J¨®venes aunque sobradamente indignados
Dos millares de personas protestan contra la precariedad y la falta de oportunidades en una manifestaci¨®n que acaba con disturbios y 12 detenidos
La indignaci¨®n de una generaci¨®n lastrada por el paro y la precariedad laboral llev¨® ayer a varios miles de personas a manifestarse por las calles del centro de Madrid. "Violencia es cobrar 600 euros", se le¨ªa en una de las pancartas que portaban j¨®venes y no tan j¨®venes, muchos de ellos padres alarmados por la situaci¨®n. La protesta, r¨¦plica de otras que movilizaron a miles de j¨®venes en Grecia, Portugal y Francia, se cocin¨® en los campus universitarios de la regi¨®n con el apoyo de profesores e intelectuales y sirvi¨® para cargar contra un sistema que consideran que les ha abandonado.
Un grupo de unos 300 incontrolados, nada m¨¢s terminar de leerse el manifiesto que daba por finalizada la concentraci¨®n en la plaza del museo Reina Sof¨ªa, oblig¨® a los antidisturbios (UIP) a replegarse, lo que les dio pie a cortar al tr¨¢fico la rotonda de Atocha y subir por el Paseo del Prado. La polic¨ªa detuvo a 12 personas (entre ellos un menor), seg¨²n inform¨® la Jefatura Superior, y blind¨® por los cuatro costados el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, a donde se dirig¨ªa la turba.
La plataforma 'Juventud Sin Futuro' se origin¨® en la Universidad
La concentraci¨®n segu¨ªa la l¨ªnea de las acciones de otros pa¨ªses europeos
Pero eso ocurri¨® al final. Antes, la generaci¨®n a la que se acusa de inmovilismo, la que el director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, calific¨® como "perdida", se hab¨ªa organizado por primera vez para hacerse o¨ªr. Los estudiantes clamaron contra los banqueros, los pol¨ªticos, la reforma laboral y de pensiones y la "f¨¢brica de precarios" en la que denuncian que se est¨¢ convirtiendo la Universidad.
Los j¨®venes se movilizaron a trav¨¦s de las redes sociales. Facebook, Twitter y su web les sirvieron como altavoz de una protesta contra una crisis que ellos consideran que no deben pagar. In¨¦s Saban¨¦s, diputada de IU, dio su visi¨®n de la concentraci¨®n: "Es el comienzo de una reacci¨®n frente a todo lo que est¨¢ pasando".En Inglaterra, en noviembre del a?o pasado, los estudiantes encabezaron las protestas contra el plan de ajuste del Gobierno esgrimiendo como principal queja el elevado incremento de las tasas universitarias. En Francia, los estudiantes tuvieron amplia representaci¨®n en las manifestaciones contra la reforma del sistema de pensiones. En Portugal, decenas de miles de personas, sobre todo j¨®venes, salieron a la calle el 13 de marzo. La genera?ao a rasca (la generaci¨®n desesperada) convoc¨® una manifestaci¨®n en la red social Facebook. "Contra la precariedad" protestaban en Portugal. Faltaba Madrid, esgrimen los estudiantes, que llamaron a la movilizaci¨®n apelando a que no hab¨ªa que sucumbir a ning¨²n temor. "Sin curro, sin casa, sin pensi¨®n, juventud sin miedo recuperando nuestro futuro", era el lema escogido.
Junto a la cabecera, un hombre con barba y chaqueta de pana llamaba la atenci¨®n. Se llama Jos¨¦ Luis D¨ªaz, represaliado por el franquismo, y caminaba junto a su mujer, Roc¨ªo Jim¨¦nez. Por la ma?ana llamaron al hijo de Jos¨¦ Luis, un veintea?ero en paro, y le animaron a mostrar su descontento. El chico, que ¨¦l supiese, no se hab¨ªa presentado. "Aqu¨ª estoy yo sustituy¨¦ndole", terciaba el hombre, "para criticar un sistema podrido". "No es una cosa masiva pero se nota que esto es el g¨¦rmen de algo m¨¢s grande que est¨¢ por venir", auguraba. Esa misma sensaci¨®n la compart¨ªa Gregorio Gordo, candidato de IU a la Comunidad de Madrid: "Los j¨®venes responden a un futuro m¨¢s que incierto. El que no les escuche y cuente con ellos se va a equivocar".
Unos metros m¨¢s all¨¢, sobre una biciclieta, Elisa, una funcionaria del Ministerio de Medio Ambiente. Se hab¨ªa acercado para protestar por la situaci¨®n en la que se encuentra su hermana, una chica que acab¨® hace seis a?os una doble licenciatura pero que cobra mil euros en un bufete de abogados. "Ella no ha podido venir, no sale hasta las nueve", lamentaba. Hab¨ªa entrado a trabajar 12 horas antes.
Vivienda, desempleo, precariedad... Sandra Garc¨ªa, de 27 a?os, desgrana los problemas que vive su generaci¨®n. "Estas dificultades exist¨ªan, lo que ocurre ahora es que hay frustraci¨®n". El desempleo es uno de los problemas que m¨¢s afecta a la juventud espa?ola. No solo porque la tasa de desempleo entre los menores de 25 a?os dobla el porcentaje de la media espa?ola, sino tambi¨¦n por la dificultad de acceso a un empleo acorde con la formaci¨®n, con un 19% de los licenciados de entre 25 y 29 a?os en el paro.
La cabecera, que parti¨® de Ant¨®n Mart¨ªn a las siete, lleg¨® a su destino, el Reina Sof¨ªa, pasadas las nueve de la noche. All¨ª, entre varios representantes de J¨®venes sin futuro, leyeron el manifiesto: "Nos dirigimos a la opini¨®n p¨²blica para mostrar nuestro desacuerdo con la pol¨ªtica de recuerdos sociales del Gobierno y las consecuencias m¨¢s graves y con mayor impacto en el futuro que estas medidas representan: la juventud m¨¢s preparada de nuestra historia vivir¨¢ peor que sus padres". El manifiesto llamaba a movilizarse como ha ocurrido en otros pa¨ªses. "Nos ense?an que la movilizaci¨®n es indispensable".
Y as¨ª fue. En la calle se encontraban muchos j¨®venes indignados, de esos a los que St¨¦phane Hessel, h¨¦roe de la Resistencia francesa de 93 a?os, llama a decir basta y a luchar contra la dejadez de la sociedad en su libro Indignaos. Una generaci¨®n a la que el director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, llam¨® "generaci¨®n perdida". Ellos, por lo menos los que se encuentran dentro de la organizaci¨®n de la manifestaci¨®n, se resisten a aceptar este calificativo sin luchar y convencidos de que pueden ser due?os de su propio futuro. "La peor actitud es la indiferencia, es decir 'paso de todo, ya me las apa?o'. Si os comport¨¢is as¨ª, perd¨¦is uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignaci¨®n y el compromiso que la sigue", dice Hessel. La protesta, seg¨²n explicaban desde la plataforma, segu¨ªa esa estela.
La indignaci¨®n de unos cuantos se torn¨® en vandalismo. Los organizadores pidieron que la gente se dispersase una vez que se hab¨ªa acabado de leer el manifiesto, pero varios centenares, en tromba, se dirigieron a la glorieta de Atocha para bloquearla. La polic¨ªa logr¨® imped¨ªrselo durante 15 minutos, pero despu¨¦s se vio desbordaba y los j¨®venes cortaron el tr¨¢fico. Un motorista, con su pareja como paquete, se enfrent¨® a los alborotadores y acab¨® recibiendo un pu?etazo en la cara durante la discusi¨®n. Poco despu¨¦s llegaron refuerzos y los agentes consiguieron controlar la situaci¨®n. Los insurrectos escaparon por la calle Almad¨¦n.
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