PSE y PP renuevan su compromiso hasta 2013
Dirigentes de ambos partidos reafirman su voluntad de mantener el consenso pese a las pol¨¦micas por el fin del terrorismo y con la pugna por ?lava latente
Once folios, 2.663 palabras, cambiaron la pol¨ªtica vasca hace dos a?os -se cumplen el viernes desde su firma-, plasmando el pacto por el que el PSE y el PP pon¨ªan fin a 29 a?os de Gobiernos del PNV y llevaban a Patxi L¨®pez a Ajuria Enea. Desde entonces, ese acuerdo ha superado dificultades, a veces serias, como el ¨²ltimo enfrentamiento por una iniciativa socialista sobre Sortu, pero sin haber estado en riesgo cierto de ruptura. Con la experiencia del bienio, el debate del fin de ETA, unas elecciones en puertas tras las que rebrotar¨¢ la discusi¨®n de qui¨¦n gobierna ?lava y la vista puesta en otras generales que podr¨ªan cambiar el Gobierno nacional, los dos socios coinciden hoy en renovar su compromiso de mantenerlo hasta el fin de la legislatura en 2013, pese a posibles amenazas y presiones. Con m¨¢s o menos matices, avalan esa opini¨®n una docena de parlamentarios y dirigentes de ambas partes y del Gobierno con los que ha hablado EL PA?S.
El PSE ve infundadas las reticencias de su socio por su actitud ante el final de ETA
Alonso enfatiza que "la rev¨¢lida del cambio se juega en ?lava"
El PSE postula que el 22-M no debe tener influencia en la salud del pacto
Alguno mira incluso m¨¢s all¨¢. "Ser¨ªa catastr¨®fico que el primer lehendakari no nacionalista no dure una legislatura. Debemos tratar de que sea un Gobierno que dure este mandato y, si puede, dos", dice un cualificado dirigente del PP. "Euskadi necesita que lo que ha supuesto el cambio vaya m¨¢s all¨¢ de una legislatura", a?aden fuentes del Ejecutivo.
El discurrir de un pacto del que los dos partidos hacen un balance positivo y su estado actual resulta indisociable de las condiciones en que naci¨®. Para ambos, que se vieron, estando a la gre?a en el resto de Espa?a, con la posibilidad de sumar mayor¨ªa absoluta tras a?os de desconfianza mutua, su gran virtualidad era su propia existencia, la posibilidad de la alternancia, de lanzar otra pol¨ªtica contra ETA y apostar por "la regeneraci¨®n democr¨¢tica", como el mismo texto reza. A los 10 d¨ªas de su firma la banda fijaba como "objetivo prioritario" al Gobierno que encabezar¨ªa L¨®pez.
"Es un pacto excepcional porque la situaci¨®n era excepcional, un pacto de los que nos mataban", enfatiza el popular Ant¨®n Damborena. "Es algo dura la expresi¨®n, pero muy gr¨¢fica", reconoce el socialista Jos¨¦ Antonio Pastor. La complicidad entre quienes se enfrentaban a la amenaza y la muerte ha generado unos lazos de confianza ¨ªntimamente ligados al discurrir del acuerdo.
Acabar con el terrorismo y tranquilizar la pol¨ªtica vasca eran -con la crisis- las claves y es donde ambas partes reconocen m¨¢s avances, pero tambi¨¦n el n¨²cleo al que apuntan sus mayores desacuerdos y posibles problemas futuros, en especial por las reticencias, nunca del todo acalladas, del PP en torno a los planteamientos de sus socios sobre la izquierda abertzale y el fin de ETA. Unas reticencias que el PSE ve infundadas y con m¨¢s de puesta en escena que de contenido real.
"El logro m¨¢s importante ha sido impulsar la pol¨ªtica de firmeza que ha llevado a ETA a su m¨¢xima debilidad, con la colaboraci¨®n del Gobierno de Espa?a", repite Rodolfo Ares, consejero del Interior y hombre clave en la gestaci¨®n y gesti¨®n del acuerdo. "Hay que seguir con lo que nos ha llevado hasta aqu¨ª", opina otra figura b¨¢sica en el pacto, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti. Se ha ganado en normalidad al tiempo que ETA iba quedando arrinconada, inciden todos. Entre el ¨²ltimo Soci¨®metro del anterior tripartito (abril de 2009) y el m¨¢s reciente del actual Ejecutivo (diciembre pasado) el porcentaje de quienes sit¨²an la violencia entre los principales problemas de Euskadi cay¨® 21 puntos, proceso inseparable, eso s¨ª, del descenso de la actividad terrorista tanto como del agravamiento de la crisis.
Con iron¨ªa, los socios ven en el tercero en discordia, el PNV, y en el ausente Ibarretxe una muestra de la importancia de mantener su consenso. "?Qu¨¦ ocurrir¨ªa hoy si siguiese Ibarretxe?", se preguntan dirigentes de los dos lados. "La reacci¨®n del PNV fue tan brutal desde el primer d¨ªa y es tan mal educada en el ultimo que nos ha convencido de que lo que hicimos estaba bien", dice ?scar Rodr¨ªguez, secretario general del grupo parlamentario socialista.
Declaraciones de responsables socialistas han llenado de irritaci¨®n y obligado al PP vasco a ca-pear presiones de sectores del partido en el resto de Espa?a. "El riesgo existir¨ªa si se superasen las l¨ªneas rojas de plantear alguna negociaci¨®n o incentivo con Batasuna, pero no tiene por qu¨¦ darse, aunque hay quien defiende esa posici¨®n", resalta Basagoiti. Por encima de las palabras, el PP ha insistido siempre en poner los hechos, la actuaci¨®n de los Gobiernos central y vasco en la lucha antiterrorista, de la que reciben peri¨®dicamente informaci¨®n y no tienen quejas, "sino todo lo contrario"
Estos meses tanto los partidos como sus dos l¨ªderes han renovado varias veces su compromiso de una respuesta conjunta en este proceso, pero en las filas del PP se ve hoy a sus socios nerviosos por razones electorales y lanzando mensajes confusos sobre la estrategia abertzale. "Estamos haciendo todo lo que podemos para que este acuerdo dure. Lo que hay que saber es si los socialistas est¨¢n dispuestos", remacha un parlamentario. "Nuestra voluntad es colaborar, pero no hacia el vac¨ªo, y L¨®pez sabe perfectamente qu¨¦ cosas no vamos a pasar nunca", resume Basagoiti.
Los socialistas se dicen serenos e incluso p¨²blicamente son menos reticentes con su socio, al que, reiteran, han dado todas las garant¨ªas de su actuaci¨®n. "Podemos tener nervios en el resto de Espa?a, pero no en Euskadi, donde lograremos un magn¨ªfico resultado", apuesta Pastor. El PSE resalta que no es a ¨¦l, sino al PNV, al que puede afectar una nueva lista abertzale y, junto a instar a los populares a no magnificar el ruido, recuerda que tambi¨¦n ha tenido que soportar iniciativas legislativas m¨¢s cercanas al discurso duro del PP nacional que al de los populares vascos: el caso Fais¨¢n y propuestas en torno a ETA o las v¨ªctimas son ejemplos cercanos.
?Ha estado en riesgo serio el pacto en estos dos a?os? "Sinceramente, dir¨ªa que no", responde Rodr¨ªguez. "No he tenido la sensaci¨®n en ning¨²n momento, aunque existan discrepancias", apostilla Ares. Con todo, uno de los responsables populares consultados revela que en alguna reuni¨®n de su comit¨¦ de direcci¨®n se ha llegado a especular con la posibilidad de no continuar, al no sentir correspondido su apoyo al Ejecutivo, pero siempre ha primado al final el convencimiento de que "el primer Gobierno que abre una etapa distinta en el Pa¨ªs Vasco no puede durar dos telediarios".
De no cruzarse las l¨ªneas rojas que citaba Basagoiti el escollo m¨¢s cierto para la salud del acuerdo estar¨¢ en ?lava tras el 22-M. "La rev¨¢lida del cambio se juega aqu¨ª", indica el presidente provincial del PP, Alfonso Alonso, resumiendo una posici¨®n un¨¢nime y "esencial" en su partido. Y no tanto el fiasco de la nonata moci¨®n de censura en julio de 2009, cuanto que el PP "tiene que pasar de ser responsable a demostrar que es capaz de gobernar", opina un miembro de su direcci¨®n, "tocar poder pol¨ªtico", en expresi¨®n de su portavoz, Leopoldo Barreda. Si el PP tiene leg¨ªtimamente la posibilidad de gobernar, incluso en otras instituciones, y el PSE no le apoya "habr¨¢ un problema muy serio", postula un parlamentario.
Los socialistas, cuyo candidato a diputado general alav¨¦s, Txarli Prieto, centro de todos los reproches del PP, puntualizaba el pasado mi¨¦rcoles con L¨®pez delante que ¨¦l no va a ser "reh¨¦n" del pacto, defienden que la influencia del 22-M en el acuerdo debe ser cero. "No debe afectar si las motivaciones del acuerdo eran estructurales", considera Rodr¨ªguez. Pastor, quien tampoco divisa complicaciones, replica con una pregunta: "?Qui¨¦n ha dicho que sea imposible que el PNV y el PP puedan repartirse las instituciones alavesas?" Para los socialistas, no se puede a la vez apostar por desbancar a Od¨®n Elorza en San Sebasti¨¢n con el PNV y, a la vez, exigir ?lava o Vitoria si el PP saca un voto m¨¢s que su socio.
Ambas partes quieren ir a las urnas con las manos libres en toda Euskadi y el PP acepta hipot¨¦ticos acuerdos con los peneuvistas, que adem¨¢s reforzar¨ªan su apuesta centrista, pero ello se presenta casi imposible con un PNV alav¨¦s "ahogado por la corrupci¨®n", seg¨²n un alto dirigente popular. Con todo, un miembro de la ejecutiva socialista concluye: "No veo a un PP quitando alcald¨ªas al PSE ni viceversa. No creo que ocurra".
Seis hombres en el 'n¨²cleo duro'
El acuerdo plantea en su ¨²ltimo punto la creaci¨®n de una Comisi¨®n de Seguimiento para su seguimiento. Este grupo se ha reunido formalmente cuatro veces desde la firma del pacto: los meses de enero, abril, julio y noviembre pasados. Sus componentes por ambas partes han variado, pero siempre se han repetido tres nombres de cada lado: los socialistas Rodolfo Ares, Jos¨¦ Antonio Pastor y ?scar Rodr¨ªguez y los populares I?aki Oyarz¨¢bal, Leopoldo Barreda y Ant¨®n Damborenea.
Este
n¨²cleo duro
ha mantenido tambi¨¦n otras reuniones informales tanto para preparar las anteriores como para trabajare m¨¢s en el desarrollo del acuerdo. La ¨²ltima de estas citas se produjo en febrero. Presupuestos, calendario legislativo, puntos concretos del acuerdo, pol¨ªtica antiterrorista, an¨¢lisis de la pol¨ªtica general y la din¨¢mica de funcionamiento bilateral han estructurado estas citas.
En materia de gesti¨®n, los socialistas se enorgullecen de haber participado en cerca del 97% de los acuerdos gestados en la C¨¢mara en lo que va de legislatura. Y destacan que solo una cuarta parte de los asuntos los han pactado en exclusiva con sus socios, coinciden Rodr¨ªguez y Pastor. El PP, mientras, sigue reclamando, como ya hac¨ªa cuando el cambio cumpli¨® un a?o, mayor velocidad en las reformas legislativas. "El Gobierno tiene que tener m¨¢s valent¨ªa a atreverse a cambiar las pol¨ªticas del nacionalismo en estos 30 a?os", apunta Oyarz¨¢bal. En las negociaciones con las consejer¨ªas, los populares destacan la relaci¨®n con Econom¨ªa, con la armaz¨®n de los dos presupuestos como clave, e Industria y sus pol¨¦micas con Empleo y Asuntos Sociales.
?Y si gana Rajoy?
- Un hipot¨¦tico peligro para el mantenimiento del acuerdo del cambio podr¨ªa plantearse si el PP gana las generales de 2012, pero Rajoy necesita al PNV para gobernar. Los populares vascos niegan en redondo esa posibilidad. "Ya le puede interesar a Rajoy o no, que esto no est¨¢ en juego. No vamos a movernos en ninguna otra clave", recalca Basagoiti.
- El pacto ha resultado muy importante para Rajoy, pero adem¨¢s ha asentado a Basagoiti como la voz que la direcci¨®n de G¨¦nova respeta sobre Euskadi, coinciden todos los consultados. "Basagoiti tiene bula", apunta uno de ellos. Si Rajoy necesitase al PNV generar¨ªa tensi¨®n, se reconoce en la c¨²pula del PP vasco, pero sus miembros muestran la seguridad de que si Rajoy llega a Moncloa seguir¨¢ respaldando el pacto, consciente de la importancia de que tenga recorrido.
- Entre los socialistas se pone de relieve que el pacto es posible con un PP que est¨¢ logrando centrarse tras desprenderse de una actitud "tremendamente intrasigente".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.