La hora de la verdad
La autorizaci¨®n de la ONU para atacar a Gadafi abre una fase decisiva en la crisis libia
La decisi¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU de detener con "todos los medios necesarios", excepto la invasi¨®n, los desmanes del coronel Gadafi es la ¨²nica coherente tras m¨¢s de un mes de atrocidades del tirano contra su propio pueblo. La medida, aprobada por 10 votos a favor y 5 abstenciones, entre ellas las dos cruciales de Rusia y China, permite por fin a la comunidad internacional intervenir abiertamente en el pa¨ªs norteafricano para proteger a sus civiles del exterminio, cumpliendo las previsiones del cap¨ªtulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, tan olvidadas en Bosnia, Ruanda o Darfur. Una responsabilidad que parec¨ªa descartada por la par¨¢lisis de las potencias ante la sa?a del r¨¦gimen de Tr¨ªpoli contra los insurrectos en nombre de la libertad
El conflicto libio entra ahora en territorio desconocido. Los primeros ataques contra las fuerzas de Gadafi pueden desencadenarse en horas. Y, dada la amplitud de los poderes concedidos por la ONU, exceder el cierre del espacio a¨¦reo (una acci¨®n que implica la destrucci¨®n de radares y emplazamientos de cohetes) y ampliarse a otros objetivos militares. Que Gadafi en las ¨²ltimas horas haya anunciado simult¨¢neamente un infierno en el Mediterr¨¢neo si es atacado y a la vez un alto el fuego no verificado para cumplir con una de las exigencias de la ONU, muestra la desaz¨®n con que el lun¨¢tico tirano ha acogido la tard¨ªa pero robusta reacci¨®n internacional. Horas antes de la resoluci¨®n 1973, masacraba impune a sus oponentes y anunciaba el final victorioso de las hostilidades y la toma de Bengasi para la noche de hoy.
Hay m¨¢s inc¨®gnitas que certezas sobre la naturaleza y alcance de la intervenci¨®n aliada. ?Se trata de congelar las posiciones de las desiguales fuerzas en liza o de sentar las condiciones para la derrota del dictador? ?Ser¨¢n Francia y Reino Unido quienes dirijan el ataque inicial, vistas las dificultades para que lo haga la OTAN? ?Cu¨¢nto tiempo ser¨¢ preciso para planearlo y acumular las fuerzas m¨ªnimas necesarias? Decisiones que implicar¨¢n a la vecina Espa?a, como hizo notar ayer Rodr¨ªguez Zapatero (que se re¨²ne hoy en Par¨ªs con Sarkozy, Clinton y dirigentes europeos y africanos), al autorizar el uso estadounidense de Rota y Mor¨®n. Cuesti¨®n clave es el papel que vaya a desempe?ar Estados Unidos, ¨²nica potencia con poder log¨ªstico y decisorio suficiente. El escaldado Barack Obama, sumado a la acci¨®n en el ¨²ltimo minuto, intenta mantener a su pa¨ªs en el asiento trasero de los acontecimientos. De seguir las inclinaciones de su ministro de Defensa Gates, Washington se limitar¨ªa a ser poco m¨¢s que espectador de lo que ocurre en la ensangrentada Libia.
El ataque aliado supondr¨ªa para las fuerzas gubernamentales su primer enfrentamiento con un hostigamiento armado serio. Aqu¨ª tambi¨¦n todo est¨¢ por verse. Si Gadafi, pese a sus promesas de luchar hasta la muerte, se aviene a negociar; o si acaba buscando asilo entre alguno de sus amigos africanos o latinoamericanos, pese a estar en el punto de mira del Tribunal Penal Internacional.
La v¨ªa libre de la ONU inicia una nueva y cr¨ªtica fase en la crisis libia. Al margen de su desenlace, hay que celebrar que los poderes terrenales hayan decidido al fin utilizar la consistente doctrina que la ley internacional pon¨ªa a su disposici¨®n para actuar contra un forajido que ha sojuzgado a su pa¨ªs durante d¨¦cadas con la complacencia de quienes finalmente han considerado -en muy buena medida gracias al clamor de una at¨®nita opini¨®n p¨²blica global- que era suficiente. Que las consecuencias de permitir a Gadafi alzarse victorioso sobre su propio pueblo ser¨ªan devastadoras no solo para Libia y el conjunto de pa¨ªses ¨¢rabes que hoy acarician la dignidad, sino para el entero y precario orden internacional.
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