Autonomismo de hojalata
En el ecuador de la legislatura asistimos a un debate sobre el estado de la autonom¨ªa con un presidente a la defensiva, m¨¢s preocupado de responsabilizar a otros de los problemas de Galicia que de dar cuenta de la evoluci¨®n econ¨®mica y de plantear soluciones de futuro. As¨ª, ante el evidente deterioro de la econom¨ªa y el empleo en Galicia desde la restauraci¨®n conservadora y frente a las previsiones econ¨®micas que nos sit¨²an a la cola del crecimiento de todas las comunidades aut¨®nomas en este bienio, Feij¨®o fue incapaz de presentar iniciativas y propuestas para revertir esta situaci¨®n desentendi¨¦ndose de las consecuencias de la crisis.
El presidente centr¨® su intervenci¨®n en desarrollar su particular teor¨ªa de la conspiraci¨®n contra Galicia en forma de maltrato del Gobierno socialista de Espa?a en las cajas, el modelo de financiaci¨®n, las competencias sanitarias o la ejecuci¨®n de infraestructuras. Evitando hablar de los problemas reales de nuestro sistema financiero, obviando que las reglas de interpretaci¨®n del modelo de financiaci¨®n son id¨¦nticas para todas las comunidades y ocultando los informes del Consejo de Estado que defienden las competencias exclusivas del Ejecutivo central en materia de garant¨ªa de las prestaciones sanitarias b¨¢sicas. Sembrando dudas sobre el compromiso del Gobierno de Espa?a con el desarrollo del AVE a Galicia, a pesar de enfrentarse con quienes cuestionan esta inversi¨®n y se oponen a la cohesi¨®n territorial, compromiso que contrasta con el sistem¨¢tico maltrato a Galicia de los Ejecutivos de Aznar y Rajoy. Conviene recordar aqu¨ª que el Gobierno conservador oblig¨® a Galicia a cofinanciar las competencias estatales, como ocurri¨® con los 160 millones de euros aportados para las obras del Eixo Atl¨¢ntico o los 60 que pagamos los gallegos para la construcci¨®n de la autov¨ªa de peaje Santiago-Lal¨ªn.
Feij¨®o rechaza los ataques al Estado auton¨®mico, pero obvia que estos solo provienen de su partido
Pero lo m¨¢s destacado de un discurso victimista y sin iniciativa, fue la parad¨®jica defensa del Estado de las Autonom¨ªas frente a los ataques de su propio partido. Porque es el PP el ¨²nico que cuestiona el modelo auton¨®mico, con Aznar manifestando que es "inviable", pone en riesgo la permanencia de Espa?a en el euro y el crecimiento econ¨®mico, o que la articulaci¨®n territorial ha hecho de Espa?a un Estado marginal. As¨ª, es el partido conservador quien propone modificar la actual configuraci¨®n del Estado de las Autonom¨ªas y, con una visi¨®n corta y sin recorrido, responsabiliza de las dificultades para la recuperaci¨®n econ¨®mica a las comunidades aut¨®nomas.
No deja de sorprender el autonomismo de hojalata mostrado por el presidente Feijoo en este debate, mientras reniega de sus competencias, entierra la reforma estatutaria y reivindica la creaci¨®n de una Conferencia de Presidentes Auton¨®micos como ¨®rgano de oposici¨®n y confrontaci¨®n de las autonom¨ªas con el Gobierno de Espa?a. De este modo, el presidente de Galicia, m¨¢s que defender el modelo que permiti¨® alcanzar los mayores niveles de calidad de vida, desarrollo, cohesi¨®n social y territorial e igualdad de oportunidades para los ciudadanos de toda nuestra historia, busca solo el oportunismo pol¨ªtico y el enfrentamiento. Resulta llamativa esta defensa impostada del Estado auton¨®mico, por parte de quien manifiesta desconocer sus competencias y se desentiende de los problemas de empleo, mientras basa toda su estrategia pol¨ªtica en echar balones fuera y desaparecer de la foto de la crisis.
Prueba de esta falta de compromiso es su oposici¨®n a reformar el Estatuto situando una comunidad hist¨®rica como Galicia a la cola del desarrollo competencial. Esta oposici¨®n pol¨ªtica se manifest¨® en su negativa a apoyar la reforma desarrollada por el Parlamento la pasada legislatura, cuando el inter¨¦s electoral de Feijoo fren¨® e impidi¨® la reforma estatutaria. Pero, sobre todo, es evidente en su negativa a impulsar en sede parlamentaria un nuevo proyecto de Estatuto por m¨¢s que en este debate intentase esconder su pasividad y partidismo bajo la bandera de Galicia.
La crisis actual es una oportunidad para evitar disfunciones, eliminar competencias recurrentes y duplicidades, tambi¨¦n es el momento de dotar a Galicia de los instrumentos para dar respuesta a las necesidades de los gallegos, impulsando el autogobierno, desarrollando nuestras competencias para salir reforzados de la crisis con mejor capital humano, m¨¢s talento, creatividad y productividad. Desafortunadamente de estas tareas constructivas el Gobierno gallego dimiti¨® antes de comenzar la legislatura.
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