?l puso im¨¢genes a las melod¨ªas
En 1940, el dise?ador gr¨¢fico Alex Steinweiss estaba gobernado por la clase de entusiasmo y ambici¨®n que solo se tienen a los 23 a?os. Hab¨ªa sido contratado el a?o anterior en Columbia, la compa?¨ªa que Ted Wallerstein cre¨® al filo de la Segunda Guerra Mundial para producir aquellos viejos discos, s¨®lidos como el progreso, que corr¨ªan a 78 revoluciones por minuto. Pese a su corta experiencia en el negocio, el joven Steinweiss hallaba ya pocos alicientes en la creaci¨®n de afiches y anuncios para los ¨¢lbumes de aspecto anodino que se enfundaban en an¨®nimos cartones, quedaban agrupados al modo de libros de piel falsa y conten¨ªan m¨²sica cl¨¢sica, jazz, espect¨¢culos teatrales y los primeros balbuceos pop. As¨ª que convenci¨® a sus jefes. ?Y si plasmaban en im¨¢genes las canciones contenidas en esas circunferencias negras de anchos surcos? Encarecer¨ªa la producci¨®n, pero parec¨ªa una buena idea. As¨ª fue como las modernas portadas de discos, esas metonimias est¨¦ticas, aquellos verdaderos trampolines para so?ar las melod¨ªas, quedaron inventadas.
"Deseaba que la gente escuchase la m¨²sica con solo mirar el arte de los ¨¢lbumes", dice Steinweiss, que cumplir¨¢ 94 a?os el jueves
Ha influido decisivamente en medio siglo de publicidad y en los sucesivos 'revivals' , hasta el actual resurgimiento del vinilo
Las cosas se hicieron, claro est¨¢, como antes, cuando la m¨²sica ocupaba un lugar en la vida de las personas y los cantos de los ¨¢lbumes, de tan f¨ªsicos, pod¨ªan ser empleados como armas blancas. Steinweiss cogi¨® a un fot¨®grafo de la compa?¨ªa (con sede en la aislada Bridgeport, en Connecticut) y se present¨® en el teatro Imperial, en la calle 45 Oeste de Manhattan. Ambos convencieron al due?o de cambiar, durante el tiempo que se tarda en tomar una imagen, las letras luminosas de la marquesina. Compusieron el mensaje de la pieza que ven¨ªan a ilustrar: Smash Song Hits, by Rodgers & Hart, compositores del Gran Cancionero Americano, interpretados por la Orquesta Imperial de Rich Rodgers. El puente gr¨¢fico con el viejo mundo qued¨® tendido sobre el fondo negro de la portada; unos c¨ªrculos conc¨¦ntricos rojos remit¨ªan a los surcos que segu¨ªan aguardando a la aguja del tocadiscos en el interior.
"Deseaba que la gente escuchase la m¨²sica con solo mirar el arte de los ¨¢lbumes", escribe Steinweiss, que el jueves cumplir¨¢ 94 a?os en su casa de Sarasota (Florida). El texto abre el exquisito libro que le dedica la editorial Taschen, The inventor of the modern album cover: un voluminoso acto de justicia po¨¦tica con uno de los "verdaderos pioneros del dise?o gr¨¢fico, que languidec¨ªa ajeno a la consideraci¨®n acad¨¦mica que sin duda merece", seg¨²n explicaba recientemente al tel¨¦fono desde su estudio neoyorquino Steven Heller, autoridad mundial en la materia y autor del extenso recorrido por la vida de Steinweiss que centra el libro en t¨¦rminos biogr¨¢ficos.
Aunque los textos son lo de menos aqu¨ª. A tama?o casi sobrenatural se reproducen anuncios, bocetos, pinturas y, sobre todo, unas 400 de aquellas portadas que, primero para ¨¢lbumes de pizarra y luego para sencillos de 45 revoluciones y elep¨¦s de larga duraci¨®n, Steinweiss cre¨® hasta su retirada en 1972, cuando el devenir de todas las cosas pop, la generalizaci¨®n de la fotograf¨ªa como v¨ªa para ilustrar las tapas de los discos y el af¨¢n de protagonismo de las estrellas hicieron inviable su forma de ver el negocio. Atr¨¢s quedaba un cuerpo art¨ªstico de poderosas im¨¢genes. Optimistas, desafiantes, ingeniosas y obligatoriamente artesanales por las propias limitaciones de las empresas, sobre todo Columbia, con sede en un poblacho, para las que trabaj¨®. Un mundo de colores planos y rotundas met¨¢foras que, como explica Heller, funcionaron como la perfecta adaptaci¨®n al mercado de masas estadounidense del ideal modernista y de las ense?anzas de la Bauhaus, del grupo De Stijl y del constructivismo ruso, que lograron identificar a principios del siglo XX el dise?o gr¨¢fico con el progreso, la contemporaneidad y la posibilidad de un mundo mejor y m¨¢s proporcionado.
Tambi¨¦n se incluyen, claro, los destellos de poderosa iconograf¨ªa entre el sobresaliente nivel del artesano. Portadas que hicieron historia, como la recopilaci¨®n de piano Boogie Woogie, que reun¨ªa, entre otros, a Meade Lux Lewis, Albert Ammons o Count Basie tras la ilustraci¨®n de dos manos gigantes (una negra y otra blanca, met¨¢fora de la excepci¨®n interracial del jazz de la ¨¦poca) prestas a tocar un piano diminuto. O Songs for free men, del cantante de g¨®spel Paul Robeson, en la que un brazo liberado de sus cadenas apu?ala a una serpiente nazi. O aquella interpretaci¨®n de la Sinfon¨ªa Heroica, de Beethoven, que, seg¨²n una investigaci¨®n de principios de los cuarenta del semanario Newsweek, aument¨®, ilustrada por Steinweiss, los beneficios de venta en un 895% respecto a su anterior versi¨®n en ins¨ªpido cart¨®n.
No fue aquella la ¨²nica vez que har¨ªa ganar dinero a Columbia este hijo de pobres inmigrantes polacos, alumno del entusiasta dise?ador Leon Friend y enamorado de la misma mujer, Blanche Winnipolsky, durante ocho d¨¦cadas hasta la muerte de esta hace dos a?os.
Un d¨ªa de 1948, el mandam¨¢s de Columbia puso un disco mientras ambos com¨ªan en un despacho de la oficina. "Entonces", recuerda Steinweiss, "estabas acostumbrado al cambio de cara cada cuatro o cinco minutos. Pero aquel duraba unos 15 o 20. '?Qu¨¦ demonios es esto?', pregunt¨¦. 'Est¨¢s escuchando el primer prensaje de un elep¨¦ de larga duraci¨®n', contest¨® Wallerstein". Acto seguido, el dise?ador escuch¨® una soluci¨®n -la invenci¨®n de la tecnolog¨ªa del microsurco por parte del doctor Peter Goldmark permit¨ªa ampliar la capacidad de almacenaje por cada cara-, acompa?ada de un reto: "Tenemos un problema de embalaje". Tras aquella conversaci¨®n, Steinweiss no solo invent¨® la funda de los discos de vinilo tal como a¨²n la conocemos hoy (y que lo era todo hasta la generalizaci¨®n del CD en 1989), sino que cre¨® el logotipo del Lp (as¨ª, la primera en may¨²scula y la segunda en min¨²scula) que usar¨ªa la industria durante a?os.
Su arte se adapt¨® bien al nuevo formato, aunque en los cincuenta diversificar¨ªa sus esfuerzos en disciplinas como la publicidad y el cine. En los discos dej¨® de trabajar con exclusividad para Columbia (Decca, London o Everest contrataron sus servicios) y empez¨® a adoptar derivas m¨¢s abstractas a menudo bajo el seud¨®nimo de Piedra Blanca (sic). En su vieja casa, el nuevo genio infalible pas¨® a ser Jim Flora, a quien el propio Steinweiss contrat¨®, y que pas¨® a la historia por sus ilustraciones, m¨¢s escoradas hacia el mundo del c¨®mic y los rincones oscuros de la mente, para ¨¢lbumes de jazz.
El hilo geneal¨®gico de nuestro hombre, que desde los setenta vive en Florida dedicado a la pintura, qued¨® tendido, pues, a trav¨¦s de Flora, s¨ª, pero tambi¨¦n de los impecables dise?os de Reid Miles para Blue Note, de los discos de jazz de Contemporary y Prestige Records o de las portadas de Tete Montoliu y Nuria Feliu en Edigsa. Steinweiss ha influido decisivamente en medio siglo de publicidad, as¨ª como en los sucesivos revivals de estilo hasta el actual resurgimiento del disco de vinilo. Un rescate que ha tenido reflejo en una curiosa tendencia editorial: la proliferaci¨®n de libros recopilatorios de portadas como el que nos ocupa y a la que no solo Taschen ha prestado atenci¨®n ¨²ltimamente (tiempo en el que han editado miscel¨¢neas consagradas al jazz, al funk y al soul y al rock en general). Sellos independientes como Soul Jazz recopilan tapas de discos raros de free o de m¨²sica brasile?a. Y la tambi¨¦n alemana Gestalten consagra un volumen a las revoluciones est¨¦ticas de los viejos elep¨¦s de cl¨¢sica que hoy d¨ªa, ay, se venden por metros en los mercados de pulgas.
"Est¨¢n destinados a los dise?adores, siempre sedientos de ideas, y a un p¨²blico coleccionista de discos, claro est¨¢, y tambi¨¦n a esos chicos que se descargan m¨²sica, pero encuentran como un artefacto cool el viejo formato. Se sienten lejos de la nostalgia, aunque disfrutan est¨¦ticamente con esas portadas", explica desde Londres el brasile?o Julius Wiedemann, editor en Taschen de libros de tecnolog¨ªa, dise?o y cultura pop. Aclara, con todo, que el proyecto de Steinweiss naci¨® en las oficinas de Los ?ngeles de la editorial.
Surgi¨® de la certeza, adquirida por el creador de portadas de Madonna o Beck, Kevin Reagan, promotor de la idea, de que el inventor de la moderna tapa de ¨¢lbum era, cuando ¨¦l supo de su existencia en 2003, todo un "desconocido incluso para los miembros de la industria". Junto con la editora Nina Wiener emprendi¨® un trabajo de dos a?os que consisti¨® en rebuscar en los archivos de la vieja leyenda para sacarlos a la luz de su dorado retiro en Florida.
El resultado -"el sue?o hecho realidad de los coleccionistas de Steinweiss", seg¨²n Wiener- llega ahora a las librer¨ªas espa?olas como un canto a las excelencias del trabajo de un pionero, pero tambi¨¦n al inagotable poder hipn¨®tico de la portada de un disco, fortalecido en estos tiempos en los que el medio va dejando de ser el mensaje. Aquellos elep¨¦s a¨²n siguen funcionando como ventanas a otros mundos mejores, como billetes a lugares en los que uno se quedar¨ªa a vivir eternamente durante un instante, y hasta como marcos a los que dedicar todo un libro de pensamiento, a la manera del fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Pardo en su iluminador ensayo Esto no es m¨²sica, en el que la portada m¨¢s famosa de todos los tiempos (el Sgt. Pepper's que sir Peter Blake dise?¨® para The Beatles) serv¨ªa para explicar el estado de malestar (virtual) que nos embarga. Un mundo en el que la historia de Steinweiss se presenta como una inesperada y reconfortante visita del pasado.



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