La hora de las renovables
La crisis nuclear ratifica la idea de un futuro de energ¨ªa limpia - El Gobierno acababa de recortar primas y contemplaba ampliar la edad de las at¨®micas
En el futuro, el suministro energ¨¦tico mundial depender¨¢ de las energ¨ªas renovables. La afirmaci¨®n es tan cierta como imprecisa. M¨¢s cierta, si cabe, tras el desastre de la central nuclear de Fukushima en Jap¨®n. Pero nadie, ning¨²n experto, ning¨²n Gobierno, sabe cu¨¢nto tiempo va a llevar sustituir la energ¨ªa nuclear y los combustibles f¨®siles -cada vez m¨¢s caros, cada vez m¨¢s escasos y siempre contaminantes- por energ¨ªas limpias. Eso s¨ª, nadie duda de que va a suceder. Porque los pasos en esa direcci¨®n se suceden. La Uni¨®n Europea (UE), por ejemplo, ha aprobado que en 2020 el 20% de la energ¨ªa consumida sea limpia, renovable. Ello supone que, en el caso de la producci¨®n el¨¦ctrica, en torno al 40% de la generaci¨®n provenga de los parques e¨®licos (on shore y off shore), las presas hidr¨¢ulicas, los parques fotovoltaicos y las instalaciones termosolares, principalmente.
En Espa?a se ha logrado eliminar el tope de 40 a?os para las centrales
Los Estados, las empresas y los pol¨ªticos est¨¢n en una encrucijada
El accidente en una nuclear de un pa¨ªs es un accidente en todos los pa¨ªses
Industria recort¨® los incentivos a las renovables para reducir el d¨¦ficit
Aunque la industria nuclear se esfuerza, todav¨ªa genera desconfianza
Compa?¨ªas como Endesa e Iberdrola quieren aumentar el negocio at¨®mico
Tambi¨¦n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) en su informe World Energy Outlook 2010 empuja en esa direcci¨®n. Evitar el calentamiento global peligroso, en el horizonte de 2030, sostiene, requerir¨¢ mejorar en un 60% la eficiencia en el uso final de la energ¨ªa; alcanzar el 20% de energ¨ªas renovables en el consumo; mantener un 10% de energ¨ªa nuclear y lograr un 10% en la captura y secuestro de carbono.
En este contexto, la alerta nuclear decretada en Jap¨®n, tras el terromoto de magnitud 9 y el posterior tsunami que destroz¨® la central nuclear de Fukushima, no ha hecho sino reforzar la idea de que el futuro ser¨¢ energ¨¦ticamente limpio o no ser¨¢. La energ¨ªa nuclear, de gran relevancia en muchos pa¨ªses desarrollados (en Espa?a aporta en torno al 19% de la producci¨®n el¨¦ctrica), ha demostrado, pese a que muchos lo suavizan, que es vulnerable. Puede convertirse en el no problem m¨¢s grande de la historia, seg¨²n la frase de los a?os cincuenta atribuida a un experto estadounidense y referida a los residuos que genera.
El responsable de la Fundaci¨®n Renovables, Javier Garc¨ªa Breva, lo resume as¨ª: "No se puede asumir la maduraci¨®n de una tecnolog¨ªa, como la nuclear, a base de desastres", dice. As¨ª pues, habr¨¢ par¨®n nuclear.
Sin duda, es la hora de las renovables. Es un hecho que pone a todos los Gobiernos, a las empresas y a los partidos pol¨ªticos en una encrucijada. Porque como la industria nuclear asumi¨® en los a?os ochenta, "un accidente en una central nuclear en cualquier pa¨ªs es un accidente en todos los pa¨ªses".
En el caso de Espa?a, con un tercio de la producci¨®n el¨¦ctrica de origen renovable, esa encrucijada es especialmente evidente. Las miradas se vuelven hacia las energ¨ªas limpias justo cuando el Gobierno ha decidido recortar las subvenciones a las renovables para sujetar el llamado d¨¦ficit tarifario el¨¦ctrico, camino de los 20.000 millones. Sucede justo tambi¨¦n cuando la presi¨®n de las grandes empresas energ¨¦ticas hab¨ªa logrado eliminar, mediante una enmienda a la Ley de Econom¨ªa Sostenible, cualquier referencia a los 40 a?os como l¨ªmite de la vida ¨²til de las centrales nucleares.
Al Gobierno espa?ol, como a algunas empresas, la alarma nuclear en Jap¨®n le ha pillado con el paso cambiado. Apenas unos meses atr¨¢s (diciembre de 2010), el Ejecutivo, en un gesto de ajuste a la realidad, hab¨ªa decidido recortar costes por decreto en el sector el¨¦ctrico. En una decisi¨®n muy discutida, incluso por Bruselas, el Ministerio de Industria recort¨® un 30% las primas a los huertos solares para ahorrar 2.220 millones de euros en tres a?os. Adem¨¢s, estableci¨® un nuevo peaje para las empresas generadoras de 0,5 euros por megavatio-hora producido y extendi¨® medio a?o, hasta 2013, el llamado bono social, cuyo coste -150 millones- asumen las compa?¨ªas el¨¦ctricas para no subir la luz a los colectivos m¨¢s desfavorecidos.
El decreto, contrastado, tamizado, discutido y aceptado con y por el sector, preve¨ªa tambi¨¦n que las empresas costearan, con 670 millones en tres a?os, el desarrollo de los planes de ahorro y eficiencia energ¨¦tica que hasta ahora se apoyaban en la tarifa el¨¦ctrica. A la luz de lo sucedido tras el terremoto en Jap¨®n, todo parece un tanto irreal. De pronto, lo que parec¨ªa caro y prescindible, adquiere importancia. Y lo que parec¨ªa indiscutible y asentado, pierde posiciones. El ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n fue muy claro ayer mismo: "Si las centrales nucleares no superan las pruebas habr¨¢ que prescindir de su actividad", dijo al t¨¦rmino de una reuni¨®n extraordinaria de responsables de Energ¨ªa de la UE.
Tras el desastre de Fukushima, la decisi¨®n de Alemania de desconectar las siete centrales nucleares m¨¢s antiguas del pa¨ªsy la paralizaci¨®n del programa nuclear chino ha llevado a muchos analistas a considerar la posibilidad de que se produzca un par¨®n nuclear en toda regla. Si se produce, tendr¨¢ lugar en el momento en que la industria at¨®mica preparaba su despegue. Pero est¨¢ por ver. Tambi¨¦n con ocasi¨®n del gran vertido de petr¨®leo de BP frente a las costas de EE UU se habl¨® de un antes y despu¨¦s de la industria del petr¨®leo.
En Espa?a, los documentos del Foro Nuclear, la asociaci¨®n que agrupa a las empresas que operan en el sector, hab¨ªan calificado el periodo 2000-2030 como el de la "reintroducci¨®n y consolidaci¨®n" de la industria. Una reintroducci¨®n necesaria tras lo sucedido en Estados Unidos en 1979 (accidente de Three Miles Island) que dio lugar, seg¨²n los documentos del Foro Nuclear, a una etapa de "radiofobia social y estancamiento" acentuada por la explosi¨®n de la central de Chern¨®bil (Ucrania) en 1986.
Las grandes empresas el¨¦ctricas espa?olas operan seis centrales nucleares, todas ellas en la pen¨ªnsula. Dos plantas disponen de dos reactores cada una (Almaraz y Asc¨®), por lo que suman ocho reactores de agua ligera, con una potencia total instalada de 7.728 MWe. Con ese parque, las dos compa?¨ªas de mayor tama?o, Endesa (propiedad del grupo italiano Enel) e Iberdrola, han tomado posiciones en lo que todav¨ªa suponen que ser¨¢ una gran negocio: el desarrollo nuclear. Endesa comunic¨®, hace apenas unos d¨ªas, la firma de un acuerdo con la compa?¨ªa estadounidense Westinghouse (fabricante de la mitad de los reactores en funcionamiento en el mundo) para entrenar y formar personal ante posibles nuevos proyectos nucleares. Proyectos, recog¨ªa expresamente el comunicado, que podr¨ªan extenderse tambi¨¦n a Espa?a. Iberdrola, por su parte, tiene tambi¨¦n tomadas posiciones en los planes del Gobierno de Reino Unido para construir nuevas plantas.
En Espa?a, la presi¨®n solo ha llegado, de momento, a la eliminaci¨®n de los 40 a?os como l¨ªmite de funcionamiento de una central y al cuestionamiento del cierre de la central de Garo?a en 2013. Por supuesto, todas las demandas del sector tienen el respaldo de lo que el Foro Nuclear define como "instituciones internacionales relevantes". De la Organizaci¨®n Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) a la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, pasando por la OCDE, existen toda clase de informes y documentos en los que se aconseja a los Gobiernos integrar la energ¨ªa nuclear en sus parques de generaci¨®n. Todo eso est¨¢ ahora en cuesti¨®n. La seguridad de las centrales nucleares se va a revisar en todos los pa¨ªses mientras el mundo aguanta la respiraci¨®n ante cada nueva vaharada en la central japonesa.
Hay mucha desconfianza ante una industria que, aunque ha hecho grandes esfuerzos en los ¨²ltimos a?os por aparecer como m¨¢s transparente, a¨²n da para narrar detalles curiosos. Dos ejemplos: los residuos nucleares se contabilizan como "bultos" y las estad¨ªsticas sobre radiaci¨®n de los trabajadores de las centrales se publican y comparan como dosis "colectivas". Los "bultos" radiactivos, de los que en Espa?a se produjeron 3.914 en 2009, se definen por la industria como "embalajes con su contenido radiactivo, tal y como se presentan para su transporte y almacenamiento". Las llamadas dosis "colectivas", por su parte, son "dosis efectivas, equivalentes o comprometidas que recibe el conjunto [de empleados]. Se mide en sv-persona (sievert, unidad de radiaci¨®n) y se obtiene sumando las dosis recibidas por cada uno de los miembros del conjunto".
A la industria nuclear, se?alan los organizaciones ecologistas, antinucleares y las asociaciones de renovables, le queda mucho camino que recorrer para explicar su actividad, su rentabilidad econ¨®mica y social y sus verdaderos costes. "Lo que habr¨ªa que destacar", se?ala Garc¨ªa Breva, "es que en Espa?a, por mucho que se diga, sobra capacidad de generaci¨®n y podr¨ªa plantearse, sin ning¨²n problema, el cierre programado de las centrales". Los datos en los que basa sus afirmaciones son rotundos: la punta de demanda registrada en Espa?a ronda los 44.000 Megavatios, mientras que la potencia instalada supera los 100.000 Megavatios.
Tanto para Garc¨ªa Breva, como para el exdirector de Greenpeace Espa?a, Juan L¨®pez de Uralde (fundador de Equo), el futuro solo puede ser renovable. L¨®pez de Uralde, en los foros en los que participa, sostiene que "el coste de un modelo energ¨¦tico 100% renovable no ser¨ªa superior al de un modelo convencional". Puede parecer una utop¨ªa, pero el planteamiento de un modelo renovable 100% cuenta con el apoyo y el respaldo de estudios como los del Instituto de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica (ITT) de la Universidad de Comillas -Modelo 100% renovable para el Sistema El¨¦ctrico Espa?ol-; documentos de la Fundaci¨®n Ideas (vinculada al PSOE) e informes como los elaborados por el Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama).
El debate se calienta mientras sube el precio del gas y del carb¨®n; las empresas con activos renovables suben en Bolsa; baja el precio del uranio y aumenta la volatilidad en el mercado del crudo. Apuntando a las nucleares, desde la Asociaci¨®n de Productores de Energ¨ªas Renovables (APPA) se destaca: "Si todas las energ¨ªas internalizaran sus costes externos, las renovables competir¨ªamos con ventaja en el mercado". Mientras el debate se despeja, se puede trabajar en mejorar lo que existe. Es la receta que viene defendiendo Red El¨¦ctrica de Espa?a (REE): iniciativas para mejorar la gesti¨®n de la demanda, lograr un consumo m¨¢s eficiente y flexibilizar la demanda. ?C¨®mo? M¨¢s bombeo (almacenamiento de agua), m¨¢s interconexiones y m¨¢s coche el¨¦ctrico.
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