De vuelta a T¨²nez
Tras la revoluci¨®n, el pa¨ªs mediterr¨¢neo intenta que el turismo vuelva a ser un motor econ¨®mico
La avenida de Burguiba, ca¨®tica y ruidosa, fue el escenario de la revoluci¨®n del jazm¨ªn, de las manifestaciones que se llevaron por delante el r¨¦gimen cleptocr¨¢tico del presidente Ben Ali. Sus terrazas y comercios, sus fachadas art nouveau, sus lujosos hoteles y la catedral neobizantina invitan al extranjero a pasear y ser testigo privilegiado de c¨®mo viven los tunecinos sus primeras semanas de democracia, porque el cambio verdaderamente sugerente est¨¢ en la calle: m¨ªtines espont¨¢neos y abiertas discusiones en los caf¨¦s, sin miedo ya a la temida polic¨ªa secreta. Sin embargo, algo falta en el paisaje: ?turistas!
El pa¨ªs, una peque?a cu?a entre Argelia y el mar, es una mezcla de razas y culturas mediterr¨¢neas absolutamente enriquecedora. Casi tres meses despu¨¦s de la ca¨ªda de Ben Ali, T¨²nez sigue el camino de la democracia, pero a los costes econ¨®micos de la revoluci¨®n, iniciada en diciembre pasado, se suma la ca¨ªda del turismo, generador de unos ingresos que representan el 7% del PIB y da empleo a unas 400.000 personas, seg¨²n cifras oficiales. Por ello, el Gobierno provisional est¨¢ inmerso en la ardua tarea de reactivar este sector clave para su econom¨ªa. Mehd¨ª Houas, ministro de Comercio y Turismo, admiti¨® recientemente ante un grupo de periodistas el descenso del n¨²mero de visitantes: un 40% menos (unos 600.000) que el a?o pasado, en temporada baja, situaci¨®n que est¨¢ favoreciendo el aumento del turismo en Espa?a, especialmente en Canarias. Pero Houas insiste: "No queremos vender revoluci¨®n", sino patrimonio cultural e hist¨®rico.
T¨²nez
La Medina (casco antiguo) de T¨²nez es una de las m¨¢s bellas del mundo isl¨¢mico, declarada patrimonio mundial. En un ¨¢rea aproximada de un kil¨®metro cuadrado, un laberinto de callejuelas y callejones ofrece al visitante la posibilidad de perderse. Es recomendable visitar la Gran Mezquita y los zocos (mercados) con sus tiendas de perfumes y alfombras, donde conviene evitar toda la parafernalia made in China para turistas.
Cartago
Siguiendo por el litoral hacia el norte se llega al golfo de Cartago, donde entre ruinas p¨²nicas y romanas ha crecido uno de los barrios m¨¢s lujosos de la ciudad. Cartago fue en su d¨ªa la ciudad m¨¢s grande de ?frica: su museo acoge los restos del esplendor pasado. Desde la colina de Byrsa se tiene una magn¨ªfica vista del lago y de la bah¨ªa, y cerca de all¨ª se hallan las ruinas del circo, el anfiteatro, las cisternas de la Malga o los ba?os de Gargilius y el teatro de Adriano.
Sidi Bou Said
La ca¨ªda de la tarde es el mejor momento para visitar Sidi Bou Said, pintoresco pueblo de casas de una altura y patios interiores con portones, dinteles, ventanas y rejas azules. Un paseo por sus empinadas calles comiendo un bambaluni (especie de donut delicioso) reci¨¦n hecho, o un t¨¦ con pi?ones o almendras en el Caf¨¦ des Nattes (de las esteras), sentados alrededor de peque?as mesas de madera tallada, puede convertirse en una experiencia evocadora de otros tiempos. Si se prefiere disfrutar de la brisa del mar, el Caf¨¦ des Delices ofrece unas estupendas vistas del puerto.
T¨²nez lleva a?os intentando potenciar su gran extensi¨®n de desierto. Aunque la situaci¨®n est¨¢ aparentemente tranquila, el Ministerio de Exteriores espa?ol sigue desaconsejando (al cierre de esta edici¨®n) los viajes al interior y al sur del pa¨ªs, mientras que el Ministerio de Comercio y Turismo tunecino est¨¢ enfrascado en una campa?a de promoci¨®n para que se eliminen dichas recomendaciones.
Tozeur
En el peque?o aeropuerto de Tozeur, rostros sorprendidos reciben a los visitantes extranjeros: "Bienvenidos. Gracias por venir, aqu¨ª todo est¨¢ tranquilo, no pasa nada". Aparentemente, todos est¨¢n contentos: "Ben Ali est parti".
Tozeur es una de las ciudades meridionales m¨¢s agradables y base perfecta desde la que explorar toda la zona. Est¨¢ delimitada, por un lado, por un enorme palmeral y, por otro, por el lago salado m¨¢s grande de ?frica, Chott el-Jerid. Para los que quieran huir de la zona tur¨ªstica y de los hoteles de hormig¨®n, el hotel Diar Abou Habibi, a dos kil¨®metros, ofrece alojamiento en una docena de caba?as de madera construidas sobre pilares y decoradas primorosamente, en medio de un palmeral y alejadas del mundanal ruido. Una experiencia inolvidable para mayores y peque?os.
Chott el-Jerid
El paisaje del Chott el-Jerid, de 5.000 kil¨®metros cuadrados y 30 metros por debajo del nivel del mar, se extiende hasta el infinito, desolador, inquietante, sin horizonte definido y con un silencio atronador. No se asuste si de repente ve extra?as figuras movi¨¦ndose a lo lejos, fr¨®tese los ojos y desaparecer¨¢n: son espejismos.
Tamerza
Merece la pena visitar el oasis de monta?a de Chebika o la ciudad amurallada de Tamerza, con un vasto palmeral que produce los mejores d¨¢tiles de T¨²nez, seg¨²n los lugare?os, o el hotel Tamerza Palace, con vistas al oasis y al pueblo, relajarse en su piscina y degustar los platos t¨ªpicos en su terraza.
Mid¨¨s
Cerca de Tamerza se encuentra el oasis de Mid¨¨s, a un kil¨®metro de la frontera argelina. Mid¨¨s, que se asienta sobre un impresionante desfiladero, fue el escenario de El paciente ingl¨¦s (1996, Anthony Minghella). No ser¨ªa dif¨ªcil imaginar al conde L¨¢szl¨® Alm¨¢sy por all¨ª si no fuera porque el comerciante de turno ofrece sus productos "m¨¢s baratos que en Mercadona". Ong Jemal (Cuello de Camello) se ha convertido en un gran atractivo tur¨ªstico por sus dunas y porque all¨ª se mantiene intacto el poblado que ide¨® George Lucas para su Episodio I: la amenaza fantasma, de la hexalog¨ªa de La guerra de las galaxias. Cerca de aqu¨ª tambi¨¦n est¨¢n las dunas en las que el paciente ingl¨¦s vivi¨® su historia de amor entre tormentas de arena.
Douz
Al otro lado del Chott el Jerid est¨¢ Douz, la puerta del desierto del S¨¢hara. Esta acogedora localidad, cuya vida cotidiana transcurre alrededor de los soportales, fue en el pasado parte de una importante ruta comercial. Cuenta con uno de los mercados m¨¢s t¨ªpicos y coloridos de T¨²nez, donde se puede alternar con los habitantes de la regi¨®n y sus dromedarios. El Museo del S¨¢hara desvela los secretos de la vida del desierto: las civilizaciones de los oasis, la vida de los n¨®madas, el arte del tatuaje. Y, por supuesto, hay que cumplir con el paseo en dromedario. Cada a?o, entre noviembre y diciembre, se celebra el festival internacional del S¨¢hara, que muestra las principales tradiciones del desierto, con sus carreras y sus m¨²sicas y bailes t¨ªpicos.
Gu¨ªa
Datos b¨¢sicos
? Poblaci¨®n: T¨²nez tiene unos diez millones de habitantes.
? Prefijo telef¨®nico: 00 216.
? Moneda: dinar tunecino (un dinar equivale a 0,53 euros).
C¨®mo ir
? Tunisair (www.tunisair.com; 915 41 94 90) ofrece vuelos directos a T¨²nez con salidas desde Madrid y Barcelona desde 180 euros (ida y vuelta).
? La mayorista Gretur (www.greturviajes.com) ofrece paquetes de ocho d¨ªas/siete noches por 594 euros (m¨¢s tasas) desde Madrid.
? Oficina de turismo de T¨²nez (www.mille-et-une-tunisie.com).
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