Los dichos y los hechos del FMI
Entre las estad¨ªsticas m¨¢s importantes publicadas en la semana ¨²ltima destaca el IPC de marzo, que vino a confirmar el avance conocido dos semanas antes. Se esperaba que la inflaci¨®n bajara una d¨¦cima, pero se mantuvo constante en el 3,6%. La culpa fue, de nuevo, de los productos energ¨¦ticos, cuya tasa anual alcanz¨® el 18,9% -casi un punto porcentual (pp) m¨¢s de lo previsto-, y en menor medida de los alimentos [gr¨¢fico superior izquierdo]. En ambos casos, los precios finales acusan la subida de las materias primas en los mercados internacionales.
En cambio, el IPC, excluidos los alimentos y los productos energ¨¦ticos, se comport¨® algo mejor de lo previsto y su tasa anual se redujo una d¨¦cima, hasta el 1,3%. El hecho de que la Semana Santa se haya retrasado este a?o, con el traslado a abril de las subidas estacionales de los servicios tur¨ªsticos, explicar¨ªa esta disminuci¨®n, que previsiblemente se compense en este mes. Teniendo en cuenta que en la cifra anterior est¨¢n incluidas unas cuatro d¨¦cimas correspondientes a la subida del IVA en julio del pasado a?o, llegamos a la conclusi¨®n de que las tensiones inflacionistas de la econom¨ªa espa?ola son pr¨¢cticamente nulas, a pesar de lo que aparenta la tasa del 3,6% del IPC total. M¨¢s a¨²n, esta tasa que excluye los alimentos y productos energ¨¦ticos solo ha aumentado dos d¨¦cimas en los ¨²ltimos seis meses, lo que quiere decir que las empresas de estos sectores est¨¢n absorbiendo en sus m¨¢rgenes casi todo el encarecimiento de los costes energ¨¦ticos.
El alza del precio del crudo obliga a aumentar las previsiones de inflaci¨®n hasta el 3,5% de media
El Fondo dice que Espa?a est¨¢ haciendo bien las reformas, pero eso no eleva su crecimiento potencial
A una econom¨ªa que se comporta as¨ª no se la puede castigar subi¨¦ndole los tipos de inter¨¦s, como hizo el BCE. Claro que este act¨²a preventivamente, dando se?ales a los agentes econ¨®micos de que no pongan en marcha una espiral inflacionista. Esto es especialmente importante en Espa?a, donde el desajuste de los precios y costes respecto a los socios del euro se est¨¢ corrigiendo a martillazos, es decir, a base de reducir plantillas. Si los salarios aumentaran un 3,6%, igual que el IPC, el resultado ser¨ªa que los trabajadores que mantuvieran el empleo no perder¨ªan poder adquisitivo, pero otros muchos perder¨ªan su empleo.
La escalada del precio del petr¨®leo obliga a revisar al alza las previsiones de inflaci¨®n para el resto del a?o [gr¨¢fico superior derecho]. Bajo la hip¨®tesis de que este alcance y se mantenga en 125 d¨®lares por barril y de que el tipo de cambio euro-d¨®lar no se modifique sustancialmente, las nuevas previsiones apuntan a que la inflaci¨®n se mantenga en torno al 3,6% hasta septiembre, iniciando luego un descenso hasta el 2,8% en diciembre. La media anual se situar¨ªa en el 3,5%. En enero habl¨¢bamos de una tasa media anual del 2,7% y del 1,7% para diciembre, pero entonces el barril de petr¨®leo val¨ªa 95 d¨®lares.
Adem¨¢s del mal sabor de boca del IPC, la semana tambi¨¦n nos ha tra¨ªdo noticias, en forma de previsiones del FMI, nada esperanzadoras . A corto plazo, los economistas de Fondo no nos dicen nada que no pensemos los espa?oles (excepto el Gobierno): que el crecimiento del PIB va a ser raqu¨ªtico en 2011 (un 0,8%) y en 2012 (un 1,6%). Incluso ellos son m¨¢s optimistas que nosotros en inflaci¨®n y en tasa de paro, donde se quedan bastante cortos (2,6% y 19,4% en media anual de 2011, respectivamente). Pero a medio plazo siguen siendo bastante pesimistas, ya que el crecimiento de la econom¨ªa permanece por debajo del 2%, y el d¨¦ficit p¨²blico, por encima del 4,5% hasta 2016. Aqu¨ª se detecta una cierta contradicci¨®n en los mensajes del Fondo. Sus directivos no se cansan de decir que Espa?a lo est¨¢ haciendo muy bien en cuanto a la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, el saneamiento del sector financiero y las reformas estructurales. Todo ello deber¨ªa conducir a aumentar el potencial de crecimiento a medio y largo plazo, pero ello no se ve en los n¨²meros de sus previsiones. Puede ser que los directivos sean m¨¢s diplom¨¢ticos, pero los expertos piensen que las reformas no son lo ambiciosas que debieran. En Funcas pensamos que se est¨¢n haciendo reformas importantes, aunque habr¨¢ que profundizar en alguna de ellas, que el saneamiento y la reestructuraci¨®n del sistema financiero llegar¨¢ a buen puerto y que los pol¨ªticos cumplir¨¢n sus deberes en el ¨¢mbito fiscal, por lo que somos m¨¢s optimistas a medio plazo. -
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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