La opacidad de Jap¨®n
La tard¨ªa y deficiente informaci¨®n sobre el accidente nuclear ha generado m¨¢s inquietud
A diez d¨ªas del terrible desastre que ha afligido a Jap¨®n, parece que la situaci¨®n de las plantas nucleares de Fukushima Daiichi, severamente afectadas por el se¨ªsmo y posterior tsunami, evoluciona de forma menos preocupante a como lo hizo durante la primera semana. Todav¨ªa es pronto para hacer balance, pero puede decirse que no se ha producido el escenario de "apocalipsis" evocado por el comisario europeo de Energ¨ªa, al menos con relaci¨®n con el da?o sufrido por los reactores nucleares, aunque el adjetivo de apocal¨ªptico s¨ª parece apropiado al enjuiciar la magnitud del desastre causado por el terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter, y los centenares de r¨¦plicas de nivel inferior, y el tsunami subsiguiente, con m¨¢s de 20.000 muertos y desaparecidos contabilizados y m¨¢s de medio mill¨®n de personas fuera de sus hogares.
No obstante, ya se pueden sacar algunas consecuencias. La primera se refiere a la necesidad de revisar las normas de seguridad de las centrales nucleares, empezando por su ubicaci¨®n, claramente inapropiada en zonas de tan alta actividad s¨ªsmica como la costa este de Jap¨®n, pero tambi¨¦n sobre los sistemas redundantes de refrigeraci¨®n del n¨²cleo y piscinas de almacenamiento del combustible usado y, sobre todo, la eventualidad de que una extensa ¨¢rea alrededor de la central quede devastada, sin posibilidades de suministro el¨¦ctrico externo y con graves dificultades para el acceso de cualquier tipo de ayuda. Estas consideraciones afectar¨¢n tambi¨¦n al debate nuclear abierto en todo el mundo.
Otra de las reflexiones est¨¢ relacionada con la informaci¨®n al p¨²blico. Ha sido deficiente y tard¨ªa. Todos los organismos involucrados en el seguimiento del accidente, empezando por el Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) o la Uni¨®n Europea, han se?alado graves carencias al respecto. Por un lado, parece que la compa?¨ªa propietaria de las plantas, Tepco, ha remoloneado en las informaciones que iba dando incluso al propio Gobierno japon¨¦s. Por el otro, est¨¢ la excesiva prudencia con que el Gobierno ha tratado la informaci¨®n facilitada, seguramente con la intenci¨®n de no crear una alarma injustificada. Esta forma de proceder coincide con lo que ha ocurrido en otros casos, incluyendo el accidente de Chern¨®bil, y siempre da lugar a lo contrario de lo que se persigue.
La opacidad o el retraso en la informaci¨®n al p¨²blico provocan enorme inquietud y magnifican las potenciales consecuencias de los accidentes. Una actitud de total transparencia permite tomar las medidas que mejor se ajusten a la situaci¨®n y disipa, al menos parcialmente, las sospechas de desastres mayores que minan la confianza del p¨²blico y pueden desencadenar reacciones contraproducentes. La buena noticia es que la situaci¨®n parece estar progresivamente bajo control; la mala es que se ha detectado ya la presencia de contaminaci¨®n radiactiva en ciertos alimentos procedentes de la zona siniestrada, una eventualidad cuyos efectos sobre la salud son todav¨ªa inciertos, pero deben ser contrarrestados de forma inmediata.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.