buenos sentimientos"; Ana Mar¨ªa Moix: "Un maestro y una personalidad human¨ªstica a quien no se ha hecho el caso que merec¨ªa". Carlos Berzosa, rector de la Complutense: "Fue un lujo tenerle como profesor". ?ngel Vi?as: "Un hombre cabal, un hombre". Marcos Ana, poeta: "Encarna todas las utop¨ªas de nuestro tiempo". Carmen Caffarel: "Un maestro coherente".
Estaba su colega el economista Juan Velarde. Nos cont¨® que cuando estaban juntos, un catedr¨¢tico alem¨¢n, Stackleberg, preguntaba siempre, al t¨¦rmino de cualquier explicaci¨®n: "?Correcto, se?or Sampedro?". Ahora pasa lo mismo, sigue pasando, explica Velarde, "porque fue el mejor de nuestros compa?eros, un brillant¨ªsimo premio extraordinario de Econ¨®micas de la promoci¨®n de 1947".
Alterio nos hab¨ªa dicho que La sonrisa etrusca presenta un ser "que est¨¢ terminando y sin embargo comienza". Una met¨¢fora del Sampedro al que ayer ¨¦l le dio voz en la Biblioteca.
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