Fr¨¢ncfort nos cocina un disgusto o un mazazo
Si va regular, ser¨¢ un disgusto. Si va fatal, ser¨¢ un mazazo.
El Banco Central Europeo (BCE) decidir¨¢ hoy en Fr¨¢ncfort, si un maremoto no lo impide, un alza del tipo de inter¨¦s del euro: ?de 25 cents, o un cuartillo? ?de 50 cents, o dos cuartillos?
El perjuicio de una decisi¨®n as¨ª, tras dos a?os al 1%, ser¨¢ sensible: encarecer¨¢ el dinero.
Desglosemos. Primero, encarecer¨¢ las hipotecas (y pues, disminuir¨¢ la renta familiar disponible y el ahorro), que est¨¢n referenciadas al eur¨ªbor (European Interbank Offered Rate). Ese es el tipo interbancario europeo, promedio del de 42 bancos, al que se prestan dinero las entidades de la eurozona, que va paralelo al tipo del euro.
Segundo, encarecer¨¢ a los bancos y cajas su materia prima, el dinero: lo comprar¨¢n m¨¢s caro, pero como solo podr¨ªan repercutir parcialmente ese aumento a su an¨¦mico cliente final, prest¨¢ndoselo tambi¨¦n m¨¢s caro, se reducir¨¢ su margen de intermediaci¨®n. Esa reducci¨®n agravar¨¢ la situaci¨®n de las entidades ya en dificultades, presionando a la larga sobre los FROB y los Estados.
Subir tipos da?ar¨¢ a la reactivaci¨®n: a las empresas, a los bancos y al empleo
La inflaci¨®n acecha: ser¨¢ distinta un alza solitaria del 0,25% o una serie
Tercero, encarecer¨¢ la deuda embalsada, p¨²blica y privada.
Cuarto, encarecer¨¢ el dinero a empresas y familias, perjudicando la reactivaci¨®n de Alemania y Francia, y retrasando la recuperaci¨®n de Espa?a e Italia, que crecer¨¢n menos que los l¨ªderes este a?o, en torno al 1%.
En suma: dinero m¨¢s caro, menos renta, menos consumo y/o ahorro, menos comercio, menos cr¨¦dito, menos inversi¨®n, menos empleo.
?Por qu¨¦ pues subir los tipos? Para atajar otro mal, la inflaci¨®n, de cuyo control se cuida el BCE. Su presidente, Jean-Claude Trichet, preanunci¨® la subida el 3 de marzo, al hablar de los "riesgos al alza" de los precios. "La posici¨®n del Consejo", a?adi¨®, "es que es posible una subida de tipos en la pr¨®xima reuni¨®n": o sea, hoy. Nunca fue tan claro manejando el opaco lenguaje de los banqueros centrales.
Pero el astuto zorro plateado juega con la ventaja del ¨¢rbitro. Trichet ha aportado a Fr¨¢ncfort una sibilina t¨¢ctica militar, la alerta o amenaza cre¨ªble: la sola sugerencia de que recetar¨¢ purgas de aceite de ricino, ya provoca resultados en los agentes econ¨®micos, que evitar¨¢n la ingesti¨®n alimentaria excesiva para sortear la cura. En parte logrados. En un a?o, el eur¨ªbor ha pasado del 1,21% al 1,96%.
Pero mientras en Espa?a angustia el paro, en el cogollo de eurolandia preocupa la inflaci¨®n. La eurozona acab¨® 2.010 con un alza del 2,2% (por el 3,7% en Reino Unido), y la alemana subi¨® al 2% en enero, la cifra m¨¢s alta en dos a?os.
No es un capricho. El estertor de las nucleares japonesas y el disparo del crudo por Libia y compa?¨ªa inauguran la quinta fase de la crisis, la energ¨¦tica, entremezclada con las anteriores: las hipotecas basura; la explosi¨®n de la banca; la recesi¨®n de la econom¨ªa real; y el estallido de la deuda soberana.
El barril de petr¨®leo supera los 120 d¨®lares, triplica los m¨ªnimos de diciembre de 2008, y se ha encarecido casi un tercio este a?o. Quiz¨¢ esta escalada -tambi¨¦n de alimentos y otras materias primas- ser¨¢ temporal. As¨ª lo cree la OCDE, pues la inflaci¨®n del ¨¢rea euro en 2008 fue del 3,3%, con un petr¨®leo a 150 d¨®lares. Ser¨¢ temporal. Pero es.
Por eso el 21 de marzo, Trichet atornill¨®: "Es esencial en este momento evitar que el reciente aumento de la inflaci¨®n se traduzca en una segunda ronda de efectos", en precios y salarios. ?Parece resucitar el viejo encono inflaci¨®n-empleo!
Ahora bien, entre capricho e histeria hay distancia, Un alza de tipos de un 0,25% mellar¨¢ el crecimiento, aunque quiz¨¢ no lo saje: a?adir¨¢ drama, sin allegar tragedia. Pero si es el heraldo de una secuencia de subidas, como es marca de la casa, entonces el disgusto se convertir¨¢ en mazazo. Y el ¨²ltimo gesto de Trichet redoblar¨¢ el error al que los talibanes le indujeron en julio de 2008: subir tipos al inicio de la recesi¨®n y a semanas del cataclismo de Lehman Brothers.
Porque los talibanes siguen echando gasolina al incendio. As¨ª, el economista-jefe J¨¹rgen Stark (FT, 31 de marzo) se opone "en¨¦rgicamente" a que "la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica de algunos de los pa¨ªses de la eurozona" se considere "como factor que (...) deber¨ªa influir en las decisiones sobre pol¨ªtica monetaria del BCE", que debe "adecuarse a todos". Pues claro, a todos, no solo a los mejores. Pues claro, tambi¨¦n a quienes pasan apuros: si no los superan, todos sufrir¨¢n.
Y no pesa arg¨¹ir otra vez, como hace, que el BCE solo debe dome?ar la inflaci¨®n y no salvar el crecimiento. Stark sigue sin aprenderse el art¨ªculo 3 del Tratado de Lisboa y los 119 y 122 del TFUE. No vale sumar sin leer.
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