D¨¦cada Slimane
Hace cuatro a?os, la casa Dior tambi¨¦n vivi¨® un mes de marzo convulso. Por su peculiar mezcla de ignominia y tragedia en streaming, es dif¨ªcil comparar la ca¨ªda de John Galliano con nada. Pero la salida de Hedi Slimane de la marca en 2007 tambi¨¦n fue un duro golpe. El dise?ador franc¨¦s llevaba siete a?os al frente de la divisi¨®n masculina. La hab¨ªa creado de la nada y era un negocio millonario que parec¨ªa indisociable de su personalidad. El trabajo de Slimane en Dior pasar¨¢ a la historia como una de las m¨¢s significativas contribuciones a la moda masculina.
Antes que ¨¦l, Calvin Klein, Helmut Lang o Ralph Lauren marcaron sus propias direcciones en el vestir de los hombres de su ¨¦poca. Pero su mensaje se impuso gracias a la fuerza combinada de colecciones para los dos sexos. Nadie ha conseguido la notoriedad y relevancia de Slimane con dise?os exclusivamente masculinos. Una potencia creativa de la que es consciente la industria. Lo demuestra la constancia con la que circulan los rumores sobre su retorno a la moda.
Nadie ha conseguido su notoriedad con dise?os solo masculinos
"Si est¨¢s pendiente de las reacciones, acabas creando para complacer a los dem¨¢s. no me interesa"
"Fotografiar o dise?ar son veh¨ªculos para un mismo mensaje creativo. Yo hago moda con mis im¨¢genes"
El 27 de febrero de 2011 nos encontramos para desayunar en el hotel Bristol de Par¨ªs. La noche anterior, Slimane hab¨ªa inaugurado una exposici¨®n en la ciudad. La mitad de un proyecto que toma las dos sedes de la galer¨ªa Almine Rech: la francesa y la de Bruselas. En ese momento, su nombre acababa de ser (temporalmente) descartado para reemplazar a Stefano Pilati al frente de Yves Saint Laurent. Tan insistente hab¨ªa sido la informaci¨®n sobre ese cambio, que Fran?ois-Henri Pinault, presidente del grupo PPR, hubo de desmentirla la v¨ªspera. Dos d¨ªas despu¨¦s, Slimane ya estaba en otra quiniela. Tras el despido de Galliano, ?qu¨¦ mejor que recuperar a uno de los dise?adores favoritos de Bernard Arnault?
El propietario del mayor grupo de lujo del mundo, LVMH, siempre fue consciente de su valor. Lo fich¨® en 2000, cuando la llegada de Tom Ford lo sac¨® de Yves Saint Laurent (perdonen el mareo, pero la moda da estas vueltas) y le dio libertad para crear la identidad masculina de su casa estrella. Un lustro despu¨¦s estaba dispuesto a emprender un movimiento ins¨®lito en su estrategia empresarial: crear una compa?¨ªa nueva. La marca Hedi Slimane. El fracaso en las negociaciones llev¨® al dise?ador a abandonar Dior y fue sustituido por su antiguo ayudante, Kris van Assche.
A los 42 a?os, Slimane se mantiene al margen de estas intrigas parisienses. O, al menos, no quiere hacer declaraci¨®n alguna sobre ellas. Desde su salida de Dior vive en Los ?ngeles y se ha entregado a su primer amor, la fotograf¨ªa. Tuvo su primera c¨¢mara a los 11 a?os. Como suele ocurrir con la autor¨ªa cuando es genuina, los elementos clave del discurso de Slimane estaban tan presentes en sus primeras im¨¢genes como en cualquiera de las 600 que acaba de recoger en cuatro tomos bajo el t¨ªtulo de Anthology of a decade (Antolog¨ªa de una d¨¦cada). Una publicaci¨®n que radiograf¨ªa su producci¨®n en los inicios del nuevo siglo y acredita su capital aportaci¨®n a su aspecto. Retazos de m¨²sica, arte, moda y sociolog¨ªa unidos por un tozudo culto a la juventud.
"La d¨¦cada empez¨® con el 11-S. Curiosamente, el movimiento juvenil que le sigui¨® recuperaba una est¨¦tica y sonido antiguos, las ra¨ªces del rock. Pero se expresaba con herramientas nuevas. En ese momento y con esas bandas naci¨® el fen¨®meno de los blogs. La manifestaci¨®n de una necesidad de compartir. De estrechar lazos. La paradoja es que la era digital empez¨® con la recuperaci¨®n de la autenticidad de lo anal¨®gico", reflexiona. Notario del nacimiento de grupos musicales como Franz Ferdinand y de iconos como Pete Doherty, ha viajado por el mundo buscando los lugares en los que se esconde el sonido de la verdad y la rebeld¨ªa. Lo que se puede traducir en fotografiar a los asistentes del Festival Internacional de Benic¨¤ssim, a Robert de Niro o a Kate Moss. Para un museo, para las p¨¢ginas de Vogue Paris o para Internet. La Red se ha revelado como una plataforma ¨²til para compartir su mensaje. Eso s¨ª, la utiliza en una sola direcci¨®n. ?l manda sus postales al mundo. Pero no espera ni quiere recibir respuestas. "Si est¨¢s pendiente de las reacciones, acabas haciendo las cosas para complacer a una audiencia. Eso no me interesa. Yo necesito trabajar solo. Siempre".
Aunque coincidan en el tiempo, el libro y la doble exposici¨®n no guardan m¨¢s relaci¨®n que el cord¨®n umbilical que les une a su creador. La muestra de Bruselas, Fragments Americana, recoge sus fotograf¨ªas de EE UU. En la de Par¨ªs, California dreamin, ejerce de comisario. Una visi¨®n singular del universo art¨ªstico de Los ?ngeles. Incluye nombres consagrados (Ed Ruscha, Dennis Hooper, John Baldessari...) y tambi¨¦n nuevos talentos. Presentados en igualdad para transmitir la idea de comunidad y colaboraci¨®n que, para Slimane, define esta escena. Tampoco hay rastro de los t¨®picos sobre Los ?ngeles. Cuerpos hinchados y colores estridentes son sustituidos por blanco y negro y enjutas anatom¨ªas.
De entrada puede sorprender que Los ?ngeles sea la ciudad en la que ha echado freno el periplo de Slimane. Pero acaba teniendo sentido. "En California parece que el tiempo se haya detenido", ofrece a modo de explicaci¨®n. La cultura del surf y la calma con la que se espera la ola. La languidez que deja un d¨ªa de sol en los p¨¢rpados. La mitificaci¨®n del espacio abierto y la libertad. Es un escenario propicio para un n¨®mada que recorre el mundo persiguiendo un imposible. Capturar la energ¨ªa de la juventud, de lo ef¨ªmero y lo fr¨¢gil. Hijo de un tunecino y una italiana, se march¨® de Par¨ªs cuando la ciudad en la que hab¨ªa crecido dej¨® de excitarle. Se fij¨® en Berl¨ªn y en Londres. Para algunos, la secuencia l¨®gica continuar¨ªa en Nueva York. Pero Slimane ya estuvo all¨ª en los noventa. Pas¨® un par de a?os ayudando en sesiones de fotos y desfiles. Nunca estudi¨® moda, aunque se confeccionaba sus propias prendas desde la adolescencia.
Fue el cambio horario lo que le atrajo de Los ?ngeles al principio. Empez¨® a ir para fotografiar la publicidad de Dior. La campa?a se disparaba al terminar con el fragor del desfile de Par¨ªs. La soleada California era un buen lugar para escapar y empezar a perge?ar la siguiente colecci¨®n. Descubri¨® que le gustaba la ciudad, que ten¨ªa una escena interesante de m¨²sica y arte y, sobre todo, que las nueve horas de diferencia con Europa le permit¨ªan estar aislado casi todo el d¨ªa. Se instal¨® en el hotel Chateau Marmont, en Sunset Boulevard, y se encontr¨® pasando cada vez m¨¢s tiempo all¨ª.
Hay personas que aman los coches, aunque no sepan conducir. Hasta que se instal¨® en Los ?ngeles, Hedi Slimane era una de ellas. Ahora ya tiene licencia para ponerse al volante de los cuatro modelos cl¨¢sicos que atesora. Los coches son lo ¨²nico que colecciona. Odia los modernos, con sus ondulaciones urdidas por ordenador -"parecen hinchados de testosterona"- y admira los que surg¨ªan de un trazo humano, mucho m¨¢s angulares. Es un dato revelador sobre su punto de vista. Por mucho que Slimane aprecie la urgente belleza de la juventud, tambi¨¦n ama la tradici¨®n. "Aprecio un objeto de calidad, fabricado con el alma de la artesan¨ªa. Por eso siempre he trabajado para firmas de lujo y no he aceptado colaborar con una gran cadena. Ya comparto mis ideas. La gente m¨¢s joven, cualquiera, puede construir mis siluetas con sus propias prendas".
En el universo de Slimane -como en el de cualquier rom¨¢ntico-, el tiempo no existe. Por eso, cuando fotograf¨ªa a una chica en Coachella, la a¨ªsla de la multitud. La saca de su tiempo y la lleva a un lugar sin fecha en el que permanecer¨¢ siempre inocente. En el que la suavidad de su piel no se enfrentar¨¢ a ning¨²n roce o erosi¨®n. Solo la voluntad documental de Anthology of a decade explica por qu¨¦ en este libro aparece (por primera vez) informaci¨®n del momento y lugar en el que se tom¨® cada fotograf¨ªa.
?Volver¨¢ a la moda? Tal vez lo haya hecho cuando estas l¨ªneas se publiquen. Si se le pregunta el 27 de febrero, dir¨¢ que nunca se fue. "Fotografiar o dise?ar son dos veh¨ªculos para un mismo mensaje creativo. Yo siento que hago moda con mis im¨¢genes. Lo importante son las ideas, no el canal por el que se transmitan. No quiero definiciones, ni las fronteras que imponen". Lo que s¨ª admite es que echa de menos dise?ar. No tanto los focos que iluminan el final de una pasarela, porque Slimane disfruta m¨¢s escribiendo la carta que entreg¨¢ndola. Adem¨¢s, como ya dej¨® claro hace cuatro a?os, sus condiciones son estrictas. Si alguien est¨¢ dispuesto a aceptarlas, ya sabe d¨®nde encontrarle. Es el franc¨¦s que conduce un coche cl¨¢sico por la soleada California.
El libro 'Anthology of a decade' est¨¢ publicado por JRP-Ringier. Las exposiciones 'California dreamin' (en Par¨ªs) y 'Fragments Americana' (en Bruselas) se pueden ver en las galer¨ªas Almine Rech hasta el 26 de marzo. www.hedislimane.com.
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