El soldado Ryan en Caldes de Montbui
El rodaje de la coproducci¨®n de TV-3 'Tornarem', sobre los republicanos que lucharon contra los nazis, lleva la II Guerra Mundial al Vall¨¨s Oriental
La columna de semiorugas M3 estadounidenses avanza lentamente, precedida por infanter¨ªa, en un camino embarrado junto a una granja. Se respira un ambiente de Salvar al soldado Ryan o Band of Brothers. Al salir a campo abierto suenan dos fuertes explosiones y sendas columnas de humo se alzan al lado de los veh¨ªculos arrojando tierra sobre los soldados, que se despliegan disparando fren¨¦ticamente sus armas contra los alemanes emboscados. Se supone que estamos en agosto del 44 en territorio franc¨¦s a 40 kil¨®metros del Par¨ªs ocupado a¨²n por los nazis. Pero lo que se ve a lo lejos es Caldes de Montbui. Y el tipo vestido con uniforme de GI y armado con una metralleta Thompson no es Tom Hanks, sino Roger Coma.
Los semiorugas de la Leclerc reciben fuego de la artiller¨ªa alemana
Estamos (?viva!) en el set de rodaje de Tornarem, una ambiciosa coproducci¨®n de TV-3, TVE y Brutal Media (1.500 figurantes, tres millones de euros), sobre los republicanos que tras la Guerra Civil lucharon contra los nazis en la II Guerra Mundial. Se rueda la escena en que La Nueve, la novena compa?¨ªa de la c¨¦lebre Divisi¨®n Leclerc, compuesta casi ¨ªntegramente por republicanos espa?oles, se enfrenta a un s¨²bito ataque a las puertas de Par¨ªs. La ambientaci¨®n es de un rigor poco frecuente en las producciones de nuestro pa¨ªs. Los semiorugas -con emblemas de la segunda divisi¨®n blindada de la Francia Libre y los legendarios nombres de los veh¨ªculos de La Nueve (Guadalajara, Madrid)- son aut¨¦nticos, piezas de coleccionista (los tripulan sus propietarios, franceses); los uniformes, dignos de Hollywood; las armas, exactas reproducciones de las hist¨®ricas. El verismo es tal que no puedes dejar de escudri?ar con aprensi¨®n el horizonte en busca de los panzers de la SS Das Reich (deben de andar por Palau de Plegamans) y est¨¢s tentado de gritar: "?Vive les am¨¦ricaines!" y pedir chicle.
Desde detr¨¢s de una de las tres c¨¢maras que realizan la toma, un grupo de periodistas seguimos los acontecimientos sosteniendo los bol¨ªgrafos como si fueran rifles. "Atentos, posici¨®n, a rodar. Rodamos. Motor. Silencio. Sonido graba. Y... ?Acci¨®n!". Cuando explotan las bombas en el prado -?booooum!: yo dir¨ªa que es un 88 desde el bosquecillo de enfrente- los soldados forman una l¨ªnea de tiradores. El humo y la tierra caen sobre nosotros, ?aggg! Un semioruga queda tocado. Desde un jeep Willys que luce en el parabrisas la inscripci¨®n "Mort aux cons", un oficial con quepis -debe de ser el capit¨¢n Dronne- grita: "?Vite, vite, allez!". La columna reemprende la marcha con los soldados cantando "Par¨ªs, Berl¨ªn, Barcelona, Madrid". Quisiera avisar que me parece poco prudente, seg¨²n todos los manuales, seguir adelante sin neutralizar la amenaza alemana (qui¨¦n sabe si no se esconde un Tiger entre los ¨¢rboles), pero los de producci¨®n me miran con desconfianza y me preguntan si llevo apagado el m¨®vil. Se reparten botellines de agua. Alguien silba la marcha del coronel Bogey.
Tornarem, que se estrenar¨¢ en TV-3 la temporada que viene, est¨¢ dirigida por Felip Sol¨¦. Con el tel¨®n de fondo de los republicanos y su lucha narra la historia de un tri¨¢ngulo amoroso entre Lola (Bea Segura), su marido Felip (Coma), enrolado en la Leclerc, y su amante Manel (Oriol Tarras¨®n), un anarquista de la Resistencia. Los tres se reencontrar¨¢n en Par¨ªs el d¨ªa de la Liberaci¨®n.
Esperemos que los alemanes no nos impidan llegar.
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