Una flotilla pirata en el bajo Guadalquivir
'Riacheros' furtivos siguen pescando angulas en la zona de reserva del r¨ªo - La captura de esta especie en "peligro cr¨ªtico" est¨¢ prohibida desde noviembre
Recorrer casi 6.000 kil¨®metros desde el mar de los Sargazos, donde nacen, para terminar en una red de pesca en el bajo Guadalquivir. Y, de ah¨ª, al plato de alg¨²n sibarita con dinero. Durante d¨¦cadas es lo que ha estado ocurriendo con las angulas, el alev¨ªn de la anguila europea (Anguilla anguilla). Esta especie est¨¢ "en peligro cr¨ªtico" desde 2008, seg¨²n la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza, entre otros factores por la presi¨®n pesquera en toda Europa. La Junta de Andaluc¨ªa aprob¨® en noviembre un decreto por el que se ha establecido la prohibici¨®n de capturar angulas durante 10 a?os.
Pero esta moratoria es papel mojado en algunas zonas del bajo Guadalquivir. Una veintena de barcos anguleros siguen pescando ilegalmente. Los riacheros furtivos tienen sus embarcaciones fondeadas en el r¨ªo, con las redes mosquiteras preparadas para capturar este preciado manjar.
La Junta pide a Capitan¨ªa Mar¨ªtima que retire los barcos ilegales del r¨ªo
A principios de marzo, la asociaci¨®n conservacionista R¨ªos con Vida envi¨® un escrito a las Consejer¨ªas de Medio Ambiente y de Agricultura y Pesca alertando de que "a plena luz del d¨ªa" las embarcaciones riacheras, "que emplean mallas de apenas un mil¨ªmetro de cuadr¨ªcula, arrasan los caladeros del bajo Guadalquivir". Esta asociaci¨®n instaba a la Administraci¨®n aut¨®noma a que "desmantele de oficio estas embarcaciones y exija la responsabilidad debida a sus titulares".
Tras recibir este escrito, la Inspecci¨®n Pesquera de la Junta, en colaboraci¨®n con el Seprona de la Guardia Civil, se ha incautado en las dos ¨²ltimas semanas de "nueve artes de pesca prohibidos dedicados" a la captura "ilegal de la angula", seg¨²n los datos facilitados por la Consejer¨ªa de Agricultura y Pesca. Sin embargo, las embarcaciones siguen fondeadas en el r¨ªo con las redes preparadas, como ha podido comprobar (y fotografiar) este peri¨®dico.
La Consejer¨ªa de Agricultura reconoce que en las inspecciones llevadas a cabo en las ¨²ltimas semanas ning¨²n furtivo ha sido identificado o sancionado. Los riacheros -muchos de ellos agricultores o desempleados que se buscan un sobresueldo con esta actividad- dejan las redes desplegadas y vuelven al cabo de unas cuantas horas. Los barcos constituyen una verdadera flotilla pirata: "Carecen de todo tipo de documentaci¨®n, folio o matr¨ªcula, por lo que se trata de embarcaciones ilegales", asegura la consejer¨ªa. De ah¨ª la dificultad de localizar a los propietarios. Tambi¨¦n este es el motivo por el que las administraciones central y aut¨®noma no se ponen de acuerdo en qui¨¦n debe retirar estos "artefactos flotantes", como los denomina Agricultura.
Adem¨¢s de la asociaci¨®n R¨ªos con Vida, la Autoridad Portuaria de Sevilla (Ministerio de Fomento) ha solicitado a la Junta que se lleve las embarcaciones del r¨ªo. No porque est¨¦ preocupada por el da?o ambiental, sino porque entorpecen el tr¨¢fico de los mercantes. Agricultura sostiene que estos artefactos "no son embarcaciones de pesca autorizadas ni registradas", por lo que su retirada no es competencia suya. La directora general de Pesca y Acuicultura de la Junta, Margarita P¨¦rez Mart¨ªn, envi¨® hace unos d¨ªas un fax a la Capitan¨ªa Mar¨ªtima de Sevilla en el que ped¨ªa a este organismo, tambi¨¦n dependiente de Fomento, que "proceda al desmantelamiento de los artefactos flotantes".
Mientras se decide qu¨¦ instituci¨®n debe llevarse los barcos, los furtivos siguen pescando angulas que acaban en el mercado negro, ya que el pescador nunca podr¨¢ acreditar su procedencia.
La Uni¨®n Europea ha prohibido toda exportaci¨®n de angulas, principalmente para frenar la importante demanda de Jap¨®n. Adem¨¢s, el Consejo Europeo aprob¨® en 2008 un reglamento de protecci¨®n de esta especie en el que se establece que "los Estados miembros elaborar¨¢n un plan de gesti¨®n de la anguila para cada una de las cuencas fluviales" donde se detecte. Andaluc¨ªa tiene ya elaborado, aunque no aprobado definitivamente, el suyo, que contar¨¢ con 10 millones de financiaci¨®n. Carlos Fern¨¢ndez-Delgado, del grupo de investigaci¨®n Aphanius del departamento de Zoolog¨ªa de la Universidad de C¨®rdoba, es el responsable de este plan de recuperaci¨®n que, entre otras medidas, plantea la repoblaci¨®n en algunas zonas seleccionadas del Guadalquivir.
Fern¨¢ndez-Delgado aplaude el veto impuesto por la Junta durante 10 a?os. Aunque tambi¨¦n pide que se cumpla y no se permita la pesca ilegal. El descenso de las capturas de las angulas en las ¨²ltimas d¨¦cadas es alarmante. Seg¨²n se?ala este investigador, en la temporada 1982-1983 se capturaron unos 40.000 kilos de angulas en el bajo Guadalquivir. El a?o pasado, apenas se lleg¨® a los 300. Carlos Fern¨¢ndez-Delgado apunta a la presi¨®n pesquera como una de las causas de esta disminuci¨®n, aunque hay otros factores como una alteraci¨®n de las corrientes del Golfo por el cambio clim¨¢tico, los contaminantes en los r¨ªos o algunos par¨¢sitos.
Los da?os colaterales de las redes
Los da?os de esta peque?a flota de furtivos no solo se aprecian en la reducci¨®n de angulas. Los ¨²ltimos 16 kil¨®metros del cauce principal del Guadalquivir est¨¢n declarados reserva de pesca de la desembocadura del r¨ªo. All¨ª se localizan los alevines de muchas de las especies que luego se pescan en el Golfo de C¨¢diz.
El problema reside en que las redes que emplean los riacheros para capturar las angulas tienen una luz de malla de un mil¨ªmetro. Seg¨²n la Consejer¨ªa de Agricultura y Pesca, "debido a las peque?as dimensiones del tama?o de las mallas utilizadas no solo capturan angulas, sino que en ellas quedan atrapados numerosos ejemplares inmaduros de otras especies, muchas de ellas de car¨¢cter comercial, como sardinas, boquerones, lubinas o lenguados". As¨ª lo pudieron constatar los servicios de inspecci¨®n la semana pasada, cuando se incautaron de varias de estas artes pesqueras. En las redes encontraron, por ejemplo, corvinas de poco m¨¢s de nueve cent¨ªmetros y alevines de lenguado de solo cuatro, "cuando la talla m¨ªnima de este recurso en el caladero del Golfo de C¨¢diz es 24", afirma la consejer¨ªa.
Carlos Fern¨¢ndez-Delgado, investigador de la Universidad de C¨®rdoba, estima que por cada kilogramo de angula pescado, caen en estas tupidas redes entre "10 y 20 kilos de alevines" de otras especies.
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