La historia se repite
La estrategia de pedir elecciones anticipadas por parte del PP no es nueva. Ya la pusieron en pr¨¢ctica en la d¨¦cada de los noventa del siglo pasado. Tras perder inesperadamente las elecciones de 1993, descalificadas la misma noche electoral en televisi¨®n por Javier Arenas y Alberto Ruiz-Gallard¨®n por fraude electoral cometido por el Gobierno, el PP, con la colaboraci¨®n de todos los medios de comunicaci¨®n de la derecha espa?ola actuando de manera concertada, puso en marcha una operaci¨®n para acortar la legislatura lo m¨¢ximo posible. En esa estrategia se puso especial ¨¦nfasis en la convocatoria de elecciones europeas y auton¨®micas andaluzas, previstas para la primavera de 1994. Los resultados de dichas elecciones deb¨ªan considerarse como un test decisivo de la legitimidad del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez para poder seguir dirigiendo la acci¨®n del Estado. Una derrota clara en las urnas no pod¨ªa ser interpretada sino como una revisi¨®n por parte del cuerpo electoral de lo que hab¨ªa sido su expresi¨®n el a?o anterior y, en consecuencia, deber¨ªa de procederse a la disoluci¨®n de las Cortes Generales y la convocatoria de nuevas elecciones.
El debate fue muy intenso. En el Congreso de los Diputados, en el que el presidente del Gobierno tuvo que enfrentarse en repetidas ocasiones con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y en los medios de comunicaci¨®n, en los que se debati¨® de manera ininterrumpida sobre el tema. Al final no se consigui¨® el objetivo en 1994, pero s¨ª al a?o siguiente, en el que la presi¨®n sobre CiU fue tan intensa que acab¨® quebrando su apoyo al Gobierno en la aprobaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado para el a?o 1996, forzando la convocatoria de elecciones para ese a?o.
Andaluc¨ªa se ha visto siempre implicada en esa estrategia. En 1994 porque se produjo la confluencia de las elecciones europeas y andaluzas y en 1996 porque la estrategia de la pinza en el Parlamento de Andaluc¨ªa condujo a que no se aprobaran los Presupuestos de la comunidad aut¨®noma durante dos a?os consecutivos y forz¨® con ello la celebraci¨®n de elecciones anticipadas en nuestra comunidad, que coincidieron con las generales de 1996. Es de esa estrategia de la pinza de donde viene la coincidencia de las elecciones generales y andaluzas y no de una decisi¨®n aut¨®noma del Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa.
La historia se repite. La operaci¨®n de deslegitimaci¨®n de los presidentes del Gobierno de la naci¨®n y del de la Junta de Andaluc¨ªa se viene poniendo en pr¨¢ctica desde hace ya tiempo. Desde la investidura de Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n se le viene reclamando por Javier Arenas que convoque las elecciones, ya que ¨¦l carece de legitimidad democr¨¢tica por no haber sido candidato a la presidencia en una consulta electoral. Y desde que los efectos de la crisis econ¨®mica se hicieron notar con m¨¢s fuerza, Mariano Rajoy viene exigiendo la convocatoria de elecciones anticipadas en todos los foros en que puede hacerlo. La ¨²ltima vez, en Bruselas aprovechando la crisis portuguesa.
El objetivo parece claro: convertir las elecciones del pr¨®ximo 22 de mayo en un test decisivo de la legitimidad tanto del Gobierno de la naci¨®n como del Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa con la finalidad de continuar con el discurso de deslegitimaci¨®n de ambos y la necesidad de convocar elecciones a fin de resolver ese pretendido d¨¦ficit de legitimidad por ellos mismos alimentado.
No conozco ning¨²n otro Estado democr¨¢tico en el que esto ocurra. Pero tampoco conozco ning¨²n otro Estado europeo en el que un partido de gobierno act¨²e como lo est¨¢ haciendo el PP. El retorno al uso electoral del terrorismo es una buena prueba. La historia se repite.
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