La Alianza golpea de nuevo para salvar a los rebeldes
Los cazas de la OTAN expulsan de Ajdabiya a las fuerzas del dictador libio por segunda vez en apenas 15 d¨ªas
Muy impacientes por vivir el d¨ªa de la ca¨ªda del coronel Muamar el Gadafi, los milicianos rebeldes libios exigen armamento pesado para que la aviaci¨®n de la coalici¨®n internacional no sea su ¨²nico salvavidas, rechazan toda componenda pol¨ªtica con el r¨¦gimen de Tr¨ªpoli y desconf¨ªan de la OTAN, que castiga a las tropas del dictador cuando una ciudad clave est¨¢ a punto de enarbolar bandera blanca o si estima que la situaci¨®n es desesperada.
La Alianza Atl¨¢ntica volvi¨® a castigar severamente ayer, 15 d¨ªas despu¨¦s, a las tropas del dictador libio en la Cirenaica e impidi¨® in extremis que la crucial plaza de Ajdabiya, ¨²ltima gran poblaci¨®n que precede a Bengasi, fuera conquistada por segunda vez por los soldados del dictador. A los cazas les bast¨® con abrasar una columna de 11 carros de combate y 6 veh¨ªculos de transporte en los que perecieron una veintena de uniformados.
"?Por qu¨¦ no los frenan lejos de la ciudad?", se pregunta una mujer
Los bombardeos intensos han dejado decenas de muertos en ambos bandos
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, asegur¨® ayer, tras reunirse durante varias horas con Gadafi, que el dictador libio hab¨ªa aceptado el plan de mediaci¨®n de la Uni¨®n Africana. "Tenemos que dar una oportunidad al alto el fuego", dijo Zuma. La delegaci¨®n debe ver ahora a los rebeldes en Bengasi.
Los cazas de la alianza machacaron los blindados del Ej¨¦rcito y los insurgentes se adue?aron de esta ciudad de 100.000 habitantes que solo acoge ahora a los hombres que luchan. Dos d¨ªas de intensos bombardeos, que han dejado decenas de cad¨¢veres de ambos bandos, llegaban a su fin.
"Estamos golpeando las instalaciones log¨ªsticas del r¨¦gimen porque sabemos que a Gadafi se le est¨¢ haciendo dif¨ªcil mantener el ataque a las ciudades. Tambi¨¦n bombardeamos b¨²nkeres donde se almacena armamento y l¨ªneas de comunicaci¨®n para cortar su suministro", explic¨® en Bruselas el general canadiense Charles Boucher, comandante de las operaciones en Libia. Otros 14 tanques fueron destruidos en Misrata, donde la guerrilla urbana se ha implantado como modalidad b¨¦lica.
Libios del este, como la profesora Elman Elgassier, admiten su confusi¨®n: "Todo esto es nuevo para nosotros. No comprendemos bien a la OTAN. ?C¨®mo pueden acercarse tanto a Ajdabiya los tanques de Gadafi si vienen de lejos? ?Por qu¨¦ no les bombardean en la carretera antes de llegar a la ciudad? Lo ¨²nico que sabemos es que en pol¨ªtica internacional no hay amigos".
Las acusaciones veladas de los mandos militares de la revuelta contra la OTAN han sido una constante en las ¨²ltimas jornadas, jalonadas por dos errores de los pilotos aliados que mataron a 20 milicianos en las inmediaciones de la terminal petrolera de Brega. Pero saben que no tienen alternativa. Al menos a corto plazo. Sin el respaldo de la OTAN, por tibio que a menudo parezca, los militares y dem¨¢s ralea al servicio del d¨¦spota ya habr¨ªan recuperado Ajdabiya y qui¨¦n sabe lo que ser¨ªa de la ciudad de Bengasi.
El jefe del Estado Mayor, Abdelfatah Yunes, ha tratado de rebajar la tensi¨®n, aunque no dejen de reclamar pertrechos militares de calidad suficiente para afrontar a un enemigo con mucha mayor capacidad de fuego y disciplina. Les resulta insuficiente el centenar y medio de despegues que los aviones de la OTAN ejecutan cada d¨ªa, de los que un tercio tienen objetivos concretos. Los dem¨¢s aparatos vigilan el cumplimiento de la zona de exclusi¨®n a¨¦rea.
"Hemos recuperado Ajdabiya, pero ?qui¨¦n me asegura que no regresar¨¢n otra vez?", lamentaba Elgassier, recordando que esta ciudad ya fue liberada el 26 de marzo. A partir de esta fecha, los sublevados se lanzaron a una desenfrenada carrera hacia Sirte, basti¨®n y cuna de Gadafi, a medio camino entre Tr¨ªpoli y Bengasi. Pocos d¨ªas despu¨¦s estaban de retirada. Ca¨®tica, como es habitual. Los rebeldes, que descuidan los flancos en el desierto y carecen de t¨¢ctica y estrategia, fueron incapaces de conservar el terreno ganado.
Pero no entienden el porqu¨¦ de la escasa acci¨®n de la OTAN durante dos semanas, piden bombardeos como el de ayer a diario, y tampoco aciertan a comprender por qu¨¦ no frenan a los soldados del tirano en el remoto occidente monta?oso de Libia, una regi¨®n olvidada.
Los portavoces del Consejo Nacional -el Gobierno de facto de los insurrectos- advierten de que nadie presta atenci¨®n a esta zona, donde, denuncian, se est¨¢n cometiendo atrocidades similares a las que sufre Misrata desde hace m¨¢s de seis semanas. Zint¨¢n, Kalaa, Nalut, Yafran son algunas de las ciudades del oeste, cerca de las fronteras tunecina y argelina, y de poblaci¨®n predominantemente bereber, que nunca ha estado en los mejores t¨¦rminos con Gadafi y que se sum¨® sin dudarlo a la revuelta nacida en Oriente.
Cientos de sus habitantes est¨¢n escapando de un cruel asedio, y relataban ayer a su llegada a T¨²nez las tropel¨ªas que estos d¨ªas perpetran sus militares. Los civiles mueren en bombardeos indiscriminados en alguna de esas localidades. "Est¨¢n atacando escuelas, casas y hospitales", aseguraba a Reuters un refugiado. "Han utilizado petr¨®leo para quemar los pozos de agua, y cr¨¦eme, han matado al ganado", a?ad¨ªa otro. "Amenazan con violar a nuestras hijas", sentenciaba un tercero. Visto c¨®mo saquearon el hospital en Ajdabiya y c¨®mo arrasaron farmacias y supermercados, los testimonios de los huidos suenan veros¨ªmiles.
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