Gente independiente
Una novela que refleja el car¨¢cter del pueblo island¨¦s es Gente independiente, del premio Nobel Halld¨®r Laxness. Bjartur es un campesino que lucha por mantener su tierra, su libertad e independencia en una naturaleza extrema e inh¨®spita. Los islandeses somos como Bjartur, un pueblo pac¨ªfico y luchador que se ha visto obligado a lo largo de su historia a reponerse de innumerables cat¨¢strofes naturales, del aislamiento geogr¨¢fico y pol¨ªtico de Europa, a lograr pac¨ªficamente su independencia de Dinamarca (el 17 de junio de 1944) y ahora, tras la crisis financiera que hundi¨® econ¨®micamente al pa¨ªs en octubre de 2008, a recuperar su prestigio como naci¨®n.
Para entender qu¨¦ provoc¨® la quiebra del sistema financiero island¨¦s debemos analizar brevemente sus antecedentes econ¨®micos. La necesidad de adaptar la econom¨ªa islandesa al Espacio Econ¨®mico Europeo (EEE), al que se incorpor¨® en 1994, supuso un punto de inflexi¨®n en la historia econ¨®mica del pa¨ªs. Hasta entonces, y desde su independencia, Islandia se hab¨ªa caracterizado por una fuerte intervenci¨®n del Estado en las principales industrias del pa¨ªs -la pesca y la energ¨ªa-, por las barreras al comercio y a la libre entrada de capitales y por la aplicaci¨®n de un sistema de cambios m¨²ltiples de la corona islandesa que distorsionaban la fijaci¨®n de precios con consecuencias inflacionistas.
Pocos advirtieron los problemas de fondo que presentaba la econom¨ªa islandesa
Islandia cuenta con una poblaci¨®n joven muy formada dispuesta a asumir nuevos retos
Los grandes bancos del pa¨ªs, alguno de ellos de titularidad p¨²blica, no solo financiaban las inversiones del Estado, sino que estaban fuertemente politizados al ocupar antiguos ministros puestos de responsabilidad en ellos. Modernizar la econom¨ªa del pa¨ªs, hacerla menos dependiente del exterior y de la pesca y homogeneizarla con la regulaci¨®n del EEE llev¨® a David Oddson, por entonces primer ministro, a realizar durante la d¨¦cada de los noventa un proceso de reformas liberalizadoras de los sistemas bancario y fiscal, de las pensiones y de las cuotas pesqueras.
Islandia iniciaba as¨ª su despegue econ¨®mico, y para muchos se convirti¨® en un paradigma de lo que se deb¨ªa de hacer en econom¨ªa. Los datos econ¨®micos apoyaban estas teor¨ªas, ya que un a?o antes del colapso se hab¨ªan alcanzado el pleno empleo y el super¨¢vit presupuestario, se hab¨ªa diversificado el PIB -reduciendo el peso de la pesca en favor de otros sectores- y se hab¨ªa logrado el mayor ¨ªndice de desarrollo humano del mundo. Era un paradigma de la felicidad.
Pero no todo era perfecto. Pocos fueron los que advirtieron los problemas de fondo que presentaba la econom¨ªa islandesa: la burbuja inmobiliaria; el endeudamiento de las familias que hab¨ªan pedido cr¨¦ditos hipotecarios en euros; el elevado d¨¦ficit de la balanza por cuenta corriente; la excesiva exposici¨®n de la banca, que hab¨ªa asumido en su proceso de internacionalizaci¨®n activos que supon¨ªan nueve veces el PIB del pa¨ªs, y la err¨®nea combinaci¨®n de una pol¨ªtica monetaria restrictiva, acompa?ada de una pol¨ªtica fiscal expansiva basada en continuas bajadas de impuestos que origin¨® una masiva entrada de capitales extranjeros y la apreciaci¨®n de la corona.
Con la ca¨ªda de Lehman Brothers, los islandeses nos despertamos con la nacionalizaci¨®n de los tres grandes bancos, la aplicaci¨®n de la ley antiterrorista por parte del Gobierno brit¨¢nico (a un pa¨ªs que no tiene ej¨¦rcito) para proteger a sus ciudadanos que hab¨ªan depositado dinero en los bancos islandeses atra¨ªdos por la alta rentabilidad, y la necesidad de acudir al FMI. Ya nada ser¨ªa igual, pero, como en la novela de Laxness, surgi¨® la conciencia de volver a ser gente independiente.
Los islandeses han asumido una elevada tasa de paro, recortes sociales, subida de impuestos y la necesidad de emigrar. A cambio, exigieron transparencia, la ca¨ªda del Gobierno de coalici¨®n conservador-socialdem¨®crata, la investigaci¨®n pormenorizada de los hechos con la detenci¨®n de sus banqueros, decidir bajo qu¨¦ condiciones se pagar¨¢ a los acreedores brit¨¢nicos y holandeses y la redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n que se adapte a los nuevos tiempos. Estas consecuencias no responden a una revoluci¨®n silenciosa, sino al car¨¢cter island¨¦s.
Los problemas persisten en la econom¨ªa. Sin embargo, el pa¨ªs comienza poco a poco a recuperar el crecimiento y a atraer inversiones extranjeras, y a equilibrar su saldo exterior. El ¨¦xito de esta recuperaci¨®n no se debe solamente al plan de ajuste impuesto por el FMI, ni pasa por su incorporaci¨®n a la UE, sino que responde en gran medida a su gente. Adem¨¢s de su riqueza energ¨¦tica y pesquera, y una naturaleza extrema que atrae un turismo sostenible, Islandia cuenta con una poblaci¨®n joven muy formada que est¨¢ dispuesta a asumir nuevos retos y a aprender de los errores, siguiendo los pasos de un personaje tan luchador, trabajador e island¨¦s como el campesino Bjartur.
Alicia Coronil J¨®nsson es profesora de econom¨ªa de ESIC Business & Marketing School.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.