Mujeres ocultas bajo pl¨¢stico
Una ONG detalla la violaci¨®n de los derechos de las inmigrantes en Almer¨ªa
"Hay mayores y menores de edad. Hemos visto grupos de menores rumanas que se colocan bolsas de agua caliente en el bajo vientre para aliviar el dolor que le produce mantener una media de 20 relaciones cada noche", comenta Helena Maleno, experta en trata y coautora del informe Mujeres migrantes: Almer¨ªa, la historia que nadie cuenta, editado por la organizaci¨®n Women's Link Worldwide. El objetivo principal de este estudio es denunciar las violaciones de los derechos de estas mujeres.
Para el informe se visitaron entre noviembre de 2009 y marzo de 2010 clubes, asentamientos o cortijos entre invernaderos de la periferia de la capital almeriense y otras cuatro localidades en los que se han mantenido conversaciones con unas 40 mujeres v¨ªctimas de trata y procedentes de ?frica subsahariana, Marruecos, Europa del Este y Am¨¦rica.
El estudio es un monogr¨¢fico de Almer¨ªa, provincia que escogieron por el alto ¨ªndice de poblaci¨®n migrante y por el r¨¢pido crecimiento econ¨®mico experimentado a comienzos de la d¨¦cada pasada, que dio lugar a una proliferaci¨®n de clubes y locales de alterne. Pero anuncian que seguir¨¢n trabajando en todo el territorio nacional.
Las preocupaciones de la organizaci¨®n que ha elaborado el informe son la v¨ªctima y la "impunidad" con la que se mueven las mafias de trata de personas por el pa¨ªs, seg¨²n denuncia la organizaci¨®n.
Nigeria, Ghana, Guinea Ecuatorial, Mali, Liberia, Senegal y Guinea Bissau son los pa¨ªses de origen de las mujeres entrevistadas para el informe. Su presencia es mayoritaria en el poniente almeriense y sus condiciones de vida son precarias: hacinamiento, deficientes condiciones higi¨¦nicas y escaso acceso a servicios de salud.
De estas y otras cuestiones habla Beauty, natural de Nigeria y v¨ªctima de trata. Tiene 23 a?os y un hijo de dos con el que vive en un piso compartido con otras mujeres. Otra v¨ªctima, natural de Ruman¨ªa, explica c¨®mo, por la "pobreza y falta de conocimiento", las chicas "son enga?adas". "No he tomado drogas y tampoco me he hecho controles sanitarios o an¨¢lisis. En el club se quedaban siempre con el pasaporte".
Otras mujeres entrevistadas por la organizaci¨®n est¨¢n ahora fuera de la red de trata y hablan sin miedo. Es el caso de una mujer de 33 a?os y natural de Colombia. Ten¨ªa que pagar una deuda y sab¨ªa que en Espa?a iba a ejercer la prostituci¨®n, pero ignoraba que s¨®lo percibir¨ªa una m¨ªnima parte del dinero que ganaba. "Hay chicas que las trae la misma gente de su pa¨ªs y las tienen tres meses trabajando. En principio, la red ofrece la mitad del dinero para ellas y la otra mitad para la red criminal, pero ellas no ven nada del dinero".
A las Chicas de la Fresa, mujeres marroqu¨ªes que llegaron a Espa?a como contingente para trabajar en Huelva, les obligan sus parejas a ejercer la prostituci¨®n. Viven en un asentamiento de chabolas situado en la zona de Tierras de Almer¨ªa.
Roquetas de Mar, La Mojonera, N¨ªjar, la periferia de la capital y Hu¨¦rcal-Overa son los municipios visitados por Women?s Link Worldwide para la elaboraci¨®n del informe, para el que han contado con la colaboraci¨®n de Cruz Roja, Salvamento Mar¨ªtimo, Proyecto Encuentro, la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado y varias asociaciones de atenci¨®n a mujeres en riesgo social, como AIMUR y APRAMP de Almer¨ªa.
As¨ª surge el informe
- Women?s Link Worldwide publica hace dos a?os el informe Los derechos de las mujeres migrantes.
- Para el trabajo Mujeres migrantes: Almer¨ªa, la historia que nadie cuenta, se ha hablado con 40 mujeres y entrevistado en profundidad a tres rumanas, dos nigerianas y una colombiana.
- La ONG ha visitado Hu¨¦rcal-Overa, N¨ªjar, Almer¨ªa, Roquetas de Mar y La Mojonera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.