El urbanita alternativo de Renault
El Twizy es un c¨®ctel entre esc¨²ter y utilitario el¨¦ctrico - El gasto es de 1,5 euros cada 100 kil¨®metros, aunque habr¨¢ que alquilar las bater¨ªas por 45 euros al mes - Desde 6.990 euros
Las ventajas de los esc¨²teres para moverse en ciudad, e incluso aparcar de frente en las plazas en l¨ªnea de las calles, y la seguridad que aporta una carrocer¨ªa con cuatro ruedas que protege mejor a los ocupantes. As¨ª es el Twizy, el urbanita alternativo de Renault que busca revolucionar la movilidad en las ciudades. Tiene propulsi¨®n el¨¦ctrica para no contaminar y un coste de uso en torno a 1,5 euros cada 100 kil¨®metros, la mitad que un esc¨²ter de 125cc.
El Twizy se fabricar¨¢ en Valladolid y saldr¨¢ a la venta a final de a?o. Los precios, desde 6.990 euros, se reducir¨¢n con las subvenciones que establezca el Gobierno (a¨²n por determinar, porque el Plan Movele finaliz¨® el pasado 31 de marzo), pero habr¨¢ que pagar 45 euros al mes de alquiler de bater¨ªas, que van aparte.
Lo primero que llama la atenci¨®n en este cuadriciclo es su peculiar est¨¦tica y sus medidas poco convencionales: 2,33 de largo, 37 cent¨ªmetros menos que un Smart, 1,19 de ancho, algo m¨¢s que un maxiesc¨²ter, y 1,46 de alto, casi como un Clio. Por fuera parece un esc¨²ter de cuatro ruedas carrozado, pero si se mira solo la cabina, recuerda a la c¨¦lula de acero que delimita el habit¨¢culo del Smart, aunque el Twizzy es m¨¢s estrecho. Sorprende que no lleve puertas, al menos la versi¨®n b¨¢sica, y aunque el parabrisas y el techo protegen m¨¢s que en una moto, el aire y la lluvia llegan al interior. Renault ofrecer¨¢ unas medias puertas sin ventanillas (abiertas por arriba) para paliarlo. Seg¨²n la marca, si se cierra al completo produce claustrofobia.
El interior, espartano, tiene dos plazas. El asiento delantero es de pl¨¢stico y lleva almohadillas en la base y respaldo, pero no resulta inc¨®modo. Solo se regula en longitud y ofrece suficiente altura y espacio para las piernas, incluso si se mide m¨¢s de 1,85. La instrumentaci¨®n va agrupada en una pantalla e incluye la velocidad en el centro, la carga de la bater¨ªa a la izquierda, y autonom¨ªa y cuentakil¨®metros abajo. La plaza trasera es m¨¢s justa, sobre todo si el conductor pasa de 1,70.
El Twizy tendr¨¢ dos versiones, 45 y 80, seg¨²n la velocidad m¨¢xima. Ambas comparten un motor el¨¦ctrico de 15 kw (20 CV) y bater¨ªas de ion litio de 6 kWh que pesan 100 kilos. Se recarga en 3,5 horas y la autonom¨ªa var¨ªa entre 55 y 115 kil¨®metros seg¨²n la conducci¨®n. El 45, desde 6.990 euros, no exige carn¨¦ y compite con los esc¨²teres de 125cc. El 80, una alternativa a maxiesc¨²teres y utilitarios como los Smart y Twingo, rozar¨¢ los 9.000 euros.
?gil y con suficiente autonom¨ªa
Se arranca con la llave, como un coche normal, y solo una luz verde indica que est¨¢ en marcha: no hace ruido. Despu¨¦s, se elige entre dos botones situados a la izquierda del volante con las letras D (drive o adelante) y R (marcha atr¨¢s). Y debajo del volante lleva el freno de mano.
Aunque el interior del Twizy es pobre -las unidades de pruebas eran prototipos sin pintar montados de forma artesanal- la impresi¨®n mejora al conducirlo. Sorprende el zumbido del motor el¨¦ctrico -al no llevar puertas llega con nitidez al interior- que suena como un avi¨®n al despegar. Al principio recuerda a un carrito el¨¦ctrico de golf, pero con un motor de carreras y un tacto m¨¢s s¨®lido, aunque lejos del utilitario m¨¢s barato. Pero el Twizy 80 tiene nervio, circula con alegr¨ªa y supera con soltura los 80 km/h, l¨ªmite del modelo de serie. Sus reacciones ¨¢giles y divertidas son id¨®neas para la ciudad. Frena con poder¨ªo en pocos metros y la autonom¨ªa es correcta: en 32 kil¨®metros a ritmos r¨¢pidos en circuito consumi¨® el 40% de las bater¨ªas, lo que equivale a 80 kil¨®metros de alcance. En ciudad y a ritmos suaves subir¨¢ bastante. Solo en las curvas largas exige girar el volante m¨¢s de lo normal, y la fuerza centr¨ªfuga hace temer que se puede salir despedido por el lateral del coche. Pero el cintur¨®n sujeta bien y solo exige acostumbrarse, porque se comporta de forma diferente a cualquier otro veh¨ªculo.
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