Adi¨®s oportunidad, adi¨®s

Se les fue la oportunidad a los tres toreros. Sin paliativos; sin excusas. Sin m¨¢s. Una corrida de Fuente Ymbro de excelente corte y seria por delante. Con fachada y fondo, en fin. Cumplidora con creces en el caballo y un sexto muy bravo. De seis, cuatro fueron de notable alto; el primero, de aprobado y solo el cuarto baj¨® el nivel. Pena de corrida, que la enviaron al desolladero con las orejas puestas.

Cerr¨® la tarde un precioso casta?o. No enga?¨® su dibujo. Dos veces lo enviaron al caballo. En la primera sac¨® a piquero y equino hasta los medios con estilo. En la segunda se arranc¨® a larga distancia y volvi¨® a empujar a la manera cl¨¢sica de los toros bravos. Se tom¨® una peque?a tregua en banderillas, sin subir ni bajar la nota. Fue como recargar las pilas, porque ya en la muleta explot¨® sus virtudes: prontitud, fijeza y temperamento. Nobleza y bravura, en una palabra. Sin llegar a esconderse en la trinchera, Pinar se qued¨® a mitad de camino. Fue como ir pero no ir del todo. Tom¨® sus ventajas y no busc¨® el enfrentamiento directo. Al hilo en el cite, descargada la suerte, la faena fue de medio esfuerzo. Como si le costara entrar sin reservas a un toro que ped¨ªa el ahora o nunca. Lo peor, que no fue ni ahora ni nunca. Pena.

La estad¨ªstica deja que Mat¨ªas Tejela le cort¨® la oreja al quinto, otro de los toros muy en tipo de la casa. Poca cosa result¨® en el primer tercio, pero fue de luz verde para la muleta. Obediente y noble sin fecha de caducidad. Tejela descarg¨® un saco de pases. A granel. Por la derecha m¨¢s comprometido; por la izquierda, la pierna contraria escondida por defecto. Un cambiado por la espalda dividi¨® la faena en dos, pero ni mejor¨® ni empeor¨®. La impresi¨®n, a veces, que cada uno libraba por su cuenta. La voluntariosa obra tuvo indigno final: un bajonazo, que se suma a la cuenta de los que van en la feria.

Mejor que este quinto fue el otro toro que sorte¨® Tejela, el segundo. Bien picado, en la l¨ªnea general de la tarde, tuvo la nobleza de un amigo de verdad en la muleta. Dur¨® tanto o m¨¢s que aquel, incluso con mayor clase. Tejela, con la directa puesta, tambi¨¦n cumpli¨® de sobra con el horario burocr¨¢tico: 10 minutos de faena. En ese enorme envoltorio de pases los hubo de todo tipo, pero la espada estrope¨® el fest¨ªn.

El toro que abri¨® la corrida luci¨® dos engatilladas y astifinas guada?as. Al paso pero obediente, dej¨® estar f¨¢cil a Curro D¨ªaz que le anduvo compuestito y con un sutil goteo de su est¨¦tico toreo pero sin llegar a rematar faena. El cuarto toro, muy distra¨ªdo, no puso nada de su parte. D¨ªaz, m¨¢s laborioso, le atac¨® de cerca. Al entrar a matar cobr¨® una voltereta que, por fortuna, solo fue el susto.

Pinar en el tercero, buen toro con las fuerzas justas, comenz¨® prometedor pero la historia no termin¨® de arrancar. Hubo galer¨ªa final, pero no cuaj¨® la cosa.