Sombras sobre Gaza
Israel no debe recurrir de nuevo a la fuerza para sortear sus problemas con los palestinos
La posibilidad de un ataque masivo contra Gaza empieza a tomar forma en las declaraciones de algunos dirigentes israel¨ªes, tanto en el Gobierno como en la oposici¨®n. Las voces que lo reclaman no han surgido tras el atentado en Jerusal¨¦n del pasado mi¨¦rcoles; en realidad, han vuelto al primer plano tras el par¨¦ntesis forzado por las revueltas ¨¢rabes, que interrumpieron una escalada perceptible desde finales del pasado a?o. En el breve plazo de los ¨²ltimos tres d¨ªas, los israel¨ªes han padecido un atentado cuya autor¨ªa se desconoce, aunque la Autoridad Palestina ha detenido a dos militantes de la Yihad Isl¨¢mica, y en el que ha muerto una mujer que esperaba un autob¨²s. Los palestinos de Gaza, por su parte, han enterrado a ocho v¨ªctimas de un ataque del Ej¨¦rcito israel¨ª, cuatro de ellas civiles, incluyendo a tres ni?os que jugaban en la puerta de su casa.
Tanto el primer ministro Netanyahu como el ministro de Defensa, Ehud Barak, se resisten por el momento a reeditar la Operaci¨®n Plomo Fundido, si bien responsabilizan a Ham¨¢s del lanzamiento de m¨¢s de medio centenar de cohetes desde la Franja. Ham¨¢s, que no ha condenado el atentado, estar¨ªa intentando por su propio inter¨¦s que grupos como la Yihad Isl¨¢mica detengan los disparos contra Israel. En medio del fragor, la anunciada visita a Gaza del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, no parece materializarse, posponiendo la eventual reunificaci¨®n pol¨ªtica de los territorios ocupados. Israel ha advertido a Abbas contra este viaje, reconociendo impl¨ªcitamente que la divisi¨®n pol¨ªtica de Gaza y Cisjordania le favorece.
La prueba de que la Operaci¨®n Plomo Fundido, en la que Israel pudo cometer cr¨ªmenes de guerra, no sirvi¨® para otra cosa que para provocar 1.400 v¨ªctimas mortales, muchas de ellas civiles, es que apenas dos a?os despu¨¦s algunos dirigentes israel¨ªes se est¨¦n planteando un nuevo ataque masivo contra Gaza, que sigue sometida a un f¨¦rreo bloqueo semejante a un sitio medieval. La disuasi¨®n israel¨ª no fue restablecida entonces y tampoco lo ser¨ªa ahora, si el Gobierno de Netanyahu cediera finalmente a la tentaci¨®n del castigo colectivo. Una tentaci¨®n que parece ignorar el cambio radical en la regi¨®n. A diferencia de Mubarak, el nuevo Gobierno egipcio est¨¢ dando se?ales de que no cerrar¨ªa los ojos ante otro ataque a gran escala contra Gaza.
Israel se resiste a aceptar que la estrategia de ocupar y colonizar el territorio palestino ha llegado al l¨ªmite. Antes del cambio pol¨ªtico en Egipto era inaceptable; en estos momentos es, adem¨¢s, temeraria. Mucho m¨¢s si se ejecuta a trav¨¦s de los medios que Israel ha venido empleando a pesar del creciente estupor y la repulsa de la comunidad internacional y de sus aliados tradicionales. El hecho de que estos no hayan querido hasta ahora dejarlo solo no significa que puedan seguir haci¨¦ndolo. Otra exhibici¨®n de crueldad como la de la Operaci¨®n Plomo Fundido les colocar¨ªa ante una disyuntiva sin escapatoria. Nada indica que pudieran resolverla a favor de un Israel librado a una furia ciega contra Gaza.
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