80 familias chabolistas de Penamoa viven ya en pisos sin apenas problemas
Tras los derribos de ayer, en el poblado coru?¨¦s solo quedan 12 infraviviendas
Novo Mesoiro, el barrio perif¨¦rico de A Coru?a que se sublev¨® contra un realojo masivo de chabolistas gitanos que nunca ocurri¨®, estren¨® ayer centro de salud. Una hora antes, en Penamoa, las palas derribaban por orden judicial y en medio de un fuerte despliegue policial siete de las 19 chabolas que quedan en pie en el que fue hasta hace bien poco tiempo el mayor asentamiento chabolista y mercado de la droga del noroeste peninsular. Dos fotos en el D¨ªa Internacional contra el Racismo y la Xenofobia que ilustran un largo y dificil¨ªsimo proceso de integraci¨®n social que se presum¨ªa imposible. A Coru?a sigue siendo la ciudad gallega con m¨¢s poblados chabolistas. Cada caso es singular, y no vale la misma f¨®rmula para todos. Pero ha logrado, no obstante, erradicar con ¨¦xito el peor de todos.
"All¨ª arriba era el infierno, esto es un trocito de cielo", dice un realojado
No queda rastro de aquellas semanas intensas de manifestaciones promovidas hace tres a?os por el miedo a tener como vecinos residentes de Penaoma. Unas 80 familias procedentes del infrahumano poblado se van adaptando a su nueva vida en pisos de alquiler o comprados que est¨¢n repartidos por toda la ciudad y algunos en municipios lim¨ªtrofes. "All¨ª arriba era el infierno, ahora esto es un trocito de cielo. Penamoa no se lo deseo ni a mi peor enemigo", dice Santiago Bar¨®n. Gracias a un subsidio y la venta ambulante en mercadillos, logr¨® pasar de una chabola inhumana en la que llov¨ªa dentro a una vida normal en un piso, comprado mediante hipoteca. Su mujer, Pili, est¨¢ embarazada de su cuarto hijo. Ser¨¢ el primero de esta joven familia que no nacer¨¢ ni se criar¨¢ en medio de la inmundicia y la m¨¢s aterradora exclusi¨®n social, que caracterizaba un asentamiento en el que habitaban medio millar de personas. M¨¢s de 200 eran ni?os, la mayor¨ªa sin escolarizar.
"Es ins¨®lito en s¨ª mismo que esto haya sido posible, es un trabajo de titanes, a¨²n falta mucho y la lucha es diaria, pero gracias a un impresionante esfuerzo colectivo est¨¢ funcionando", explica una de las trabajadoras sociales del Ayuntamiento. Forma parte del equipo de erradicaci¨®n del chabolismo que, integrado por nueve personas, lleva adelante el plan especial para eliminar Penamoa. Comenz¨® hace tres a?os cuando hubo que construir el primer tramo de la Tercera Ronda, una circunvalaci¨®n que atraviesa el poblado.
Este equipo municipal se ha encargado de censar a los chabolistas de Penamoa, buscarles viviendas dignas, realizar todos los tr¨¢mites para que accedan a ayudas sociales, laborales, de formaci¨®n. El trabajo incluye un seguimiento semanal de cada familia, controlar que cumplan las normas de convivencia, que tengan al d¨ªa el pago de sus recibos, que los ni?os vayan al colegio.
Surgen problemas "pero todo es salvable", aseguran estos trabajadores sociales. El equipo tuvo que lidiar "con las dos culturas", la paya y la gitana. Convencer a las comunidades de vecinos que acepten un exchabolista no fue f¨¢cil y hubo algunos problemas, porque "el miedo y el racismo est¨¢n ah¨ª". Y adem¨¢s est¨¢ el estigma de Penamoa.
Pero lo que m¨¢s cost¨®, seg¨²n el equipo municipal, no fue la adaptaci¨®n de los exchabolistas a pisos, sino que se acostumbraran a vivir de forma aut¨®noma, fuera de la organizaci¨®n familiar muy jerarquizada que ten¨ªan en el poblado. La dispersi¨®n de estas personas en su mayor¨ªa analfabetas supone vivir "otra realidad" no siempre f¨¢cil. Encontrar una autoescuela para obtener el carn¨¦ de conducir, imprescindible para sus trabajos de venta ambulante o de chatarra, fue una ardua tarea.
Teresa, tras 30 a?os en Penamoa, lleva ocho meses "estupendamente" en un piso de alquiler con su madre incapacitada y su hermana. Est¨¢ encantada de haber perdido de vista "la lama, el fr¨ªo y las humedades". Pero admite echar de menos Penamoa por la convivencia. "Las ra¨ªces siempre algo tiran, all¨ª visitaban mucho a mam¨¢". Santiago, que lleva m¨¢s tiempo fuera, asegura que las relaciones con la familia y vecinos del poblado se retoman: "Nos ha cambiado la vida al 100% pero nadie quiere volver jam¨¢s para all¨ª".
Dif¨ªcil regeneraci¨®n
La total eliminaci¨®n de Penamoa es cuesti¨®n de semanas. Depende de los juzgados, que van ordenando el derribo de la docena de chabolas que quedan en pie. Son de la veintena de familias que se negaron a adscribirse al plan de erradicaci¨®n del poblado, aunque los servicios sociales del Ayuntamiento tambi¨¦n trabajan para la dif¨ªcil integraci¨®n de estas personas, y especialmente la de los ni?os, seguidos por Menores de la Xunta. Nueve menores viv¨ªan en las siete infraviviendas derruidas ayer.
La Polic¨ªa local vigila que no vuelva a instalarse nadie sobre unos terrenos de titularidad municipal que hoy constituyen un enorme descampado abarrotado de escombros. Limpiar la zona supondr¨¢ una labor costosa. El deterioro del lugar tambi¨¦n afecta al primer tramo de la Tercera Ronda. La circunvalaci¨®n que atraviesa el antiguo asentamiento tambi¨¦n est¨¢ da?ada pese a no estar abierta al tr¨¢fico. El firme sin estrenar de un vial listo desde 2009 tiene enormes baches, hay basura tirada y muchas farolas derrumbadas. Las vallas est¨¢n destrozadas.
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