Fukushima no es Chern¨®bil
Desde Jap¨®n hasta Francia, pasando por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, se empe?an en dejar alto y claro que Fukushima no es Chern¨®bil y est¨¢ claro que no lo es. Demos unas cuantas razones fuera de los convencionalismos impuestos.
En 1986 la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica estaba en el ojo del hurac¨¢n. Se cargaban sin ambages las tintas en todo lo que supusiera debilitarla. La muerte del ¨²ltimo duro del Kremlin, Le¨®nidas Br¨¦znev, fue aprovechada hasta la saciedad por Occidente: primero Afganist¨¢n y el boicot a los Juegos Ol¨ªmpicos de 1980, luego la puntilla, el accidente de Chern¨®bil. Recordemos los hechos; el 26 de abril de 1986, los detectores de media Europa recib¨ªan dosis altas de elementos radiactivos de origen desconocido: unas horas despu¨¦s, la Uni¨®n Sovi¨¦tica confirma que un reactor de los cuatro de que tiene Chen¨®bil ha estallado. A continuaci¨®n, comienza una informaci¨®n detallada de vientos y nubes radiactivas y se dan todo lujo de detalles.
Parece que en Jap¨®n no hay vientos y los pa¨ªses lim¨ªtrofes se limitan a repetir la consigna impuesta: "No pasa nada"; tampoco parece que los n¨²cleos se est¨¦n fundiendo y las explosiones no son m¨¢s que sobrepresiones del edificio de contenci¨®n. Efectivamente, Fukushima no es Chern¨®bil.- Francisco Javier Espa?a. La Navata-Galapagar, Madrid.
El desastre de Fukushima ha demostrado demasiadas cosas de golpe: que la seguridad no es total, que nuestro conocimiento no es absoluto, que no se controlan verdaderamente todas las variables, que la tecnolog¨ªa no es omnipotente... y que se nos manipul¨® cuando se nos ped¨ªa que confi¨¢semos en su dominio de la materia y se afirmaba que la desconfianza instintiva hacia la energ¨ªa nuclear era producto de la ignorancia. Se nos dec¨ªa que "sab¨ªan lo que hac¨ªan", pero resulta que ahora se deben revisar todos los sistemas de seguridad de las centrales nucleares, revisar lo que se afirmaba que estaba absolutamente establecido con total rotundidad.
?Acaso Jap¨®n no contaba con la tecnolog¨ªa nuclear m¨¢s alta? ?Acaso sus ciudadanos no confiaron en que los t¨¦cnicos nucleares japoneses "sab¨ªan lo que hac¨ªan" al instalar centrales nucleares en zona de confluencia de placas tect¨®nicas? ?Acaso no saben los ge¨®logos y sism¨®logos que en ¨²ltima instancia y a pesar de la estad¨ªstica, en cualquier zona, cualquiera, se puede dar un acontecimiento s¨ªsmico? Estamos jugando con cosas que no tienen repuesto; es un juego perverso porque hay quien se beneficia calculadamente de ello. Es el sentido com¨²n m¨¢s b¨¢sico el que se deber¨ªa haber impuesto a la pretenciosa voluntad humana de dominio de la naturaleza y conocimiento absoluto. A¨²n hay un camino constructivo, la quimera de un modelo social nuevo con una dr¨¢stica y puede que dram¨¢tica reducci¨®n del consumo energ¨¦tico; algo en principio muy "impopular", y me temo que ning¨²n pol¨ªtico antepondr¨¢ los intereses colectivos sociales a los partidistas y cortoplacistas de su mandato. La contradicci¨®n es antag¨®nica.-Ernesto Aranda. Madrid
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