Salvar al soldado Manning
Qui¨¦n conoce a Bradley Manning, a ese soldado de 23 a?os, de cara redonda, pelo rubio, no muy alto, y que, por desgracia, ten¨ªa que esconder una homosexualidad muy mal vista en el ej¨¦rcito norteamericano, donde se prefer¨ªa el "don't ask, don't tell", hasta que la reciente ley del 21 de noviembre de 2010 hizo que la cosa fuera m¨¢s transparente?
Destinado a un servicio de inteligencia en Irak, y sometido a un cierto aislamiento debido a ese veto poco propicio a la comunicaci¨®n entre compa?eros de tropa, el joven Bradley encontr¨® en Internet con qu¨¦ ocupar su soledad. Como encargado de analizar las informaciones, nuestro soldado ten¨ªa acceso a redes inform¨¢ticas protegidas, y as¨ª, en principio como mera distracci¨®n, logr¨® acceder a decenas de miles de documentos confidenciales almacenados en distintas bases de datos.
Es el verdadero h¨¦roe de Wikileaks, no Assange. Y se pudre en una especie de Guant¨¢namo
Siempre para compensar su aislamiento, Bradley se comunica mucho con un tal Adrian Lamo, un hacker avezado tambi¨¦n ¨¦l. Le conf¨ªa sus descubrimientos y tambi¨¦n que acaba de transmitir a Wikileaks cables clasificados de la diplomacia americana (unos 260.000) m¨¢s 92.000 documentos clasificados sobre la guerra en Afganist¨¢n, pero que hay como 10 veces m¨¢s. Le habla de la asombrosa facilidad con la que los consigue copiar: "Servidores d¨¦biles, contrase?as d¨¦biles, seguridad material d¨¦bil, contraespionaje d¨¦bil, an¨¢lisis de se?al descuidado (...). Entraba en la sala inform¨¢tica con un CD en la mano (...) luego borraba la m¨²sica y creaba un archivo comprimido (...). Nadie sospech¨® nada". Y, como el c¨¢ndido joven que parece ser, expresa su estupefacci¨®n: "He visto arreglos pol¨ªticos casi criminales (...). Cosas incre¨ªbles, horribles, que deben pertenecer al dominio p¨²blico y no quedarse en un servidor en una oscura habitaci¨®n de Washington".
Seg¨²n The New York Times, Adrian Lamo se asust¨® ante la enormidad del asunto y denunci¨® a Bradley. Detenido primero en una prisi¨®n militar de Kuwait, Manning fue trasladado en julio a una celda de aislamiento de la base de los marines en Quantico, Virginia. "23 horas de aislamiento sobre 24, con un paseo de una hora, otra hora de televisi¨®n, sin almohada, sin s¨¢banas y sin ning¨²n efecto personal desde julio de 2010", seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, que denunciaba el 24 de enero "el trato inhumano infligido por Estados Unidos".
Cuando esta ONG elev¨® una protesta a Robert Gates, secretario de Defensa del gobierno de Barack Obama, Bradley Manning fue sometido a condiciones a¨²n m¨¢s severas, al serle asignada la categor¨ªa de los detenidos con riesgo de suicidio, bajo las ¨®rdenes del comandante James Averhart, quien se habr¨ªa "extralimitado", en opini¨®n de responsables norteamericanos citados por la cadena NBC. Es decir, dejado ¨²nicamente en ropa interior y sin sus gafas hasta que la llegada de sus abogados hizo que se levantasen tales medidas de protecci¨®n.
El relator para la tortura de Naciones Unidas ha anunciado la apertura de una investigaci¨®n. El 2 de marzo, las autoridades le impusieron la obligaci¨®n de dormir desnudo. El soldado Manning est¨¢ tambi¨¦n obligado a presentarse desnudo al ser llamado a las 5 de la ma?ana. Lo que pone de manifiesto que Guant¨¢namo no est¨¢ solamente en Guant¨¢namo. Acusado en primer lugar de "transferencia de documentos confidenciales clasificados a una fuente no autorizada", Manning acaba de ser inculpado por la justicia militar con 22 nuevos cargos de acusaci¨®n, entre ellos el de "colusi¨®n con el enemigo", seg¨²n ha anunciado el Pent¨¢gono, por lo que puede enfrentarse a una pena de 52 a?os de prisi¨®n. Si cuida su colesterol y camina por su celda todas las ma?anas, a su salida le quedar¨ªan entre cinco y 10 a?os para disfrutar de la vida. Por su parte, el comit¨¦ de apoyo al soldado ha previsto celebrar una manifestaci¨®n ante la base de Quantico el pr¨®ximo 20 de marzo.
Pero ?qui¨¦n se preocupa por Bradley Manning? Mientras que Julian Assange, el patr¨®n de Wikileaks, suscita todas las pasiones intelectuales y se enreda en otras pasiones m¨¢s terrestres; provoca primero una verdadera revoluci¨®n de la informaci¨®n y eventualmente de la pol¨ªtica mundial; se erige en palad¨ªn sin miedo y sin reproche de la transparencia democr¨¢tica, hendiendo en los chanchullos y las hipocres¨ªas de todas las canciller¨ªas y Gobiernos del planeta, o rebajado al nivel de traidor megal¨®mano de baja estofa, en resumen que la historia sigue su curso entre la saga heroica y la cr¨®nica de sucesos, el verdadero h¨¦roe se pudre en una c¨¢rcel de seguridad.
Los grandes peri¨®dicos europeos, entre ellos EL PA?S, no han tenido problemas en publicar los documentos. The New York Times incluso ha consultado, antes de la publicaci¨®n, con todo lo que hab¨ªa que consultar en Washington: Casa Blanca, Departamento de Estado, CIA y FBI, extra?¨¢ndose de que no le haya sido presentada prohibici¨®n alguna, ning¨²n "no publicar".
Sin embargo, mientras resulta dif¨ªcil ignorar y no tomar partido respecto a las amenazas de extradici¨®n y de prisi¨®n de Assange, solo unos pocos se ocupan de hacer p¨²blica la situaci¨®n de Manning: un comit¨¦ de apoyo, una p¨¢gina de Facebook para recaudar los fondos necesarios para su defensa y la p¨¢gina pacifista antiwar.com, para la cual "este joven tan valeroso e idealista" ha suscitado el despertar del pueblo norteamericano. Tal vez tambi¨¦n el de algunos otros.
Nicole Muchnik es periodista y escritora. Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola.
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