Asegurar el futuro del euro
De aqu¨ª a final de marzo la zona euro se juega su futuro. En una compleja sucesi¨®n de reuniones a distintos niveles, que incluir¨¢n en distintos momentos secretarios de Estado, ministros, banqueros centrales y jefes de Estado, a veces de la zona euro y a veces de la Uni¨®n Europea, los l¨ªderes europeos se han comprometido a acordar un paquete de medidas cuyo objetivo es afianzar el marco institucional econ¨®mico de la zona euro y reforzar la confianza de los inversores. Como ya est¨¢ siendo habitual en los ¨²ltimos a?os, la clase pol¨ªtica alemana ha endurecido sus posiciones en las ¨²ltimas semanas, para dejar bien claro su nivel de desacuerdo con lo que ven, con toda probabilidad, como hechos consumados.
Considerando que no ser¨¢ posible evitar una pr¨®xima crisis, habr¨ªa que dise?ar un mecanismo de seguro fiscal
En la pol¨ªtica estadounidense hay una m¨¢xima por la cual, ante una votaci¨®n cuya aprobaci¨®n es vista como necesaria para el bien del pa¨ªs, pero que probablemente ser¨¢ impopular con el electorado, los l¨ªderes de ambos partidos dise?an un plan para aprobar la ley, pero "permitiendo" al mayor n¨²mero posible de parlamentarios oponerse a la legislaci¨®n. De esta manera, aquellos parlamentarios con batallas electorales dif¨ªciles pueden evitar un deterioro de su popularidad.
La reacci¨®n de la clase pol¨ªtica alemana es similar: por ejemplo, el Parlamento est¨¢ discutiendo, y aprobar¨¢, una propuesta que se opone a la mayor¨ªa de las reformas que se van a aprobar este mes en la zona euro. La propuesta no es vinculante para el Gobierno de Angela Merkel y, por tanto, solo tiene valor pol¨ªtico, pero aumenta en gran medida el ruido y la confusi¨®n.
El debate es complejo, ya que implica la resoluci¨®n de varios problemas a la vez. Desde que comenzaron los problemas con Grecia, las autoridades europeas adoptaron una estrategia de resoluci¨®n de los problemas uno por uno, pa¨ªs por pa¨ªs, lo cual gener¨® un perverso efecto domin¨® que aumentaba, en lugar de disminuir, el contagio. Por tanto, tras el rescate irland¨¦s en noviembre del a?o pasado, las autoridades europeas decidieron cambiar de estrategia y tratar de adoptar una soluci¨®n completa para los problemas, aunque ello requerir¨¢ un poco m¨¢s de tiempo. La soluci¨®n se refer¨ªa a la necesidad de definir, de una vez por todas, las caracter¨ªsticas de los mecanismos de apoyo fiscal para los pa¨ªses de la zona euro con problemas.
La necesidad de crear un mecanismo de apoyo fiscal en la zona euro se ha debatido hasta la saciedad, pero no por ello se ha clarificado por qu¨¦ es necesario. El debate se vici¨® desde el inicio, ya que el origen de todo el problema, el descubrimiento del fraude fiscal griego, evit¨® que se pudiera debatir de manera imparcial, sin pensar en la necesidad de castigar a los infractores. La virulenta reacci¨®n de la opini¨®n p¨²blica alemana, complicada por un inadecuado marco jur¨ªdico europeo donde era muy dif¨ªcil justificar una intervenci¨®n de rescate de un pa¨ªs a no ser que estuviera en peligro la estabilidad de la zona euro, gener¨® una serie de respuestas precipitadas e incompletas, parches que serv¨ªan para calmar la tempestad de manera transitoria, pero nada m¨¢s. Y, sobre todo, imped¨ªan una discusi¨®n razonada sobre la necesidad de mejorar la estructura econ¨®mica de la zona euro.
La zona euro se dise?¨® en el contexto de la Gran Moderaci¨®n, el periodo hist¨®rico de las ¨²ltimas d¨¦cadas caracterizado por ciclos econ¨®micos muy suaves. Esto permiti¨® que los estudios realizados durante la gestaci¨®n de la zona euro concluyeran que si los pa¨ªses miembros alcanzaban una situaci¨®n fiscal de equilibrio presupuestario o un peque?o super¨¢vit, tendr¨ªan margen de maniobra suficiente para acomodar periodos recesivos sin sobrepasar la barrera del 3% de d¨¦ficit fiscal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Se conclu¨ªa, por tanto, que, a pesar de ser una uni¨®n monetaria incompleta, caracterizada por la ausencia de un sistema fiscal federal, el equilibrio presupuestario permitir¨ªa a un pa¨ªs que sufriera un shock asim¨¦trico utilizar los estabilizadores fiscales autom¨¢ticos para estabilizar la recesi¨®n, resolviendo as¨ª el problema de la falta de pol¨ªtica monetaria nacional.
Lo que no se contempl¨® en ese dise?o es que el tama?o del shock pudiera ser de una magnitud tal que abocara a un pa¨ªs, que partiera de una situaci¨®n de equilibrio presupuestario, a una situaci¨®n cercana a la bancarrota. Esto es lo que ha sucedido en los ¨²ltimos dos a?os, y que es necesario arreglar. La crisis financiera de 2007-2010 ha invalidado la hip¨®tesis de la Gran Moderaci¨®n, y, por tanto, es necesario dise?ar un marco de pol¨ªtica econ¨®mica europea que sea capaz de gestionar shocks futuros de gran tama?o. Para ello, y considerando que ser¨¢ imposible evitar una pr¨®xima crisis, es necesario dise?ar un mecanismo de seguro fiscal. El "mecanismo de estabilidad europea" que se est¨¢ debatiendo es este mecanismo de seguro. Y, por mucho que le parezca mal a la opini¨®n p¨²blica alemana, es esencial para poder garantizar el futuro de la zona euro.
Este mecanismo de seguro debe tener un tama?o adecuado, debe ser flexible y capaz de reaccionar con rapidez ante situaciones inesperadas, y debe tener un coste que, aun siendo punitivo para evitar el riesgo moral, no sea excesivo para as¨ª garantizar la sostenibilidad de la deuda del pa¨ªs con problemas. La estructura de incentivos debe ser correcta, con una fuerte condicionalidad para evitar su abuso. Y, para minimizar por anticipado la probabilidad de que se deba usar, los pa¨ªses de la zona euro deben reforzar su compromiso con la estabilidad presupuestaria adoptando medidas legislativas que garanticen presupuestos equilibrados a lo largo del ciclo.
Esto es lo que deben decidir los l¨ªderes de la zona euro en las diversas reuniones y cumbres de este mes para asegurar el futuro del euro. Como ver¨¢n, no se ha mencionado el "Pacto de Competitividad", una distracci¨®n que solo sirve para dificultar las negociaciones sobre las materias realmente importantes. A finales de marzo podremos comprobar si la zona euro tiene l¨ªderes a la altura de las circunstancias.
?ngel Ubide es investigador visitante del Peterson Institute for International Economics en Washington.
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