Doble metamorfosis

Hoy no se lee El caso Moro igual que se le¨ªa en 1978, fecha de la edici¨®n original. El 16 de marzo de 1978 las Brigadas Rojas secuestraron en Roma al presidente de la Democracia Cristiana, Aldo Moro, y asesinaron a los cinco polic¨ªas de su escolta. Ese d¨ªa se votaba nuevo Gobierno democristiano con presumible apoyo, por primera vez, de los comunistas, y Moro hab¨ªa sido el art¨ªfice de aquel encuentro imposible. Los lectores de hoy deber¨ªan empezar El caso Moro por el final, por la 'Cronolog¨ªa del caso' que ocupa las ¨²ltimas p¨¢ginas, y que en 2011 quiz¨¢ tendr¨ªa que ir al principio. Leonardo Sciascia (1921-1989) se plante¨® el caso Moro para entender lo inmediato, en 1978, ese "terrible pa¨ªs en que se ha convertido Italia", y participar¨ªa luego, en 1982, como diputado, en la comisi¨®n parlamentaria que investig¨® aquellos hechos. Sciascia utiliz¨® en su momento t¨¦cnicas de fil¨®logo y de detective novelesco: el asesinato de Moro parec¨ªa haber sido prefigurado en dos novelas policiacas del propio Sciascia, El contexto y Todo modo, no porque la literatura posea poderes prof¨¦ticos ni sea imitada por la vida, sino porque la buena literatura, reflexi¨®n sobre lo real, a veces anticipa acontecimientos. El caso Moro analiza las cartas que Moro escribi¨® desde su cautiverio a miembros del Gobierno y compa?eros de partido, que, a la vista de lo que Moro dec¨ªa, lo declararon moralmente muerto, conden¨¢ndolo as¨ª a morir de verdad. Hoy el an¨¢lisis de Sciascia es un dilema moral, m¨¢s all¨¢ de cualquier realidad inmediata. Moro pide que el Estado negocie con los terroristas para salvar la vida. A sus correligionarios les parece que Moro est¨¢ fuera de s¨ª; Moro cree que los suyos, incluida la Santa Sede, han perdido los principios y la cabeza, indiferentes en su "r¨ªgida cerraz¨®n", en su "decisi¨®n de muerte". Hoy El caso Moro es la cr¨®nica, l¨²cida y perturbadora, inc¨®moda, de esa doble falta de reconocimiento, de esa metamorfosis doble y monstruosa.