Otra v¨ªctima de Wikileaks

Wikileaks ya tiene otra v¨ªctima. No se trata de ninguno de los pol¨ªticos que, seg¨²n demostraron los cables del Departamento de Estado, hac¨ªan unas cosas mientras dec¨ªan otras. Tampoco de ninguno de los militares estadounidenses que desde un helic¨®ptero ametrallaron a un grupo desarmado en una calle de Bagdad matando a 12 de ellos, seg¨²n consta en el v¨ªdeo distribuido en su d¨ªa por Wikileaks. No. La nueva v¨ªctima de la transparencia informativa es un coronel retirado del Ej¨¦rcito de EE UU llamado Philip J. Crowley, que hasta el domingo era el portavoz del Departamento de Estado. Su gran pecado, por el que ha dimitido, ha sido decir que las condiciones carcelarias que sufre el soldado Bradley Manning son contraproducentes y est¨²pidas. Manning es el que supuestamente filtr¨® todos los documentos que han hecho famoso a Wikileaks y que han desvelado documentos secretos de las guerras de Afganist¨¢n e Irak y de la diplomacia estadounidense.

No consta que el Pent¨¢gono haya investigado alguno de los abusos que las filtraciones desvelaron, pero s¨ª que Manning fue detenido en mayo pasado y encarcelado en una prisi¨®n de la base de Quantico (Virginia), en una celda sin luz natural de 6 metros cuadrados de donde solo puede salir una hora al d¨ªa para hacer algo de ejercicio en otra habitaci¨®n tambi¨¦n solitaria. Manning no ha admitido, que se sepa, ninguno de los 22 cargos que pesan sobre ¨¦l; entre otros, el de colaborar con el enemigo, lo que le puede costar la cadena perpetua.

Crowley es un veterano de la Administraci¨®n de Bill Clinton que dice cosas tan sensatas como esta: "El ejercicio del poder debe ser prudente y acorde con nuestras leyes y valores". Su jefa, Hillary Clinton, dice que ha lamentado tener que aceptar su dimisi¨®n. El jefe de Clinton, Barack Obama, que no solo no ha sido capaz de cerrar el presidio ilegal de Guant¨¢namo como prometi¨®, sino que ha tenido que reanudar los juicios militares a sus presos, terci¨® asegurando creer que el Pent¨¢gono depara a Manning el trato "humano y digno que esperaba de ¨¦l la Casa Blanca". Si es as¨ª, entonces es Obama el que no act¨²a como de ¨¦l esperaba el mundo.