Los 's¨ª lugares'
Viajar en AVE tiene algo de distancia media. La ventanilla del avi¨®n es casi m¨ªstica y las del tren convencional o las del autob¨²s, demasiado terrenales. La velocidad del AVE es la m¨¢s adecuada para resumir determinados paisajes y para entender algunas de sus contradicciones.
El trazado de la v¨ªa pasa a un kil¨®metro y medio del pueblo donde nac¨ª. Cada vez que el tren atraviesa los campos pienso en el paisaje anterior, sin taludes ni desniveles. Cuando paso por encima del puente sobre el Cinca no puedo evitar recordar la vuelta que se ten¨ªa que dar para salvar el r¨ªo, los constantes: "si aqu¨ª hubiera un puente...". El deseo se hizo realidad a medias, ya que el puente se construy¨®, pero por ¨¦l solo puede pasar el tren. Que el tren que llega pase de largo por un puente al que se tiene acceso prohibido tiene algo de burla, de escarnio hist¨®rico. Es lo que tiene la velocidad, que las cosas se pueden decir tan claras como se ven. Cada hora pasa un tren que no se detiene, los tiempos adelantan que es una barbaridad.
La velocidad del AVE es la m¨¢s adecuada para resumir determinados paisajes y para entender algunas de sus contradicciones
Como s¨ª lugar -ahora que los posmodernos est¨¢n en horas bajas-, el puente tiene que competir con otros dos contrasentidos geogr¨¢ficos y econ¨®micos cercanos. No nos privamos de nada, a 25 kil¨®metros de mi pueblo toc¨® la t¨®mbola del aeropuerto de Alguaire. Siempre toca, el a?o pasado el premio recay¨® en Ciudad Real y este en Castell¨®n. El nuestro, el de Alguaire, es tan bonito que no lo utiliza nadie para que no se estropee, est¨¢ como nuevo, limpio, reluciente. Se ve que no hay mucha demanda de vuelos pero con el tiempo puede que los aviones que fumigan los maizales cercanos valoren la posibilidad de aterrizar y despegar en ¨¦l. Corbins no da para llenar un Airbus a Par¨ªs. Hombre, no hace falta tener un m¨¢ster para llegar a esa conclusi¨®n; con una calculadora bastaba.
El tren avanza y despu¨¦s de salvar el Cinca se mete en un t¨²nel que nos deja en Monegros. El trazado pasa cerca de los primeros lugares en donde se dijo que se ubicar¨ªa Gran Scala. Gran Scala es aquel proyecto -se acordar¨¢n ustedes- para construir una ciudad de juego en medio del desierto. Como Las Vegas pero en espejismo. Aqu¨ª, perdonen, pero hace tiempo que me he perdido, no s¨¦ si son molinos o gigantes. Lo que no veo por ninguna parte son cimientos ni nada que se le parezca.
Por estos lugares hay avutardas, que seg¨²n reza la leyenda son las aves voladoras m¨¢s pesadas del mundo. Llegan a 10 kilos de met¨¢fora y vuelan sin saber qu¨¦ significan... Supongo que los posibles clientes de esa ucron¨ªa llamada Gran Scala -que tampoco saben de qu¨¦ son met¨¢fora- podr¨ªan animar los vuelos del aeropuerto. Recorr¨ª en diversas ocasiones los parajes de Monegros. Como llevaba c¨¢mara fotogr¨¢fica todo aquel que se acercaba -poca gente, la verdad- me preguntaba si era periodista y si sab¨ªa algo del casino. Cuando les dec¨ªa que yo solo estaba interesado en las avutardas, ten¨ªan una decepci¨®n enorme, por eso, a veces, les dec¨ªa que s¨ª, que all¨ª mismo, que a m¨ª me mandaban de Gran Scala.
Son los tres s¨ªmbolos sagrados del desarrollismo del nuevo milenio espa?ol, aragon¨¦s, catal¨¢n y universal: un puente de un esquema radial que no se sabe si une o separa, un aeropuerto al que la est¨¦tica ha perdido y un casino tan colosal como inexistente. Hay gente que se pasa horas y horas para ver avutardas y los hay que dicen que apenas hay, en esto cada uno cuenta la feria seg¨²n le va en ella.
Llegando a Madrid uno se da cuenta de que todo tiene una parte de ficci¨®n. El AVE es un s¨ª lugar m¨¢s o menos civilizado y as¨¦ptico que no se corresponde con el pa¨ªs. Por suerte, los lavabos de Atocha devuelven a uno a la realidad.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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