Bahr¨¦in proh¨ªbe las manifestaciones y desmantela el basti¨®n de la revuelta
La represi¨®n de la protesta en la plaza de la Perla causa al menos cinco muertos
La monarqu¨ªa de Bahr¨¦in opt¨® ayer por la fuerza para poner fin al desaf¨ªo a su autoridad que supon¨ªa la acampada de la plaza de la Perla. Centenares de antidisturbios avanzaron sobre la rotonda lanzando gases lacrim¨®genos. Los manifestantes, entre 200 y 300, salieron corriendo, dejando detr¨¢s el que ha sido su baluarte desde el 19 de febrero, cuando se instalaron all¨ª para exigir reformas democr¨¢ticas. Nada m¨¢s correrse la voz, se organizaron protestas en distintos puntos de la isla que las fuerzas de seguridad acallaron sin contemplaciones. Al menos cinco personas resultaron muertas.
A primera hora de la tarde, la polic¨ªa ten¨ªa tomada Manama. Las calles del centro estaban desiertas. Bancos, colegios, universidades y dependencias oficiales permanecen cerrados hasta nueva orden. Ampar¨¢ndose en el estado de emergencia decretado el d¨ªa anterior, la autoridad militar impuso el toque de queda entre las cuatro de la tarde y las cuatro de la ma?ana en la mayor parte de la capital. Tambi¨¦n se han prohibido las concentraciones p¨²blicas y las manifestaciones en todo el pa¨ªs.
Hay toque de queda entre las cuatro de la tarde y las cuatro de la ma?ana
"No doy cr¨¦dito", declar¨® Munira Fakhro, conocida pol¨ªtica del Waad. Esa formaci¨®n liberal, que re¨²ne tanto a sun¨ªes como a chi¨ªes, es uno de los siete grupos de oposici¨®n que apoyan las reformas. "Ya no podemos confiar en el sistema. No s¨¦ qui¨¦n ha sido el loco que ha dado la orden [de desalojo], pero hemos pasado el punto sin retorno", manifest¨® en conversaci¨®n telef¨®nica desde su casa a las afueras de Aali, una localidad eminentemente chi¨ª.
Chi¨ª es tambi¨¦n la mayor¨ªa de la poblaci¨®n de esta isla-Estado, gobernada por una dinast¨ªa sun¨ª. En una primera se?al del da?o que la intervenci¨®n policial ha causado a la convivencia de ambas comunidades, destacadas figuras chi¨ªes renunciaron ayer a sus cargos oficiales. Entre los dimisionarios hay un asesor del rey, dos ministros, ocho miembros de la Shura (una especie de C¨¢mara de designaci¨®n real) y cinco jueces.
El desalojo comenz¨® poco despu¨¦s de las seis y media de la ma?ana. El ruido de los helic¨®pteros y los gritos despertaron a los periodistas en el vecino hotel Ewa. Los polic¨ªas llegaron a la plaza desde el norte, por debajo del puente de la autov¨ªa Rey Faisal que une la capital, Manama, con el sur de la isla. Al principio, los manifestantes corearon "salmiya, salmiya" (pac¨ªfico, pac¨ªfico) con las manos en alto. Pero, una vez que los antidisturbios empezaron a disparar gases lacrim¨®genos, salieron corriendo tratando de buscar refugio entre las naves del cercano mercado central.
Los m¨®viles dejaron de funcionar durante la operaci¨®n y la velocidad de Internet fue reducida hasta niveles desesperantes. La polic¨ªa cort¨® la electricidad al hotel y confin¨® a los informadores que solo pudieron salir de all¨ª ocho horas m¨¢s tarde. Aunque desde el Ewa dio la impresi¨®n de que la mayor¨ªa de los ocupantes de la plaza lograron huir, fuentes de la oposici¨®n informaron de la muerte de dos personas durante el desalojo: un joven de 23 a?os identificado como Ahmed Abdulla Hasan, de Aali, y Yaffar Mohamed Abd Ali Salman, de Karana. Otra m¨¢s muri¨® m¨¢s tarde a causa de sus heridas, seg¨²n un responsable del hospital Ibn Nafis.
Desde varios centros m¨¦dicos se denunciaron dificultades para el acceso del personal sanitario y de los pacientes. En el Salmiyah, el principal hospital p¨²blico de Bahr¨¦in, la polic¨ªa entr¨® buscando a manifestantes huidos de la plaza de la Perla y sell¨® todas las entradas. Muchas v¨ªctimas ten¨ªan impactos de perdigones.
El comunicado oficial, que neg¨® el uso de munici¨®n real en la Perla, afirmaba que las ¨²nicas v¨ªctimas mortales fueron dos polic¨ªas "arrollados repetidamente por tres veh¨ªculos conducidos por manifestantes que abandonaban el lugar".
El asalto no fue una sorpresa para los activistas prorreforma. Desde la llegada de las fuerzas saud¨ªes y emirat¨ªes el lunes, esperaban lo peor. De hecho, hab¨ªan fortificado con arena y piedras las barricadas en los accesos a la plaza. Pero los mont¨ªculos no fueron obst¨¢culo para las tanquetas en las que llegaron los antidisturbios y los efectivos de la Guardia Nacional. A pesar de los rumores, esta corresponsal no tuvo constancia de la intervenci¨®n de las tropas extranjeras.
Es la segunda vez que las fuerzas de seguridad desalojan la plaza de la Perla. Una primera intervenci¨®n, en la madrugada del 17 de febrero, se sald¨® con cuatro muertos y la radicalizaci¨®n de las protestas. Dos d¨ªas despu¨¦s, los manifestantes volvieron a la rotonda dispuestos a no moverse de all¨ª hasta conseguir que la familia real acceda a convertirse en una monarqu¨ªa constitucional con un Gobierno elegido por sufragio popular.
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