Gadafi acorrala a los rebeldes, que temen un ba?o de sangre en Bengasi
La guerra de guerrillas urbana emerge como opci¨®n para los insurgentes
Un bando, las fuerzas de Muamar el Gadafi, est¨¢ crecido, ataca con vigor a los rebeldes y desaf¨ªa a Occidente y al presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy. El otro, los insurgentes de Libia, desmoralizado y esperando lo peor ante la inacci¨®n de las potencias mundiales: un ba?o de sangre. Y ambos propagan rumores para elevar la moral de los suyos y abatir la voluntad del enemigo. Pero las tropas del dictador, a tiro de piedra de Bengasi, la ciudad cuna del alzamiento, mantienen sin duda la iniciativa y bombardean las poblaciones donde a¨²n ondea la bandera tricolor de los opositores al r¨¦gimen, en evidente repliegue desde el desierto a las zonas urbanas. Muchos expertos opinan que la guerra de guerrillas en las ciudades, al menos en la regi¨®n de Cirenaica, est¨¢ pr¨®xima.
Las tropas del dictador mantienen sin duda la iniciativa b¨¦lica
"En 48 horas todo habr¨¢ terminado", asegura Saif el Islam
De creer a los opositores a Gadafi, edificios de Tr¨ªpoli fueron bombardeados la noche del martes y dos hijos del coronel -Saadi y Jamis, el jefe de la temida Brigada 32- fueron heridos. Tambi¨¦n aseguran que uno de los cazabombarderos de su escu¨¢lido arsenal destruy¨® el aeropuerto de Sirte, basti¨®n del tirano. M¨¢s veros¨ªmil es que el aeropuerto militar de Bengasi s¨ª fue atacado desde el aire e inutilizado por la aviaci¨®n de Gadafi, uno de cuyos hijos, Saif al Islam, asegur¨® que financi¨® la campa?a presidencial de Sarkozy. "Tenemos pruebas", amenaz¨®.
Propaganda al margen, los soldados a las ¨®rdenes del aut¨®crata arremetieron contra los milicianos en Ajdabiya -a unos 150 kil¨®metros de Bengasi- y les forzaron a retroceder. La artiller¨ªa tambi¨¦n lanz¨® sus proyectiles contra Misrata, a 200 kil¨®metros al este de Tr¨ªpoli. Imposible saber con exactitud el n¨²mero de muertos en este conflicto que hoy cumple un mes. "En 48 horas todo habr¨¢ terminado", advirti¨® Saif el Islam. Su padre a?adi¨®, apuntando a los pa¨ªses occidentales: "?quer¨¦is atacarnos? Venid e intentadlo".
Los libios no dudan de que las atrocidades que han jalonado las cuatro d¨¦cadas desde la instauraci¨®n de la Jamahiriya -la rep¨²blica de las masas- volver¨¢n a ser moneda com¨²n si Gadafi conserva el sill¨®n. Pensar que la mayor¨ªa de opositores podr¨ªan acogerse a la amnist¨ªa anunciada por el s¨¢trapa para quienes entreguen las armas tiene poco sentido. Cunde el nerviosismo en las rebeldes Bengasi y Tobruk, aunque muchos creen que les queda una baza por jugar. Ocho hombres llegan a la sede del consejo local de Tobruk -m¨¢s de 150.000 habitantes- y comienzan una discusi¨®n. Piden armas. "Si la guerra llega aqu¨ª, todos luchar¨¢n. Este se?or", dice un miembro del consejo se?alando a un cincuent¨®n, "quiere Kal¨¢shnikov para sus hijos".
Con escasas esperanzas en que el Consejo de Seguridad de la ONU ordene a tiempo la zona de exclusi¨®n a¨¦rea -si se aprueba-, en el panorama b¨¦lico es cada vez m¨¢s probable que la insurgencia organizar¨¢ una guerra de guerrillas en las ciudades para intentar golpear por sorpresa a las fuerzas del dictador. En otros pa¨ªses, los insurrectos se refugiaban en las monta?as, en pa¨ªses vecinos, en las selvas... Libia es puro desierto. Y Egipto, T¨²nez o Argelia no permitir¨¢n la expansi¨®n de la lucha a sus territorios. Las zonas urbanas son las ¨²nicas donde los rebeldes pueden resistir.
En Bengasi, Darna, Al Baida, Tobruk -las ciudades de Cirenaica donde la oposici¨®n al r¨¦gimen de Gadafi ech¨® ra¨ªces poco despu¨¦s del golpe que derroc¨® al rey Idris en 1969- prevalece el deseo de combatir. "Si Gadafi se hace con el control deber¨¢ afrontar nuevas divisiones regionales y tribales. Grandes segmentos de la poblaci¨®n se negar¨¢n a darle la informaci¨®n que necesitar¨ªa para enfrentarse a una guerrilla urbana. Podr¨ªa controlar edificios clave, pero eso no significa tener un control real de la seguridad", explic¨® a Reuters Yazid Sayig, profesor del King's College de Londres. Ser¨ªa una larga batalla.
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