El juez pasa la cruz al pol¨ªtico
La justicia europea rectifica y dice que el s¨ªmbolo religioso en el aula no viola la libertad - Cada Estado abordar¨¢ esta cuesti¨®n a su manera
La justicia europea salva el crucifijo presente en muchas aulas italianas pero deja a los Estados la patata caliente de los s¨ªmbolos religiosos en espacios p¨²blicos. La sentencia, inapelable, fue recibida ayer como una derrota de los laicistas. En todo caso tendr¨¢n que ser los pol¨ªticos los que decidan este asunto en cada pa¨ªs.
La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, integrada por 17 jueces, revoc¨® ayer una sentencia anterior de la Corte y decidi¨® (15 votos contra dos) que la presencia de crucifijos en las aulas de las escuelas italianas "no viola el derecho de los padres a asegurar la educaci¨®n de sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas o filos¨®ficas" ni constituye adoctrinamiento para el alumno. La Gran Sala concluye, adem¨¢s, que las autoridades italianas han actuado "dentro del margen de apreciaci¨®n que tiene cada Estado (...) para respetar el derecho de los padres a asegurar una educaci¨®n conforme a sus convicciones religiosas y filos¨®ficas".
El crucifijo, seg¨²n el tribunal, "no supone un factor de adoctrinamiento"
"La ciudadan¨ªa va por delante de pol¨ªticos y jueces", dice Europa Laica
El Gobierno italiano y El Vaticano se felicitan del nuevo criterio judicial
Extremadura lleg¨® a un acuerdo antes de que resolvieran los tribunales
Los tribunales han hablado, y parecen dejar, en ¨²ltimo extremo, la cuesti¨®n de la libertad religiosa y la neutralidad del Estado en manos de los pa¨ªses. "El tribunal pone tanto ¨¦nfasis en buscar el consenso de los Estados, el m¨ªnimo com¨²n, que est¨¢ desnaturalizando la imparcialidad del Estado ante la libertad religiosa, la neutralidad que debe presidir el ¨¢mbito p¨²blico", afirma el catedr¨¢tico de Derecho Eclesi¨¢stico del Estado, Juan Ferreiro (Universidad de A Coru?a). Cree que podr¨ªa interpretarse, por sentencias anteriores, que est¨¢ habiendo un doble rasero. "Por un lado, cuando se refiere a los s¨ªmbolos religiosos que portan los ciudadanos, que son los titulares del derecho, se proh¨ªbe llevar hiyab, por ejemplo, hay varias sentencias en contra; pero cuando deben pronunciarse sobre la neutralidad de los Estados, fallan a favor de los s¨ªmbolos cat¨®licos".
"Es sobre todo un s¨ªmbolo religioso, pero no hay ninguna prueba de que su visi¨®n en los muros de un aula escolar pueda tener influencia sobre los alumnos", afirma la sentencia. Es justo lo contrario de lo que dec¨ªa el fallo anterior, que fue recurrido por el Gobierno italiano. Y tampoco piensa as¨ª la italiana Soile Lautsi -que dio origen a este pleito-. La mujer ped¨ªa la retirada de los crucifijos del colegio p¨²blico al que iban sus hijos porque, dec¨ªa, violaban su derecho a educarlos en los valores del laicismo.
"?No est¨¢ probada la influencia sobre los alumnos? No lo s¨¦, lo que s¨ª est¨¢ probado es que la ausencia de crucifijos no afecta a nadie. El contexto m¨¢s id¨®neo para que prevalezca la libertad de los individuos es el neutral", replica Ferreiro a la Gran Sala. El caso ha suscitado gran inter¨¦s entre varios pa¨ªses europeos, porque aunque la sentencia no es directamente vinculante, marca jurisprudencia para casos similares que se puedan presentar ante el tribunal en el futuro.
Preguntado por si la sentencia cierra definitivamente la puerta a que otros Estados proh¨ªban los crucifijos en las escuelas, un portavoz del Tribunal coment¨® a EL PA?S que "la sentencia es definitiva en relaci¨®n a Italia; aunque no sienta una cuesti¨®n de principio, porque el dictamen cita el margen de maniobra de cada Estado para legislar sobre la materia educativa y la Corte juzga cada caso de forma individual, s¨ª es significativa porque cambia el sentido de la primera decisi¨®n". "La sentencia afirma que, en el caso de Italia, el crucifijo no supone un factor de adoctrinamiento de los alumnos, pero en otros casos eso podr¨ªa ser juzgado de manera distinta", a?adi¨® el portavoz.
Ferreiro opina que los argumentos son "flojos" y cree que "siguiendo esta inercia, si alg¨²n pa¨ªs legislara, el Tribunal le dejar¨ªa hacer, porque la sentencia es poco contundente a la hora de establecer principios de identidad europeos sobre la laicidad".
La decisi¨®n de la Gran Sala, presidida por el franc¨¦s Jean Paul Costa, supone una derrota sin paliativos para los laicistas y abraza las tesis de la Iglesia cat¨®lica y del Consejo de Estado italiano, que invoc¨® decretos aprobados en los a?os veinte del siglo pasado para negar la retirada de los crucifijos.
El alcance de la sentencia se pudo calibrar en la reacci¨®n euf¨®rica tanto del Gobierno de Silvio Berlusconi como del Vaticano. El director de la sala de prensa vaticana, Federico Lombardi, expres¨® su "satisfacci¨®n con una sentencia decisiva y que hace historia". Radio Vaticana a?adi¨® que es una "victoria hist¨®rica de Italia y de cuantos pensaban que retirar los crucifijos es una cosa absurda".
Por la ma?ana, el presidente del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano, el cardenal Gianfranco Ravasi, hab¨ªa declarado que "el crucifijo es uno de los grandes s¨ªmbolos de Occidente", y hab¨ªa advertido que "si Europa pierde la herencia cristiana" pierde tambi¨¦n "su propio rostro". Para la ministra de Educaci¨®n, Mariastella Gelmini, "se trata de un gran respaldo a la defensa de un s¨ªmbolo irrenunciable de la historia y la identidad italianas".
Massimo Albertin, el m¨¦dico de Abano Terme (norte de Italia), que inici¨® hace ocho a?os con su mujer y sus hijos la batalla legal, se mostr¨® apenado: "La decisi¨®n de Estrasburgo me decepciona mucho, porque la primera sentencia hab¨ªa sido clamorosa". Tambi¨¦n el Rabino jefe de Roma, Riccardo di Segni, mostr¨® su decepci¨®n: "Decir que el crucifijo es un s¨ªmbolo cultural es, en mi opini¨®n faltarle al respeto. Yo no me reconozco como un s¨ªmbolo cultural".
Las organizaciones laicas en Espa?a tampoco han sonre¨ªdo al conocer esta sentencia, pero vuelven la mirada hacia los pol¨ªticos. "Ya no solemos dar mucha importancia a las sentencias sobre libertad religiosa y de conciencia, acostumbrados como estamos al conservadurismo de la judicatura. Creemos que en este asunto, como en tantos otros, la ciudadan¨ªa va por delante de la pol¨ªtica, y esta, de los jueces. Un Estado moderno debe atender las reclamaciones de sus ciudadanos y hay que evitar que se legisle a golpe de sentencia. A veces los tres poderes se obstaculizan entre s¨ª", defiende el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado.
Los pocos ejemplos que pueden hallarse en Espa?a han aterrizado en el ¨¢mbito jur¨ªdico. Fernando Pastor gan¨® su particular batalla por un espacio neutral en las aulas en el tribunal contencioso administrativo n¨²mero 2 de Valladolid. Era noviembre de 2008. El asunto tuvo mucha repercusi¨®n. Tanta, que el a?o pasado, un caso similar en Badajoz se resolvi¨® cuando estaba a punto de llegar al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. La Administraci¨®n lleg¨® a un acuerdo con el demandante para quitar los s¨ªmbolos religiosos. A pesar de ello, no evitaron la publicidad y el acuerdo es vinculante.
?Est¨¢n los tribunales fallando a la ciudadan¨ªa en su petici¨®n de espacios p¨²blicos neutrales? ?Y los pol¨ªticos? "No s¨¦ si la ciudadan¨ªa va por delante, a veces no", dice la portavoz de Somos Iglesia, Raquel Mallavibarrena. "Pero nosotros, cat¨®licos, creemos que en Espa?a estos s¨ªmbolos no representan m¨¢s que el nacionalcatolicismo. Un crucifijo presidiendo el aula no es deseable, porque hay que ver c¨®mo integrar a ateos, cat¨®licos y de cualquier creencia. Eso es un Estado laico, sin privilegios para ninguna confesi¨®n. Y as¨ª ha de ser, aun cuando en el aula fueran todos cat¨®licos", se?ala.
Pero no opina lo mismo, ni parecido, el secretario general de la Federaci¨®n de colegios cat¨®licos (FERE), Juan Antonio Ojeda: "Esta sentencia introduce cordura. Un crucifijo en la pared no es un acto impositivo, sino que puede ser interpretado como un instrumento de di¨¢logo. La religi¨®n no debe utilizarse para enfrentarnos. La gente sencilla de los pueblos se extra?a cuando piden que se quiten. ?Por qu¨¦, si forma parte de nuestra historia, de nuestro arte?".

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