Independentismo en la intimidad
Hubo un tiempo en que los presidentes del Gobierno central hablaban catal¨¢n en la intimidad. Ahora es el centro-derecha catal¨¢n el que vive ese momento ¨ªntimo. Algunos de sus m¨¢s destacados exponentes votan independencia, pero de forma p¨²dica, sin exhibicionismos. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, deposit¨® su sufragio por anticipado en la consulta independentista que hoy culmina en Barcelona. Ha votado a favor de cortar amarras con Espa?a, pero lejos de las C¨¢maras, de forma discreta. Las grandes convicciones se llevan en el coraz¨®n. De ese noble ¨®rgano ha salido tambi¨¦n el voto de Pilar Fern¨¢ndez Bozal, la consejera de Justicia del Gobierno de Mas, que acudi¨® a votar a la fundaci¨®n Catdem, vinculada a Converg¨¨ncia. Ah¨ª, donde se gest¨® la Casa Gran del Catalanisme, Fern¨¢ndez Bozal deposit¨® su papeleta, cuyo sentido no desvel¨®.
Mas en la intimidad vota por la independencia, pero el mi¨¦rcoles la frenar¨¢ en el Parlament
El caso de la consejera de Justicia no encajar¨ªa en la taxonom¨ªa que Miguel Maura, ministro del Gobierno provisional republicano, estableci¨® cuando recib¨ªa en su despacho candidatos, generalmente recomendados, a gobernadores civiles. Don Miguel sosten¨ªa que hab¨ªa republicanos uterinos y republicanos de placenta. Los primeros lo eran desde el momento de su nacimiento, los segundos, fruto de generaciones de amantes de la libertad. La consejera, a juzgar por las opiniones que verti¨® contra las consultas independentistas siendo abogada del Estado, ha llegado a su convencimiento nacionalista de forma tan adulta y madura como r¨¢pida.
Fern¨¢ndez Bozal confes¨® a este diario que su tradici¨®n catalanista encuentra acomodo en la Casa Gran de Artur Mas, o sea que bebe de las fuentes del nacionalismo reci¨¦n horadadas. Mientras el ahora presidente del Gobierno catal¨¢n pon¨ªa los fundamentos de ese gran edificio, la actual consejera -entonces encarnada en rigorista abogada del Estado- sosten¨ªa que la consulta independentista de octubre de 2009 en Arenys de Munt pon¨ªa en peligro la estabilidad "social y pol¨ªtica" de Espa?a. Y que por ese motivo no hab¨ªa que ceder dependencias municipales a los separatistas. Citando jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco, Fern¨¢ndez Bozal abundaba en su tesis y tra¨ªa a colaci¨®n la condena a un municipio por dejar un sal¨®n de la casa consistorial para instalar la capilla ardiente de un etarra. Con ese razonamiento a nadie le hubiera extra?ado que el PP la hubiese fichado. Pero no fue as¨ª.
Ha pasado mucha agua por debajo de los puentes. Tanta que Fern¨¢ndez Bozal ha visto la luz y ha votado en la antes denostada consulta. En qu¨¦ sentido es un misterio. Artur Mas, en cambio, ha querido dejar claro su voto afirmativo a la independencia, pero lo ha desvinculado de su condici¨®n de presidente: como si estuvi¨¦ramos reeditando la tesis medieval de Kantorowicz sobre el doble cuerpo del rey: la naturaleza humana falible frente al aura divina del poder. En cambio, Josep Antoni Duran Lleida, mucho menos dado a requiebros sacros, ha dicho que ¨¦l no va a votar porque no es independentista, sino confederalista. A la hora de la verdad todos estos matices poco importan. Se trata de un voto instrumental con el que CiU perfecciona el cultivo de su doble alma: la del horizonte de Catalu?a como naci¨®n plena y la del posibilismo actual. Cuando el pr¨®ximo mi¨¦rcoles se someta la independencia al parecer del Parlament toda Converg¨¨ncia i Uni¨®, previsiblemente, se abstendr¨¢ con el argumento de que no est¨¢ en su programa y adem¨¢s podr¨ªa dividir a la sociedad catalana, a¨²n no madura para este paso. Los votos de PP y PSC servir¨¢n para derrotar la iniciativa partidaria de cortar amarras con Espa?a. Entonces los votos de los democristianos de Uni¨® contrarios a la consulta de hoy y los de los convergentes favorables se unir¨¢n. Se rechazar¨¢ la independencia por la que el presidente Mas ha votado en la intimidad. Y es que, como bien dec¨ªa Jordi Pujol, el nacionalismo de CiU es un tren y cada uno se apea en la estaci¨®n que quiere. Se podr¨¢ poner mayor ¨¦nfasis en el furg¨®n de cola o en la m¨¢quina, pero a la hora de votar en serio las bromas quedar¨¢n para la intimidad.
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