Previos
Sin que haya a¨²n seguridad alguna de que vaya a estar en las pr¨®ximas elecciones, la izquierda abertzale es ya la estrella de los comicios. No me extra?ar¨ªa nada que, si finalmente llega a participar, alcanzara unos resultados hist¨®ricos. Est¨¢n pasando de ser verdugos a ser v¨ªctimas en la estimaci¨®n popular, de ser los agentes de la barbarie a ser los portadores de la paz, y lo est¨¢n consiguiendo sin especial esfuerzo por su parte para ello. Ellos se limitan a mendigar nuestra confianza, a repetirnos que ya no son lo que eran, que rechazan la violencia y que quieren participar en nuestras instituciones. Bien, s¨¦ que es dif¨ªcil resolver esta situaci¨®n, sobre todo si nos esmeramos en que el peso de la prueba recaiga sobre nuestras conciencias. Y es esto ¨²ltimo lo que est¨¢ ocurriendo cuando a su casi sumisa actitud de hijos pr¨®digos nosotros les oponemos este ruido insoportable, mezcla de miedo, esperanza, deseo de que acabe la pesadilla y, last but not least, de intereses. Como ciudadanos se nos est¨¢ demandando un acto de fe, y si resulta dif¨ªcil creerles, dado su largo historial de enga?os, en estos momentos nos plantea un dilema moral no creerles, equivocarnos en una apreciaci¨®n que ponga en riesgo el final de la barbarie. Si son los tribunales los que deben decidir su legalizaci¨®n, dejemos que lo hagan y call¨¦monos.
El ruido se impone, sin embargo, en todas las latitudes, y no s¨®lo como manifestaci¨®n de un dilema de nuestras conciencias; tambi¨¦n como fruto de un juego de expectativas a las que dan voz nuestros representantes pol¨ªticos. No dudo de que tengan fundamento los reparos de algunos o los entusiastas apoyos de otros, pero, no nos enga?emos, hay tambi¨¦n otros motivos m¨¢s ac¨¢ y m¨¢s all¨¢ de esa legalizaci¨®n que son los causantes de la actual algarab¨ªa. M¨¢s ac¨¢, en la rentabilidad pol¨ªtica inmediata que se puede obtener con la manipulaci¨®n emocional de la pol¨ªtica antiterrorista. M¨¢s all¨¢, con los movimientos pol¨ªticos que se prev¨¦n en el paisaje de despu¨¦s. En el m¨¢s ac¨¢ se sit¨²a la esquizofr¨¦nica actuaci¨®n del PP, cuyo objetivo no es otro que la descalificaci¨®n de su oponente y la supuesta rentabilidad electoral que eso pueda aportarle.
En el m¨¢s all¨¢ se sit¨²an, fundamentalmente, los nacionalistas. De forma algo enigm¨¢tica, Joseba Egibar advert¨ªa a la izquierda abertzale de que "si se rechaza la violencia, se rechaza, no cabe justificaci¨®n ni en las hip¨®tesis ni en los an¨¢lisis", y esto lo dec¨ªa quien se ha solido referir a ETA como "expresi¨®n del conflicto". Y Pello Gonz¨¢lez, de Hamaikabat, afirmaba que "hay que ser absolutamente exigente con el mundo de ETA; no podemos perdonar ni una, tengan piel de cordero o de lobo". Y es que en el mundo de despu¨¦s se anuncian ya las rivalidades, y no ser¨¢ nada extra?o que quienes m¨¢s comprensivos han sido acaben siendo los m¨¢s exigentes en la denuncia post mortem. Los m¨¢s exigentes al recordarles un pasado criminal a quienes puedan ser sus rivales.
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