Hiroshima clama contra las nucleares
Los supervivientes de la bomba at¨®mica conf¨ªan en que Fukushima sea "el principio del fin" de las centrales - La ciudad cobija el movimiento m¨¢s cr¨ªtico con esa energ¨ªa
"Ahora es el momento de estar unidos para ayudar a las v¨ªctimas del terremoto y a quienes luchan por salvar a todo el pa¨ªs de una cat¨¢strofe mayor en Fukushima, despu¨¦s nos movilizaremos para forzar un cambio en la pol¨ªtica energ¨¦tica nacional", afirma el doctor Nanao Kamada, presidente de la Fundaci¨®n de Apoyo a los Supervivientes de la Bomba At¨®mica de Hiroshima.
Kamada, de 73 a?os, es hemat¨®logo y lleva 49 empe?ado en batallar contra la leucemia, uno de los c¨¢nceres que con m¨¢s facilidad desarrollan las personas expuestas a la radiactividad. En Hiroshima murieron 145.000 personas y otras 300.000 resultaron heridas o enfermaron posteriormente. Muchos supervivientes -hibakusha, como se les conoce en Jap¨®n- se suicidaron dos o tres a?os despu¨¦s incapaces de soportar el horror de la experiencia que vivieron. Pasado m¨¢s de medio siglo, un estudio, realizado por la fundaci¨®n que preside Kamada, sobre los efectos psicol¨®gicos de la bomba at¨®mica, revel¨® que el 74% de los supervivientes tiene remordimientos y sentimiento de culpa por seguir vivos, adem¨¢s de un "p¨¢nico infinito" a la radiaci¨®n.
"Por ahora no hay peligro para la poblaci¨®n", dice un experto en radiaci¨®n
"El accidente forzar¨¢ la revisi¨®n de la pol¨ªtica energ¨¦tica", asegura
En Hiroshima se encuentra el movimiento antinuclear m¨¢s activo de Jap¨®n, pero pese a sus protestas no hab¨ªa logrado impedir que se iniciara la construcci¨®n de una central en Kaminoseki, a unos 80 kil¨®metros de distancia. El desastre de Fukushima, sin embargo, llev¨® el lunes pasado a la Compa?¨ªa Central de Electricidad de Chugoku, propietaria de la central, a paralizar las obras.
"Fukushima es el punto de inflexi¨®n que marca el inicio del fin de las centrales nucleares en Jap¨®n", se?ala Kamada, uno de los firmantes de la carta que la Asociaci¨®n M¨¦dica de Hiroshima tiene previsto enviar hoy al primer ministro, Naoto Kan, y a Naciones Unidas. Los firmantes sostienen que es "un error" construir plantas nucleares en un pa¨ªs propenso a los terremotos, que Fukushima ha hecho saltar por los aires "el mito de la seguridad de las centrales" y que se impone un cambio de pol¨ªtica energ¨¦tica.
De momento, la carta pide al Gobierno una "informaci¨®n r¨¢pida y correcta", que ponga todos los medios a su alcance para solucionar el accidente de Fukushima, medidas de prevenci¨®n de la radiaci¨®n y un "tratamiento adecuado" para los que se expongan a esta. Pero Hiroshima, una ciudad de 1.100.000 habitantes, con muchas ONG militantes antinucleares, comienza a ponerse en pie de guerra contra las centrales.
La Fundaci¨®n de Investigaci¨®n sobre los Efectos de la Radiaci¨®n en Hiroshima y Nagasaki ha enviado a Fukushima a tres de sus expertos para ayudar a las autoridades locales y poner a disposici¨®n de estas toda la informaci¨®n acumulada en estos a?os despu¨¦s de tratar a 120.000 personas afectadas en mayor o menor grado por la radiaci¨®n de las dos ¨²nicas bombas nucleares lanzadas contra la poblaci¨®n. Takanobu Teramoto, director de esta fundaci¨®n, tambi¨¦n est¨¢ convencido de que una vez solucionado el accidente de Fukushima se abrir¨¢ un debate nacional contra las plantas at¨®micas: "Ha sido un accidente muy grande que forzar¨¢ la revisi¨®n de la pol¨ªtica energ¨¦tica de Jap¨®n".
Teramoto, sin embargo, indica que las medidas adoptadas por el Gobierno son correctas y que, por ahora, no existe peligro para la poblaci¨®n m¨¢s all¨¢ de la zona de exclusi¨®n de 20 kil¨®metros alrededor de la central accidentada. "No queremos exagerar los efectos de la radiaci¨®n. Hay que estar atentos a la evoluci¨®n de los reactores y ser precavidos sin crear alarma", afirma. Pero a?ade que mantener esta actitud requiere que el Gobierno "facilite toda la informaci¨®n sobre la situaci¨®n de Fukushima y d¨¦ instrucciones claras para que la gente pueda seguirlas y se tranquilice".
Seg¨²n Teramoto, solo en el entorno de la central se han medido niveles de radiaci¨®n peligrosos para la salud, por lo que en estos momentos la atenci¨®n debe concentrarse en los operarios de la compa?¨ªa el¨¦ctrica, los bomberos que luchan por estabilizar Fukushima y los militares que les apoyan y protegen la zona. Insiste en que despu¨¦s de tantos a?os de investigaci¨®n sobre los damnificados de las bombas se ha llegado a la conclusi¨®n de que "una radiaci¨®n por debajo de los 150 milisieverts no tiene ning¨²n efecto sobre la salud ni incide en el desarrollo de c¨¢ncer".
Kosokawa Kohji, de 83 a?os, uno de los supervivientes de la explosi¨®n de la bomba, que con sarcasmo denominaron Little Boy, afirma que no quiere reactores nucleares pero que entiende "que el progreso de Jap¨®n exig¨ªa su instalaci¨®n". Kohji se salv¨® porque al ser el empleado m¨¢s joven su sitio estaba en un rinc¨®n, entre la pared y el pilar del edificio de la compa?¨ªa de tel¨¦fonos para la que trabajaba. Su hermana de 13 a?os, sin embargo, muri¨® con todos los compa?eros de su clase que se encontraban en el centro de Hiroshima derribando casas -entonces la mayor¨ªa eran de madera- para hacer cortafuegos porque se hab¨ªan intensificado los bombardeos estadounidenses contra la ciudad.
En 2004, Kohji particip¨® en Gernika en una conferencia contra las bombas at¨®micas y afirma que de ese viaje por Espa?a y Alemania se qued¨® impresionado por los molinos e¨®licos. "Jap¨®n eligi¨® el camino m¨¢s f¨¢cil porque, pese al espanto de Hiroshima y Nagasaki, el pueblo no ten¨ªa ning¨²n conocimiento de la radiactividad. Nosotros, los que la sufrimos, s¨ª lo tenemos y ahora este accidente va a cambiar radicalmente la opini¨®n de los japoneses sobre las centrales nucleares", dice.
Kohji afirma sentirse "orgulloso" del trabajo y la disposici¨®n de los operarios que luchan por impedir explosiones mayores e insiste en que se mencione su agradecimiento a la comunidad internacional por acudir en apoyo de los damnificados del terremoto y del accidente de Fukushima. Tras recordar a sus compa?eros muertos -la mujer que estaba a su lado muri¨® al cortarle el cuello uno de los cristales lanzados como pu?ales por la onda expansiva de la explosi¨®n-, se?ala que conf¨ªa en que ahora "tal vez el mundo empiece a comprender la barbarie que EE UU hizo con nosotros".
El Parque de la Paz, levantado en el mismo lugar en que fue lanzada Little Boy, est¨¢ dedicado no solo a la memoria de aquellos que perdieron la vida, sino tambi¨¦n a la lucha por un mundo sin armas nucleares. Ahora son muchos los que consideran que Fukushima ser¨¢ la bandera de un nuevo movimiento para que Jap¨®n no tenga ninguna central nuclear, ni militar ni civil.
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