Euroc¨¢mara, solo asco
Me ronda desde hace tiempo la aclaraci¨®n de un enigma del que desconozco al autor. Dice algo as¨ª, tan contundente, brutal y l¨²cido para explicar los mecanismos m¨¢s trascendentes del mundo como: "Es la econom¨ªa, est¨²pido". Si ven ustedes ese documental tan pat¨¦ticamente promocionado por Sony (con l¨®gica, los acusados, tan listos ellos, due?os de todo, han deducido que es preferible que lo vean unos pocos, los inofensivos y cincuentones progresistas de toda la vida, a que alguien les acuse de censura) que se titula Inside job, retrato tan tenebroso como incontestable de los legitimados g¨¢nsteres que han dirigido la econom¨ªa con Reagan, Clinton, Bush padre e hijo y el inmaculado Obama, sentir¨¢n asco e impotencia.
Queda lejos, ya se sabe que el aleteo de una mariposa o de actos tangibles o et¨¦reos de una corte de infalibles hijos de puta en una geograf¨ªa localizable puede desencadenar el caos y la tragedia en los restantes habitantes del planeta, que alentemos ansias concretas de guillotina hacia poderes tan lejanos, pero es probable que a cualquier eurodiputado esa plebe nacional a la que aseguran representar, les suelte un lapo (s¨ª, esa excreci¨®n tan ordinaria, despreciativa, inculta, animal) si se cruzan con ellos en la calle.
Tuvimos cochambrosas noticias de esos manguis conservadores, progresistas, independentistas, fundamentalmente pr¨¢cticos, con idiomas (presupongo), ardientes aunque intelectuales defensores de la patria en la compleja Europa, ante cosas tan livianas como que los concienciados pavos y pavas finiquitaban su jornada laboral al servicio de la sagrada cosa p¨²blica los jueves, pero logrando con trampas s¨®rdidas esa ficha acad¨¦mica del viernes para pillar la dieta. Si te pringas por 300 euros, cuando nada va a modificar tu sueldo en la hecatombe que vive la mayor¨ªa, est¨¢ dispuesto a todo. A calificar al supuesto rival ideol¨®gico de habitante de las cavernas o de comunista nost¨¢lgico. La cuesti¨®n es seguir volando en primera clase para demostrar la responsabilidad hist¨®rica que exige tu democr¨¢tico cargo. No hay enfrentamiento de partidos ante el sagrado "qu¨¦ hay de lo m¨ªo". Su misi¨®n es tan trascendente que necesitan la reflexi¨®n que proporciona el business. Sois repugnantes. Os seguir¨¢n votando.
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