Cautela y desconfianza ante la presencia de Sortu
Corcuera: "El problema es moral y ¨¦tico, no solo jur¨ªdico" ?lvarez: "El nuevo partido cumple con la legislaci¨®n"
Pregunta. ?Creen que la legalizaci¨®n de Sortu es, todav¨ªa, posible si sus estatutos cumplen todos los requisitos legales?
Javier Corcuera: Los estatutos si los lees son limpios, perfectos y con una concreci¨®n sorprendente. Pero el tema que se plantea, no solo es jur¨ªdico. Adem¨¢s, es moral y ¨¦tico, y eso, tambi¨¦n, tiene que ver con el Derecho. Aunque, no siempre es f¨¢cil distinguir. El problema es si un partido o un colectivo pol¨ªtico que ha sido considerado como ETA, sigue siendo ETA o no. ?Eso quiere decir que esta gente sigue siendo ETA? Pues es lo que lo tendr¨¢ que resolver el Tribunal. Hay una cuesti¨®n relacionada con esto que me parece importante; y es que no ser¨ªa bueno que cuarenta a?os de ETA desaparecieran como si no hubieran pasado. En ese sentido es necesario que esta sociedad entierre a ETA, o ETA se entierre a s¨ª mismo. Adem¨¢s, tendr¨ªa que haber una ruptura explicita para que podamos considerar que una etapa ha acabado. Si no la hay, no deb¨ªan de ser legalizados, porque ETA sigue existiendo.
Juan Jos¨¦ ?lvarez. No depende tanto de ideolog¨ªas, porque en el plano del ciudadano nos movemos entre el voluntarismo de querer pensar que efectivamente esto determina la irreversibilidad del proceso, y la enorme desconfianza. Si algo ha caracterizado a la sociedad vasca es una especie de austeridad emocional ante algo que llevamos tanto tiempo esperando. ?Pensad en los anteriores procesos! Ninguno se ha iniciado por la izquierda abertzale, ninguno. Creo que es un dato importante. No s¨¦ si por oportunismo, por oportunidad o porque no quedaba otra, pero su contador se pon¨ªa a cero. Pero en los anteriores, como en 2006, socialmente hab¨ªa una cierta euforia, a veces contenida. En este, desde el primer momento, hemos frenado todos, diciendo: "bueno, hasta aqu¨ª!". Salvado este primer matiz, creo que el debate va a tener un recorrido judicial, que podr¨ªa volver a acabar en Estrasburgo en la hip¨®tesis de una no admisibilidad del amparo. El problema a analizar es si la legalidad formal es suficiente o no.
P. Pero si cumplen la Ley de partidos y la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, ?vulneran o no la legalidad democr¨¢tica?
J. J. ?. Hay una v¨ªa que es la de ejecuci¨®n de sentencias que es la que ha empleado l¨®gicamente la fiscal¨ªa y la abogac¨ªa del Estado, porque no necesita de mayor convicci¨®n probatoria, sino la de un silogismo. Es entender que Batasuna es ETA. La pregunta es si eso es suficiente para no tirar de ejecuci¨®n de sentencia, y estimar que es factible que personas que han estado arropando o dando cobertura ideol¨®gica al mundo de ETA, ahora realmente nominalicen a ETA con la boca peque?a. Pero lo han hecho, y ha representado una cierta catarsis en su discurso.
J. C. Este es el problema, no si esta gente se presenta a unas elecciones. Realmente, es saber si contin¨²an o no la actividad de un partido ilegalizado. Y hay algunas razones para pensar que s¨ª, pero habr¨¢ que ver.
P. ?Pero entonces que se les exige? ?Qu¨¦ paso m¨¢s deben dar?
J. C. Les debemos exigir una manifestaci¨®n clara de ruptura con ETA, y un expl¨ªcito llamamiento a ETA para pedir que se disuelva. Eso es en este momento lo que necesita este pa¨ªs, que desaparezca ETA. Ser¨ªa el gran paso.
P. Por un lado ese ser¨ªa un paso para la legalizaci¨®n, pero al mismo tiempo no se pueden legalizar mientras no den el paso. ?Se puede dar la contradicci¨®n entre lo que es ¨¦tico y moral, y la interpretaci¨®n de las leyes?
J. C. Puede el tribunal pedirle esa declaraci¨®n y preguntar si hay una condena expl¨ªcita.
J. J. ?. Me muevo en los dos planos. Has comentado algo que a m¨ª me encantar¨ªa, y que no descarto que si lo necesitan hacer de aqu¨ª a un mes lo hagan, que es, pedir que ETA cese. El escenario en el que ETA se disuelve, no porque se lo pedimos los partidos y los ciudadanos democr¨¢ticos, sino porque lo pide "su propia gente". Es un escenario en el que desde el punto de vista de la no derrota militar "salva los muebles" con dignidad. Pero la pregunta es, si jur¨ªdicamente, a d¨ªa de hoy, eso es lo que cabe exigir como label de incorporaci¨®n al ¨¢mbito democr¨¢tico.
J. C. Has dicho una cosa, "su propia gente", y ese es el problema. Todos, todos lo tenemos bastante claro. Y eso es lo que deber¨ªa de mantenerse, la consigna de obligar a esa gente a renunciar expl¨ªcitamente a su historia que tiene vinculaci¨®n con ETA, no a sus planteamientos, ni a sus ideales de independencia y de socialismo.
P. Pero en las leyes no est¨¢ escrito que t¨² tienes que condenar un pasado...Volvemos al debate jur¨ªdico y ¨¦tico-moral... tenemos el ejemplo de la Transici¨®n.
J. C. En la transici¨®n todos aceptamos la amnist¨ªa. La hubo. No nos olvidamos de nada, pero decidimos no levantar banderas, no pedir que fuera a la c¨¢rcel aquel guardia civil, o alg¨²n ministro de Franco. Eso se cerr¨® con la amnist¨ªa. La cuesti¨®n es que esta sociedad tendr¨ªa que empezar de cero, porque una sociedad democr¨¢tica no existir¨ªa con esos silencios, con esas complicidades. Eso iba a ser una dificultad important¨ªsima.
P. S¨ª, pero hay sociedades, como la francesa, en donde De Gaulle, tras la guerra, hace creer a todos los franceses que han sido resistentes. Y durante treinta a?os casi nadie habla del Gobierno colaboracionista de Vichy. Eso tuvo un enorme coste.
J. C. Eso cost¨®, pero permiti¨® que Francia saliera invent¨¢ndose un pasado, y sirvi¨® tambi¨¦n para un punto de partida como en el que aqu¨ª decimos todos como resistentes ?Viva la Constituci¨®n!
P. Pero es un falseamiento de la propia historia en el caso franc¨¦s.
J. C. Dentro de un orden, y desde luego, la transici¨®n espa?ola s¨ª funcion¨®. Creo que no ser¨ªa bueno aqu¨ª empezar como si nada.
J. J. ?. Esa especia de amnesia inducida colectivamente, seria tremenda.
P. Adem¨¢s de injusta para las v¨ªctimas.
J. J. ?. Totalmente, y adem¨¢s nos restar¨ªa sabidur¨ªa ciudadana y vital para entender lo que ocurre y ha ocurrido. El problema es ver la legalizaci¨®n como un instrumento para la paz. Prefiero ver la legalizaci¨®n como un fin en s¨ª mismo, del que no van a depender, ni en un sentido ni en otro, actos de contrici¨®n o de perd¨®n. No tengo la sensaci¨®n de que porque se les haga esperar a la legalizaci¨®n, ese proceso vaya a acelerarse. Compruebo una tranquilidad emocional y pol¨ªtica en ellos, no solo porque puedan tener planes alternativos. Nos hacen ver que su apuesta no va a verse enmendada por el hecho de que no llega la legalizaci¨®n. Lo que me perturba es que parece que les sacamos la cara democr¨¢ticamente quienes defendemos todos los derechos, y, a veces, hacemos de tontos ¨²tiles. Democr¨¢tica y ¨¦ticamente debemos exigirles que suban el list¨®n para ganar en credibilidad y ser unos ciudadanos m¨¢s.
J. C. No es un problema de ciudadanos que se arrepientan, es un problema de que trabajen para que acabe ETA. Insisto en que el derecho y la ¨¦tica y moral son cosas distintas, dentro de un orden, porque el derecho incorpora una ¨¦tica y entre los valores que incorpora, si es cierto, est¨¢ el pluralismo. Me parece que ser¨ªa una sociedad m¨¢s normal y m¨¢s democr¨¢tica si esta gente tuviera opci¨®n de participar. Pero ETA no es un accidente, no es una cosa menor.
P. ?Creen que la decisi¨®n llegar¨¢ a tiempo para las pr¨®ximas elecciones de mayo?
J. C. Me da la sensaci¨®n de que no ha habido intenci¨®n de dilatar el proceso.
J. J. ?. Creo que va a haber un pronunciamiento expreso. La suspensi¨®n como medida cautelar de la concurrencia electoral despertar¨ªa menor apoyo desde el punto de vista, tambi¨¦n, jur¨ªdico y social. Pero debe darse un pronunciamiento que aporte seguridad en un sentido o en otro.
J. C. Como otros, el Constitucional contesta a lo que le preguntan y reflexiona en base a los datos que tiene. Entonces con la jurisprudencia del Constitucional realmente se est¨¢ hablando de otra cosa. Se est¨¢ hablando de un partido que es ETA, y que no lo oculta con sus comportamientos. La cuesti¨®n ser¨ªa ver que comportamientos se dan al Supremo y al Constitucional para decir que estos, a pesar de ello, son lobos con piel de oveja. Esto hay que argumentarlo.
P. ?El fen¨®meno de Sortu puede considerarse como fruto de la derrota social pol¨ªtica de ETA o, tambi¨¦n, como triunfo de los dem¨®cratas?
J. C. Pues depende. Lo que quer¨ªa decir precisamente es si esto es una forma tramposa de seguir manteniendo a ETA y seguir haciendo que ETA sea el ¨¢rbitro en la sombra. Entonces, no habr¨¢ sido el triunfo de la democracia, sino todo lo contrario. En ese sentido agradecer¨ªa y quitar¨ªa dudas, si Sortu dice: "ETA disu¨¦lvanse ustedes".
J. J. ?. A pesar de que les repugna la idea de hablar de derrota o historia, y que se llegue ahora al final del camino reivindicando lo que le est¨¢bamos pidiendo en los a?os ochenta, es algo que desde cualquier l¨®gica de planteamiento como observador externo, supone una derrota de quien, teniendo lo que ten¨ªa, ha iniciado otra senda.
P. ?C¨®mo puede cambiar el panorama pol¨ªtico con la legalizaci¨®n o no de Sortu?
J. C. Depende qu¨¦ soluci¨®n se d¨¦, y sobre todo depende que est¨¦ pasando en ese mundo, cual sea la postura del nuevo partido, y de lo que acabe siendo en relaci¨®n con la existencia de ETA.
J. J. ?. Creo que la izquierda abertzale va a participar, y no lo va hacer con el voto nulo que era lo que ETA impon¨ªa. Eso s¨ª que podemos afirmarlo con seguridad en este momento. Y eso es una victoria de la pol¨ªtica.
Javier Corcuera
Javier Corcuera (Bilbao, 1946) catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UPV-EHU, ha estudiado en profundidad la Constituci¨®n, el Estatuto de Gernika y la construcci¨®n del entramado institucional vasco. Coautor del libro "La ilegalizaci¨®n de partidos pol¨ªticos en las democracias occidentales", (Dykinson), es autor, entre otros, de "La patria de los vascos. Or¨ªgenes, ideolog¨ªa y organizaci¨®n del nacionalismo vasco, 1876-1903, (Taurus), y de "Pol¨ªtica y Derecho. La construcci¨®n de la autonom¨ªa vasca", (CEC).
Juan Jos¨¦ ?lvarez
Juan Jos¨¦ ?lvarez (Zumaia,1964) es catedr¨¢tico de Derecho Internacional Privado de la UPV, abogado de Cuatrecasas y secretario del Instituto de Gobernanza Democr¨¢tica (Globernance) que comparte con el profesor de Filosof¨ªa Daniel Innerarity. Ex director de la UNED de Bergara, en 2007 fue designado como experto por la Comisi¨®n Europea para las ¨¢reas de justicia civil y ¨¢mbitos de seguridad. Miembro del Consejo Vasco del Movimiento Europeo, es autor de cinco monograf¨ªas y de 23 obras colectivas sobre el Derecho.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.