?Qui¨¦n teme el final de ETA?
El Partido Popular vuelve a las andadas. Regresa la obscenidad de acudir a ETA para atacar al Gobierno. Ahora las actas de los terroristas sirven como argumento para pedir la cabeza de P¨¦rez Rubalcaba y para acusar al Gobierno de no s¨¦ cu¨¢ntas traiciones.
La deslealtad con el Gobierno en el proceso de negociaci¨®n de 2006 le cost¨® muy cara al Partido Popular, hasta el punto de que fue determinante en su derrota de 2008. Ahora ataca de nuevo. ?Por qu¨¦? ?Por qu¨¦ Rajoy ya no aguanta m¨¢s la presi¨®n de su entorno medi¨¢tico? ?Por qu¨¦ una vez m¨¢s al Partido Popular le ha entrado el p¨¢nico al ver que el fin de ETA se perfila como una posibilidad real? A la derecha le produce v¨¦rtigo que se mueva el statu quo.
El Gobierno habl¨® con ETA antes y despu¨¦s del atentado de la T-4. ETA ha dado su versi¨®n de estas reuniones. Y la derecha quiere montar un proceso al Gobierno. ?No son conscientes del desprop¨®sito que esto representa? A veces parece como si la derecha tuviera problemas para establecer jerarqu¨ªas entre sus enemigos. Unas conversaciones con una organizaci¨®n terrorista no pueden retransmitirse en directo. En un proceso de este tipo seguro que hay un mont¨®n de medias palabras y de enga?os. Seguro tambi¨¦n que hay peque?as concesiones necesarias para tratar de agotar todas las posibilidades. ?O es que el Partido Popular cuando negoci¨® con ETA detuvo, por ejemplo, a sus interlocutores?
En otros pa¨ªses que han pasado por estos trances -el Reino Unido, por ejemplo- nadie de la oposici¨®n ha satanizado al Gobierno por negociar, nadie ha cuestionado que el Gobierno marcara los tiempos y los modos. En Espa?a tampoco, hasta la pasada legislatura en que el Partido Popular perdi¨® el sentido de responsabilidad que los partidos hab¨ªan demostrado en las dos treguas anteriores. Seguro que el Gobierno cometi¨® errores en el proceso de negociaci¨®n. El m¨¢s importante de ellos, no haber sido capaz de prever el golpe de la T-4. Y seguro que es discutible que despu¨¦s de aquel atentado se siguiera hablando, aunque ahora sabemos que fue determinante para que el mundo abertzale entendiera que la intransigencia estaba del lado de los etarras.
La tregua acab¨® mal, porque obviamente no acab¨® con un acuerdo aceptable que era lo que el Gobierno buscaba. Pero precisamente porque se hicieron muchas cosas bien, el fracaso de la tregua ha abierto la puerta al final de ETA. ?Qu¨¦ hizo bien el Gobierno? Seguir deteniendo y, sobre todo, seguir acumulando informaci¨®n durante la tregua, lo que le permiti¨® despu¨¦s desmantelar a la organizaci¨®n terrorista. Y conseguir que quedara meridianamente claro que era ETA y solo ETA la responsable del fracaso.
Desde entonces, ETA est¨¢ cada vez m¨¢s atrapada en su propio laberinto. Y carece por completo de iniciativa, como han demostrado sus ¨²ltimas treguas. ETA se acaba: esto es lo importante. Sin embargo, el Partido Popular tira los papeles de ETA a la cara del Gobierno.
En el Partido Popular hay tres discursos sobre la cuesti¨®n terrorista: el de Mayor Oreja, reiterativo en sus obsesiones, que ya ha quedado a beneficio de inventario; el de Aznar, tan cargado de resentimiento que para encontrarle algo de verdad hay que descafeinarlo en un 90%; y el de Rajoy, que parec¨ªa haber emprendido la senda del buen sentido, pero que est¨¢ viviendo estos d¨ªas un verdadero retorno al pasado. Aznar tuvo el m¨¦rito de hacer entender a la clase pol¨ªtica, a la justicia y a la ciudadan¨ªa que era posible derrotar a ETA. ?Por qu¨¦ el Partido Popular se empe?a ahora en poner palos a las ruedas cuando el final se acerca?
En la historia de la lucha antiterrorista, el PSOE ha estado siempre marcado por los cr¨ªmenes del GAL. Aquel terrible episodio le coloc¨® a la defensiva. Y Zapatero, que era de otra generaci¨®n, no ha sabido superar este trauma y ha vivido siempre a remolque del Partido Popular en esta materia. Solo as¨ª se explica la posici¨®n adoptada frente a la ilegalizaci¨®n de Sortu, que tantas dudas judiciales genera.
ETA est¨¢ hoy en una situaci¨®n desesperada. Con sus direcciones y sus comandos cayendo uno tras otro. Rematar este ¨¦xito requiere decisi¨®n y complicidad por parte de todos. Y precisamente en este momento, el Partido Popular vuelve con lo que mejor le puede servir a ETA: cargar contra el Gobierno a cuenta de la tregua de la que ETA sali¨® completamente asfixiada. ?Por qu¨¦ el Partido Popular teme el fin del terrorismo en el Pa¨ªs Vasco?
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