"Me gustar¨ªa que la UE actuara siempre con el mismo rasero"
Donald Tusk entr¨® sonriente en la gran sala de la Canciller¨ªa en Varsovia. Es un hombre energ¨¦tico al que se le nota la afici¨®n a practicar deporte. El primer ministro polaco se enfrenta a momentos cruciales para su mandato. Se conmemora el domingo el primer aniversario del desastre a¨¦reo de Smolensk, donde murieron el entonces presidente Lech Kaczynski y numerosas figuras de la primeral¨ªnea pol¨ªtica y militar del pa¨ªs. Polonia, que ha atravesado la crisis econ¨®mica sin abandonar el crecimiento mientras algunos de sus socios europeos encallaban en la recesi¨®n, sufre todav¨ªa graves desigualdades sociales. El liberal-conservador Tusk considera trazado que el camino hacia la equiparaci¨®n con los grandes europeos. Con 38 millones de habitantes, Polonia disfrut¨® en 2010 de un crecimiento del 4% del Producto Interior Bruto (PIB). Se espera que crezca todav¨ªa m¨¢s en 2011. Polonia asumir¨¢ la presidencia de turno de la Uni¨®n europea a partir del 1 de julio. Sus dirigentes planean aprovecharla para poner ¨¦nfasis en la cooperaci¨®n con sus vecinos orientales. En las calles de Varsovia, sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes, se percibe un optimismo bastante novedoso. Tusk, primer ministro desde 2007, encara con pragmatismo estos meses decisivos que culminar¨¢n con las elecciones legislativas del 30 de octubre. El partido Plataforma Civica que ¨¦l dirige aventaja en las encuestas al m¨¢s conservador Ley y Justicia, de Jaroslav Katzinski. El mi¨¦rcoles, Tusk recibi¨® a Le Monde, Der Spiegel, Gazeta Wyborcza, The Guardian y EL PA?S.
Pregunta: Cuando se cumple el primer aniversario de Smolensk ?C¨®mo afecta a la vida pol¨ªtica de Polonia?
Respuesta: Smolensk seguir¨¢ teniendo una enorme influencia en la vida pol¨ªtica de Polonia. La primera consecuencia es el duelo, porque perdimos all¨ª a varias docenas de personas clave. Un verdadero duelo nacional y de Estado por unos hechos tr¨¢gicos. Lo principal fue garantizar la continuidad del Gobierno y del Estado pese a la gravedad de la p¨¦rdida. Tambi¨¦n era importante preservar Polonia de la inseguridad que pod¨ªa causar quedarse sin Presidente, del presidente del Banco central polaco y de los presidentes de ambas c¨¢maras parlamentarias... As¨ª que ten¨ªamos que actuar con prudencia pero, al mismo tiempo, con determinaci¨®n. Creo que hemos logrado atravesar este per¨ªodo cr¨ªtico s¨®lidamente.
P: ?Y las relaciones con Rusia?
R: Hab¨ªa que evitar que se deterioraran. Ni Rusia ni en Polonia han estado todos a la altura. Pese a aquellos sucesos cr¨ªticos y pese a que las autoridades rusas no han reaccionado siempre con propiedad, hemos conseguido mejorar esas relaciones.
P: Jaroslav Kaczynski ha llegado a sugerir que usted es responsable del accidente. ?Cree que esas teor¨ªas tendr¨¢n alg¨²n efecto en las pr¨®ximas elecciones?
R: Los sucesos demostraron la solidez del Estado. Cuando la oposici¨®n trata de crear un clima de sospechas, solo logra confirmar esa solidez. Un hecho como el de Smolensk desata pol¨¦micas p¨²blicas en cualquier pa¨ªs. La opini¨®n p¨²blica est¨¢ dividida y el partido opositor est¨¢ us¨¢ndolo para atacar al Gobierno. Con todo, la mayor¨ªa de los polacos conservan una actitud racional tras los hechos.
P: ?Por qu¨¦ no particip¨® Polonia en la campa?a de Libia?
R: Polonia participa en diversas misiones con la OTAN y con la UE. Estamos muy comprometidos en Afganist¨¢n y en Irak. No estamos plenamente convencidos de la justificaci¨®n de las acciones militares en Libia. No todos los argumentos nos convencen ?No hab¨ªa Gadafi tiroteado a su pueblo antes de marzo? ?Acaso el r¨¦gimen de Bahrein es m¨¢s ben¨¦volo? Me gustar¨ªa que la UE actuara siempre con el mismo rasero. Los polacos no necesitamos lecciones sobre lo que significa sufrir una dictadura. Lo que necesitamos es unificar nuestros c¨®digos de conducta. Las acciones en Libia est¨¢n justificadas por la brutalidad de Gadafi, pero ?no estaremos ante otro ejemplo de hipocres¨ªa europea, teniendo en cuenta c¨®mo trat¨¢bamos a Gadafi hasta hace poco?
P: ?No se est¨¢ dividiendo Europa y debilitando la posici¨®n de Polonia?
R: El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy estaba verdaderamente conmovido por la situaci¨®n en Libia. La cuesti¨®n de la hipocres¨ªa ata?e al conjunto de Europa, no a sus l¨ªderes. Si reaccionamos as¨ª ante una violaci¨®n de los Derechos Humanos, tendremos que hacerlo siempre igual. No s¨®lo cuando sea c¨®modo o cuando haya petr¨®leo en juego. Si s¨®lo lo hacemos cuando da beneficios, cuando es c¨®modo y no encierra peligro, nos perderemos el respeto a nosotros mismos.
P: En cuanto al euro: ?no est¨¢ Polonia intentando embarcar en una nave que hace agua?
R: Si la vida fuera tan simple, todos los pa¨ªses del euro abandonar¨ªan ese barco que usted dice que se hunde. El euro no es ning¨²n impedimento para salir de la crisis. A Eslovaquia, por ejemplo, le va bastante bien. Queremos el euro no solo por los tratados que ya hemos firmado, sino porque estamos seguros de que beneficiar¨¢ tanto a Polonia como al resto de Europa. Lo del barco que se hunde es una met¨¢fora poco afortunada: atraviesa una tempestad. Quiz¨¢s algunos piensen que lo mejor sea escapar del barco en momentos de dificultad, pero s¨®lo un tonto cree que el euro es garant¨ªa contra cualquier crisis. M¨¢s interesante es observar qu¨¦ tienen en com¨²n los pa¨ªses que, con euro o sin ¨¦l, han superado bien la crisis, como Alemania, Suecia y Polonia.
P: ?Para cuando la entrada en el euro?
R: Nunca hubo un entusiasmo muy vivo entre los polacos por entrar en el euro. Menos a¨²n cuando ven como les ha ido a algunos pa¨ªses durante la crisis. Hay un escepticismo bastante racional. Queremos el euro, pero no tenemos ninguna prisa. Prevemos que en 2015 cumpliremos los criterios del Maastricht. Ya los cumplimos mejor que algunos pa¨ªses del euro. No hay que exagerar el efecto positivo de haber tenido el zloty durante la crisis. Nos sirvi¨® en un momento puntual para prevenir algunas especulaciones brutales contra nuestra moneda. Podemos cumplir tranquilamente los criterios del Pacto de Competitividad.
P: Cuentan que usted se enfad¨® con Merkel en febrero, cuando se negociaba el Pacto, y que le grit¨®: "?Por qu¨¦ quiere dividir Europa? ?Nos est¨¢ humillando!" ?Era su reacci¨®n contra la Europa de dos velocidades?
R: Si se refiere a las emociones que se desprenden de esas palabras, no las tengo. Pero las palabras s¨ª que las dije. Soy absolutamente incapaz de enfadarme con Angela Merkel, pero estoy convencido de que no se puede dividir Europa en clubes diferentes. Es una equivocaci¨®n.
P: La propia Merkel le describi¨® a usted como un pol¨ªtico decidido, de acci¨®n. ?Falta liderazgo en Europa?
R: Eso da para escribir un libro. Para Polonia es importante que Europa recupere la fe en su propia fuerza y en sus capacidades. No se trata de instaurar una feria de vanidades para aspirantes a l¨ªder. Es clave para presidencia de turno que Europa avance en su integraci¨®n y en reforzar la colaboraci¨®n pol¨ªtica. La UE no se fund¨® s¨®lo para los buenos tiempos. Al contrario: su gran atractivo descansa en el principio de solidaridad entre los todos, cosa que los nuevos socios parecen entender mejor que algunos veteranos.
P: La atenci¨®n de la Uni¨®n Europea se concentra ahora en el Mediterr¨¢neo.
R: No podemos ignorar que los retos m¨¢s importantes de la UE est¨¢n ahora al sur. No vamos a cerrar los ojos. Pero ?frica no debe bloquear la futura ampliaci¨®n. No hay que abandonar las negociaciones. No veo por qu¨¦ Croacia va a sufrir las consecuencias de lo que hace Gadafi. Tampoco debemos abandonar las negociaciones con Turqu¨ªa. Muchos europeos viven hoy fuera de los l¨ªmites de la UE. As¨ª que la asociaci¨®n con el Este va a ser clave. Moldavia es un gran ejemplo de lo que se puede conseguir con poco esfuerzo econ¨®mico en un pa¨ªs de esa regi¨®n.
P: Entonces ?Bielorusia y Ucrania son un ejemplo de lo que puede ir mal?
R: No. Imag¨ªnense que se hubiera dicho esto mismo hace 30 a?os, cuando se prohibi¨® el sindicato Solidaridad y se declar¨® el estado de excepci¨®n en Polonia. ?Qui¨¦n cree, a fin de cuestas, que en Irak y en Afganist¨¢n se puede instaurar una democracia al estilo occidental? Si actuamos bien, es mucho m¨¢s probable que lo logremos en pa¨ªses como Moldavia o Ucrania y en los Balcanes.
P: ?Se ha convertido Polonia en un pa¨ªs aburrido, en el buen sentido de la palabra?
R: Tengo una aversi¨®n contra la ideologizaci¨®n excesiva de la vida pol¨ªtica. Prefiero el sentido com¨²n. Polonia demuestra que un aburrido liberalismo es mil veces mejor que el excitante socialismo o el totalitarismo de derecha.
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