Obama pone a Brasil como modelo global
El presidente de EE UU destaca el sistema de progreso con libertad del pa¨ªs
La favela Ciudad de Dios, que ayer visit¨® Barack Obama, es, como tantas otras de R¨ªo, el reflejo de las grandezas y miserias que definen a Brasil: una poblaci¨®n acosada por la pobreza y el crimen que se defiende con un admirable esp¨ªritu emprendedor. Junto a la miseria, proliferan hoy bancos, restaurantes y recorridos tur¨ªsticos que alimentan la artesan¨ªa y los peque?os negocios. "La gente no deber¨ªa mirar a las favelas con compasi¨®n", dijo el presidente norteamericano, "sino como fuente de presidentes, abogados, doctores, artistas y gente con soluciones".
Fue uno de los ejemplos que Obama utiliz¨® para remarcar las virtudes del Brasil actual, una democracia din¨¢mica y orgullosa, como modelo de los tiempos presentes no solo en Am¨¦rica Latina, donde otros pa¨ªses avanzan ya por caminos semejantes, sino en otras regiones, como el mundo ¨¢rabe, en plena fase de incierta transformaci¨®n.
A diferente escala, Brasil es como China, una naci¨®n sobre cuya grandeza siempre se ha especulado como un mero pron¨®stico. La frase "cuando China despierte" es perfectamente aplicable a Brasil. Obviamente, China ha despertado, y Obama constat¨® ayer que Brasil tambi¨¦n.
"Este ya no es el pa¨ªs del futuro. Para el pueblo de Brasil el futuro ya ha llegado", dijo el presidente en un discurso en el Teatro Municipal. Originalmente el escenario planeado era la plaza de Cinelandia, pero se cambi¨® a ¨²ltima hora, probablemente por las protestas de 48 horas antes.
No hubo signos de protestas ayer. Obama fue muy bien acogido en la favela y en el resto de su recorrido. El presidente aludi¨® a su peculiar biograf¨ªa para declararse sentimentalmente muy pr¨®ximo al multirracial pueblo brasile?o, donde no parece haber hecho m¨¢s enemigos que Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que se neg¨® a comer con ¨¦l en Brasilia.
Lo que Lula tenga contra Obama no pueden ser recelos del presidente norteamericano hacia su alineaci¨®n izquierdista. M¨¢s izquierdista es el historial de la actual presidenta, Dilma Rousseff, una exguerrillera que ten¨ªa prohibida su entrada en EE UU, y Obama la elogi¨® ayer sin empacho: "Ella sabe lo que es vivir sin los m¨¢s b¨¢sicos derechos humanos, pero tambi¨¦n sabe lo que es perseverar y sabe lo que es vencer".
El tr¨¢nsito de Rousseff desde la militancia pol¨ªtica hacia el pragmatismo es tambi¨¦n, seg¨²n Obama, la prueba de un pa¨ªs que ha sabido construir un sistema pol¨ªtico participativo y abierto. "Est¨¢n prosperando como un pueblo libre, con mercados abiertos y un Gobierno que responde a sus ciudadanos. Est¨¢n demostrando que el objetivo de la justicia social se puede conseguir a trav¨¦s de la libertad, que la democracia es el mejor socio del progreso humano", afirm¨®.
Pero Obama no est¨¢ en Brasil solo para elogiar su sistema pol¨ªtico. Est¨¢, como reconoci¨® en su discurso, para hacer acuerdos comerciales y participar, como socio o beneficiario, de su boyante econom¨ªa. "En la ¨²ltima d¨¦cada el progreso hecho por Brasil ha inspirado al mundo", dijo. Le falt¨® a?adir que ha atra¨ªdo inversores y vendedores. Obama ha hablado con Rousseff sobre la venta de aviones F-18. Ning¨²n acuerdo a¨²n.
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