Primero los ni?os; despu¨¦s, todo lo dem¨¢s
Las ¨²ltimas sentencias sobre adopci¨®n y acogida anteponen el inter¨¦s del menor a los lazos de sangre y las normas burocr¨¢ticas - Los jueces tratan de impedir que se repitan los errores del pasado
Algo se mueve en los tribunales. Las sentencias que tratan sobre adopciones y acogimientos parecen haber tomado la direcci¨®n contraria a arraigadas creencias milenarias. Jueces y pol¨ªticos coinciden en que el derecho de sangre se ha devaluado, y que los enrevesados reglamentos de las Administraciones admiten excepciones. Sobre uno y otros est¨¢n los ni?os. Dos sentencias en Madrid y Granada tienen en cuenta las razones de todas las partes en litigio por la custodia de unos ni?os, e incluso reconocen que los argumentos de los implicados pueden ser leg¨ªtimos. Pero a la hora de dictar sentencia son contundentes: por encima de todo est¨¢ el bienestar de los menores.
El Tribunal Supremo ha tenido que dirimir sobre decenas de sentencias contrapuestas y, en el verano de 2009, corrigi¨® el criterio de jueces y audiencias provinciales que conced¨ªan m¨¢s importancia a la letra peque?a de cualquier tr¨¢mite burocr¨¢tico de las Administraciones auton¨®micas y a los derechos de sangre de progenitores que no pod¨ªan atender adecuadamente a su prole que a los intereses del menor. Desde entonces, sigue habiendo decisiones pol¨¦micas, pero se abre paso el criterio de prevalencia del ni?o frente al resto de derechos, que es, tambi¨¦n, el eje central de la futura Ley de Adopci¨®n Nacional. El Gobierno tiene previsto remitir a las cortes el proyecto de esta ley el pr¨®ximo mayo.
La futura Ley de Adopci¨®n Nacional llegar¨¢ en mayo al Parlamento
"La paternidad no la da la biolog¨ªa ni la adopci¨®n. La da la responsabilidad"
"Algunos jueces deber¨ªan pedir perd¨®n", dice el portavoz de Prodeni
El Supremo puso orden en 2009 a los dispares criterios de las audiencias
El problema de las familias de acogida surge cuando pasa demasiado tiempo
Todos los expertos desaconsejan que los m¨¢s peque?os ingresen en centros
Jes¨²s Garc¨ªa P¨¦rez, jefe de pediatr¨ªa social del hospital infantil Ni?o Jes¨²s de Madrid, resume este cambio de tendencia en una frase: "La paternidad no la da la biolog¨ªa ni la adopci¨®n. La paternidad la da la responsabilidad".
Luc¨ªa, la ni?a de tres a?os y medio que ha sido noticia por la sentencia de la juez de Madrid Mar¨ªa Teresa Mart¨ªn N¨¢jera, qued¨® hu¨¦rfana a los seis meses de nacer. El presunto padre se desentendi¨® de ella. La familia materna, residente fuera de Espa?a, tampoco se hizo cargo de la peque?a. As¨ª que sigui¨® el tr¨¢mite habitual: una vez descartado el regreso con su familia natural, Luc¨ªa fue declarada en desamparo y pas¨® a la tutela de la Administraci¨®n. Como era casi una reci¨¦n nacida, se busc¨® una familia provisional que la cuidara durante al menos un mes. Es el sistema que recomiendan los profesionales implicados en el abandono de menores. Tratan de evitar que los beb¨¦s ingresen en centros del Estado porque, aunque est¨¦n magn¨ªficamente equipados, carecen de lo que m¨¢s necesita un ni?o tan peque?o para su desarrollo: v¨ªnculo familiar. As¨ª fue como lleg¨® Luc¨ªa a la casa de Rebeca y Gabriel, una pareja de 45 y 50 a?os.
El problema es que no transcurri¨® un mes o dos, sino 17, y durante ese tiempo se cre¨® un fuerte lazo de afecto entre los tres. La Comunidad de Madrid reclam¨® a la menor para internarla en un centro mientras se tramitaba la adopci¨®n; prefer¨ªan una pareja m¨¢s joven, que estuvieran completamente sanos -Rebeca padece esclerosis- y que se hubieran inscrito previamente en las listas de preadopciones, una lista en la que Gabriel y Rebeca no figuraban porque en un principio optaron solo al acogimiento. Todo este proceso hubiera obligado a Luc¨ªa a permanecer en el orfanato durante el largo periodo de formalizaci¨®n de adopci¨®n con otros padres. La fiscal apoy¨® a la Comunidad de Madrid. Pero los peritos judiciales desaconsejaban la separaci¨®n porque Luc¨ªa estaba muy bien integrada con su familia provisional. Un regreso al orfanato la expondr¨ªa a da?os psicol¨®gicos perversos. Contra todo pron¨®stico -la posici¨®n de la fiscal¨ªa y las consejer¨ªas auton¨®micas suele ser determinante-, la juez decret¨® en marzo que Luc¨ªa es la hija de Rebeca y Gabriel.
En esos mismos d¨ªas, el magistrado Antonio de la Oliva de Granada, otorgaba la tutela de una ni?a de cuatro a?os a una pareja de homosexuales, uno de ellos t¨ªo de la menor, por anteponer "la plena adaptaci¨®n de la peque?a al medio que la rodea, la cobertura sanitaria y que los solicitantes disponen de vivienda propia, perfectamente equipada, y muestran un gran v¨ªnculo afectivo hacia N. y esta hacia ellos. Los solicitantes", dec¨ªa el auto, "satisfacen todas sus necesidades".
?Significa esto que la extrema pobreza en la que viven la pr¨¢ctica totalidad de las madres que han perdido la tutela sobre sus hijos va a determinar la decisi¨®n de los jueces? ?Solo tienen derecho a la paternidad quienes pueden hacerlo debidamente aunque no hayan pasado por el paritorio?
Los expertos aseguran que la pobreza no es el factor esencial, aunque siempre est¨¢ presente en estos casos. Pesan m¨¢s factores como el encarcelamiento de los progenitores, o la drogodependencia, las enfermedades mentales y la inestabilidad emocional, que impiden alimentar adecuadamente a los hijos y procurar su escolarizaci¨®n.
"Parece que entra aire fresco favorable a los derechos del ni?o", comenta Jos¨¦ Luis Calvo, vicepresidente de la ONG Prodeni, una de las m¨¢s activas en la defensa de los menores. A ¨¦l tambi¨¦n le llama la atenci¨®n "el cambio de tendencia" que poco a poco est¨¢ calando entre los jueces. Y a?ade, optimista: "Parece que nos alejamos de los a?os negros -los ochenta y parte de los noventa- en los que algunos jueces cometieron tantas barbaridades que no entiendo c¨®mo pueden dormir tranquilos". Calvo recuerda las controvertidas sentencias de Diego, el ni?o de El Royo (Soria); Piedad, en Canarias, la ni?a de La Pedriza (Valladolid); Iv¨¢n y Sara de Sevilla; la ni?a de Benamaurel (Granada)... y tantos otros -menos medi¨¢ticos- cuyos expedientes duermen en juzgados y audiencias con argumentos del tipo de "el menor debe ser la mejor medicina" para la curaci¨®n de los padres, o que estos "estar¨¢n m¨¢s motivados para superar sus adicciones si tienen a los ni?os", o que "no se puede separar a una deficiente mental de su hijo, aunque est¨¦ incapacitada". "Estos jueces deber¨ªan pedir perd¨®n", dice Calvo.
En todos estos casos, los magistrados cre¨ªan que el menor deb¨ªa estar inexorablemente con la madre biol¨®gica y que, ante un c¨²mulo de contrariedades que ofrec¨ªan pocas garant¨ªas de paternidad responsable, exig¨ªan a los servicios sociales que las ayudaran a curarse, dejar las drogas y rehacer sus vidas, sin plazo de tiempo. Y mientras tanto, los menores, a los centros del Estado. Si los adultos reincid¨ªan y volv¨ªan a prisi¨®n, si fallaban de nuevo en el en¨¦simo intento de rehabilitaci¨®n o si se negaban a medicarse para sus trastornos mentales, las Administraciones deb¨ªan insistir en la ayuda y los orfanatos continuar tutelando a los menores. Hasta la mayor¨ªa de edad del ni?o desamparado, hab¨ªa tiempo para intentarlo.
Dos semanas antes de la sentencia clave del Supremo de agosto de 2009, en Barcelona, una juez orden¨® que cinco hermanos senegaleses de entre siete y 14 a?os regresaran con sus progenitores, a pesar de que la Generalitat retir¨® la tutela tres a?os antes por abandono y palizas. Los tres mayores fueron a un centro. Los dos peque?os -10 y 7 a?os-, a una familia de acogida. Estos escribieron una carta a la juez: "No queremos volver con los padres de antes porque nos pegan (...) Estamos mejor con los de ahora, que nos cuidan y nos quieren". La juez no tom¨® en cuenta esta carta, que detallaba episodios de malos tratos, ni el expediente de la Administraci¨®n. Crey¨® a los padres naturales, que reconocieron pegarse frecuentemente entre ellos pero negaron maltratar a los peque?os.
Mario Bedera, exdiputado socialista e impulsor de la Ley de Adopci¨®n Internacional (2009), recuerda que en ocasiones se borde¨® la crueldad y se generaron no pocas tragedias. Por eso obtuvo la unanimidad del resto de parlamentarios para a?adir en el ¨²ltimo momento una disposici¨®n adicional en dicha ley un tanto fuera de contexto, pero que puso l¨ªmite temporal a los problemas: si en un plazo de dos a?os los progenitores biol¨®gicos no se han interesado por sus hijos, o acudido a cursos de desintoxicaci¨®n o mostrado voluntad de curaci¨®n, pierden los derechos sobre sus hijos.
La mayor parte de madres biol¨®gicas que siguen esperando la devoluci¨®n de sus ni?os, y cuentan sus emotivas historias en foros y webs, est¨¢n convencidas de que su delito ha sido ser pobres. Y no pueden aceptar que los largos a?os que han necesitado para superar las desgracias que motivaron el desamparo de sus hijos han corrido en su contra, porque los menores se han integrado en otro entorno y los psic¨®logos desaconsejan truncar esa evoluci¨®n.
Pilar Castillo recuerda que sus dos hijos peque?os fueron engendrados en los vis a vis de una c¨¢rcel mallorquina donde su pareja cumpl¨ªa condena. Incluso se r¨ªe al recordar que el positivo del Predictor que anunci¨® la gestaci¨®n del peque?¨ªn fue televisado en directo en el programa Cerca de ti, entre las ovaciones del p¨²blico. Pas¨® unos a?os dif¨ªciles durante los cuales los menores Gabriel y M¨¢ximo fueron dados en preadopci¨®n. Y ahora, Pilar, ya recuperada, lamenta: "Me los quitaron por ser pobre, no tener trabajo ni vivienda ni estabilidad emocional, como mucha gente. No hay derecho". Ha pasado siete a?os sin verlos y contin¨²a felicitando a Gabriel en su cumplea?os a trav¨¦s de su blog: "S¨¦ que ma?ana, cuando est¨¦s en la fiesta, estar¨¢s mirando a la puerta para ver si entro yo, tu mam¨¢ (...). Estoy llamando casi cada d¨ªa a televisi¨®n para ver si hay forma humana de salir para ver si de casualidad me veis... S¨¦ que esos pap¨¢s que tienes seguro que te compraron una play station que a lo mejor mam¨¢ no te la podr¨ªa comprar, pero yo s¨¦ que t¨² prefieres mis besos, abrazos y mi cari?o antes que esos juguetes que te compran".
La Audiencia Provincial de Mallorca confirm¨® a finales de 2009 la sentencia de primera instancia por entender que hab¨ªa mostrado inter¨¦s en el cuidado de su hijo, "mas ello ha sido de forma intermitente y no siempre adecuada, de modo que con el paso del tiempo la situaci¨®n se ha cronificado en detrimento de los intereses del menor". Los informes psicosociales aseguran que los ni?os deben seguir con la familia acogedora, en la que "disfrutan de estabilidad y que los menores no desean abandonar". En el caso de Pilar Castillo, los tribunales aplicaron la nueva jurisprudencia.
El Supremo se pronunci¨® a ra¨ªz de la p¨¦rdida de la tutela de Dolores Hern¨¢ndez sobre su hija Susana. En primera instancia, el juez dio la raz¨®n a la Consejer¨ªa de Bienestar Social de la Junta de Castilla-La Mancha porque observaron "negligencia en el cuidado de la menor, inadecuadas condiciones de la vivienda, conflictos de pareja y negativa a admitir el apoyo de los servicios sociales". El juez tambi¨¦n tuvo en cuenta informes policiales sobre la prostituci¨®n supuestamente ejercida por Dolores "delante de su marido e hija". La psic¨®loga aleg¨® que su deficiencia mental la incapacitaba para la crianza de la peque?a Susana. La ni?a fue hospitalizada con dos meses de vida por malnutrici¨®n. Recibi¨® ayuda econ¨®mica para comprar leche maternizada pero se repiti¨® el episodio. Los servicios sociales eran ahuyentados a gritos.
La menor entr¨® en proceso de preadopci¨®n. Durante esta fase, la ley impide el contacto con la familia biol¨®gica. Hasta que la Audiencia Provincial propin¨® un rapapolvo al juez y revoc¨® su decisi¨®n: "Se deb¨ªa haber ayudado con todos los medios al alcance de la Administraci¨®n hasta conseguir que los padres desarrollaran adecuadamente las responsabilidades paternofiliales", argumentaron. Dos a?os despu¨¦s, fue el Supremo quien propin¨® otro rapapolvo, esta vez a la Audiencia, por "haber atendido exclusivamente a los intereses de la madre biol¨®gica y desconocer los intereses de la menor", y aprovech¨® para unificar criterios en este sentido. La peque?a, que ten¨ªa ya siete a?os, estaba integrada en su nueva familia, con la que conviv¨ªa desde que ten¨ªa dos. Tras el Supremo, solo cab¨ªa recurso de amparo ante el Constitucional. Fue denegado.
Isidoro Hern¨¢ndez, abogado de Dolores, guarda mucho afecto por su defendida y cree que "le arrancaron a la ni?a de los brazos por ser pobre". A este letrado todav¨ªa le "hierve la sangre" al recordar el caso, hasta el punto de seguir con atenci¨®n a trav¨¦s de terceras personas la evoluci¨®n de la peque?a Susana. Y dice: "Tengo que reconocer que est¨¢ muy bien con su nueva familia. Est¨¢ contenta y su evoluci¨®n escolar es excelente. Puede que la injusticia en el fondo haya hecho justicia".
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