'Condena' a Croacia
La opini¨®n se indigna por la pena de 24 a?os impuesta a un general por cr¨ªmenes de guerra
Es como si la entera naci¨®n cat¨®lica y balc¨¢nica de Croacia hubiera sido reo de anatema. El general Ante Gotovina ha sido condenado por el Tribunal Internacional de La Haya a 24 a?os de prisi¨®n por cr¨ªmenes de guerra, y la consternaci¨®n del p¨²blico alcanza las dimensiones de un ataque de apoplej¨ªa nacional. La Iglesia hab¨ªa pedido que se orara por su absoluci¨®n; la opini¨®n cre¨ªa que el militar volver¨ªa a casa con honores; y la primera ministra, Jadranka Kosor, ha advertido que su Gobierno "emplear¨ªa todos los medios legales" para combatir la sentencia.
Gotovina es un h¨¦roe en Croacia porque en una ofensiva rel¨¢mpago recobr¨® en cuatro d¨ªas de 1995 casi un tercio del territorio nacional que ocupaban las milicias serbias, y all¨ª hab¨ªan proclamado la rep¨²blica de Krajina. Junto al general se condenaba ayer tambi¨¦n a su camarada Mladen Markac a 18 a?os, y un tercer militar resultaba absuelto. Pero antes de la independencia de su pa¨ªs en 1991, Gotovina hab¨ªa sido legionario en el Chad, servicio por el que recibi¨® la nacionalidad francesa; fue instructor de paramilitares en diversos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, ocupaci¨®n escasamente presentable en democracia; lo condenaron por su implicaci¨®n en el atraco a un banco, y era un enamorado de las islas Canarias, donde pasaba largas temporadas dedicado a deportes de riesgo y donde la polic¨ªa espa?ola lo detuvo en 2005 para entregarlo a La Haya. Y esos mismos que hoy lloran amargamente no quieren recordar tan ilustre pasado, y a¨²n menos que su entrega a la justicia fue condici¨®n para facilitar el futuro ingreso de Croacia en la UE; como tampoco que en 2007 al jefe de la milicia serbia de Krajina le cayeron 35 a?os por cr¨ªmenes comparables a los suyos, solo que cometidos del otro lado: cientos de civiles asesinados y cientos de miles de desplazados en el conflicto de la antigua Yugoslavia.
El nacionalismo m¨¢s extremo y su eventual glorificaci¨®n o condena no dejar¨¢n, veros¨ªmilmente, de perseguir a Europa por mucho tiempo, y en esa l¨²gubre competici¨®n la pen¨ªnsula de los Balcanes ocupa ya un lugar privilegiado, como hace 70 a?os le ocurr¨ªa otro tanto a una pen¨ªnsula m¨¢s pr¨®xima: la Ib¨¦rica. Hasta que Croacia, y con ella Serbia, de la que su mayor h¨¦roe y asesino nacional Radovan Karadzic est¨¢ siendo juzgado en La Haya, superen esos vasos comunicantes del horror, Europa no se hallar¨¢ verdaderamente en camino de hallarse a s¨ª misma.
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