Historia de la Filosof¨ªa
Filosof¨ªa. Sin duda esta notable Historia de la Filosof¨ªa, que ahora reedita felizmente la editorial Ariel en cuatro vol¨²menes, constituye uno de esos raros tesoros que una determinada forma, muy cl¨¢sica, de entender la cultura, la actividad intelectual y, m¨¢s en concreto, la pr¨¢ctica filos¨®fica nos ha dejado en herencia. Su autor, Frederick Copleston, pertenece, al igual que Abagnano, Brehier, Hischberger y alg¨²n otro, a una raza de fil¨®sofos -los historiadores de la filosof¨ªa- en v¨ªas de extinci¨®n. A nadie se le escapa el f¨¢cil (facil¨®n, en realidad) reproche que se le puede dirigir a este tipo de proyectos: es imposible que nadie lo sepa todo de todos, por lo que con toda seguridad una historia de la filosof¨ªa general de tan desmesurado aliento est¨¢ condenada a ser un rosario de sinopsis y res¨²menes de los grandes del pasado. Aun aceptando que el reproche pudiera tener algo de acertado en ciertos casos, la contrapartida que ofrecen este tipo de obras cuando sus autores son de la inequ¨ªvoca solvencia filos¨®fica de Copleston es clara. A trav¨¦s de su mirada, el lector puede ir encontrando sendas, recorridos, hilos conductores para lo que, de otro modo, f¨¢cilmente se le aparecer¨ªa como una discontinuidad contingente y sin sentido. El historiador de la filosof¨ªa ejerce en ese sentido de historiador sin m¨¢s: muestra el orden, la pauta, la deriva, que circula por debajo de la tumultuosa y ca¨®tica superficie de los diversos presentes. Ha habido otras formas, claro est¨¢, de abordar la misma tarea. Por ejemplo, la representada por las historias de la filosof¨ªa de Belaval, Ch?telet y otros, en las que el responsable del proyecto se encargaba de seleccionar a los m¨¢ximos especialistas en cada una de las figuras o corrientes seleccionadas. Se escapaba as¨ª del reproche de la imposible competencia para hablar de todo con excelencia (por parafrasear a Manuel Sacrist¨¢n, director de la edici¨®n castellana de la obra de Copleston, por cierto), pero a costa de exponerse a otro: no hab¨ªa elemento de continuidad alguno que atravesara las diferentes propuestas. Si se trata de entender, no hay color entre las dos opciones.
Historia de la Filosof¨ªa
Frederick Copleston
Traducci¨®n de J. M. Garc¨ªa de la Mora,
J. C. Garc¨ªa Borr¨®n, A. Dom¨¦nech,
M. Sacrist¨¢n y V. Camps
Ariel. Barcelona, 2011. 4 vol¨²menes. 944 / 712 / 752 / 848 p¨¢ginas. 29 euros cada uno
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