La guerra vista como objetivo de la OTAN
El r¨¦gimen permite que la prensa extranjera visite el frente de Misrata, que lleva seis semanas asediada - Los aliados destruyen 14 blindados libios
Una densa columna de humo se levanta sobre la ciudad de Misrata, a 250 kil¨®metros de Tr¨ªpoli. Los cazas de la OTAN acaban de atacar objetivos de las fuerzas del coronel Muamar el Gadafi y a¨²n sobrevuelan la zona. Los disparos de las bater¨ªas antia¨¦reas del Ej¨¦rcito libio suenan a lo lejos, pero son incapaces de derribar los aviones, que en todo momento han estado fuera de su alcance.
Un autob¨²s cargado de periodistas y funcionarios del Gobierno libio se para en la cuneta, junto a un cementerio de coches y una espesura de malas hierbas, para observar la escena. "Mirad. Esto es lo que est¨¢n haciendo con nuestro pa¨ªs", dice Salim, uno de los traductores.
Los reporteros bajan del autob¨²s, graban la escena y luego se colocan los chalecos antibalas, dispuestos a adentrarse en Misrata, uno de los territorios m¨¢s peligrosos y desconocidos del conflicto libio. Pero el autob¨²s no pasa el primer control de acceso. "Los soldados creen que el veh¨ªculo podr¨ªa ser objetivo de la OTAN", dicen los funcionarios del Gobierno.
Un grupo de rebeldes ha logrado frenar al Ej¨¦rcito de Gadafi
As¨ª que vuelta a Tr¨ªpoli, no sin antes dar un rodeo para pasar por el peque?o pueblo de Taminah y asistir por en¨¦sima vez a una manifestaci¨®n espont¨¢nea de partidarios de Gadafi, en la que los l¨ªderes del pueblo ofrecen t¨¦ y los j¨®venes gritan "?Ala, Muammar, Libia ubes!" (?Dios, Gadafi, Libia y nada m¨¢s!).
En el viaje de regreso a Tr¨ªpoli se vivieron algunos momentos de tensi¨®n entre los reporteros y los funcionarios del Gobierno, a los que los periodistas llaman de forma eufem¨ªstica "cuidadores". Ante las protestas de uno de los periodistas por la tardanza en el regreso -el viaje dur¨® m¨¢s de cuatro horas porque el conductor decidi¨® tomar un camino m¨¢s largo-, uno de los cuidadores le pidi¨® que se "callara la boca" y le amenaz¨® con un gesto agresivo.
El plan del Gobierno era mostrar a los periodistas que la ciudad estaba controlada por sus tropas. Tambi¨¦n lo hab¨ªan intentado el d¨ªa anterior, el viernes, en otro viaje con otro grupo de reporteros. En esa ocasi¨®n la prensa hab¨ªa viajado en furgonetas y fue posible llegar hasta las afueras de la ciudad.
La prensa pudo comprobar que Misrata est¨¢ a¨²n lejos de ser tomada por las tropas de Gadafi. Hubo disparos, un capit¨¢n libio result¨® herido levemente y una periodista recibi¨® un impacto que rasg¨® su chaleco antibalas. A¨²n se desconoce exactamente lo que ocurri¨®, pero lo cierto es que en el centro de la localidad se libra todav¨ªa una cruenta batalla entre los francotiradores de uno y otro bando. Seg¨²n los reporteros, la entrada de la localidad est¨¢ llena de barricadas, carros blindados quemados y tanques.
Esos tanques eran ayer el objetivo de los cazas que sobrevolaban Misrata. Los aviones destruyeron 14 e interceptaron un avi¨®n Mig 23 de los rebeldes que fue obligado a aterrizar por estar violando la zona de exclusi¨®n a¨¦rea impuesta por Naciones Unidas a mediados de marzo.
La ciudad pasa por ser la ¨²ltima aldea gala en el oeste del pa¨ªs. Conquistadas las ciudades de Zuara, Sabrata y Zauiya a principios de marzo, a las tropas de Gadafi solo les quedaba tomar Misrata para concentrar todas sus fuerzas en el este del pa¨ªs. Sin embargo, un grupo de rebeldes con Kal¨¢shnikov y escopetas han resistido el asedio del Ej¨¦rcito de Gadafi durante seis semanas. Se habla de miles de muertos, pero estas cifras son imposibles de confirmar.
Lo que s¨ª se sabe, seg¨²n informaciones de la Cruz Roja, es que unos 6.000 extranjeros, la mayor¨ªa egipcios y africanos, han quedado atrapados a la espera de ser recogidos en los barcos fletados por la organizaci¨®n para salir del pa¨ªs.
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